Restaurante Desguaces la Torre (La Torre Hostelería)...cafeteria — Restaurant in Torrejón de la Calzada

El restaurante de Desguaces La Torre es mucho más que un lugar para comer; es un auténtico templo gastronómico que lleva la experiencia culinaria a otro nivel. Avalado por la prestigiosa Guía Repsol con varios soles, no es de extrañar que se haya consolidado como un referente de excelencia en la cocina. Sin embargo, lo que verdaderamente lo diferencia no es solo su extraordinaria propuesta culinaria, sino también el impecable servicio que lo acompaña, haciendo que cada visita sea inolvidable.

La cocina: un espectáculo en cada plato El menú es una obra maestra que fusiona tradición e innovación de una manera magistral. Cada plato está pensado al detalle, desde la selección de materias primas de altísima calidad hasta las técnicas empleadas para resaltar los sabores. La creatividad del chef se plasma en combinaciones sorprendentes y presentaciones que convierten cada plato en una pequeña obra de arte.

Los entrantes son un auténtico despliegue de sabores que preparan el paladar para lo que está por venir. Los platos principales logran un equilibrio perfecto entre sofisticación y confort, mientras que los postres son un cierre digno de una experiencia gastronómica de alto nivel. Es evidente que detrás de cada creación hay un conocimiento profundo de la cocina, pero también una pasión desbordante que se transmite en cada bocado.

Un equipo que marca la diferencia Más allá de los logros culinarios, lo que realmente destaca en el restaurante de Desguaces La Torre es la calidad del servicio. Desde el momento en que cruzas la puerta, el equipo de sala te recibe con una atención cálida, profesional y perfectamente coordinada. No se trata solo de cumplir con los estándares básicos de la hostelería, sino de anticiparse a las necesidades del cliente y ofrecer un trato cercano sin llegar a ser intrusivo.

El personal demuestra un conocimiento profundo del menú, lo que les permite recomendar platos y maridajes de manera personalizada, haciendo que la experiencia sea aún más especial. Se percibe que cada miembro del equipo, desde los camareros hasta el personal de cocina, trabaja con una pasión y dedicación que elevan el nivel de excelencia del restaurante.

Un entorno que complementa la experiencia El ambiente también contribuye a hacer de cada comida algo único. Los detalles del espacio están pensados para crear un entorno acogedor y elegante, donde se puede disfrutar de la gastronomía con tranquilidad y comodidad. Desde la iluminación hasta la disposición de las mesas, todo está diseñado para que los comensales se sientan en un lugar especial.

Una experiencia que merece ser vivida Comer en el restaurante de Desguaces La Torre no es simplemente disfrutar de una comida; es sumergirse en una experiencia integral que involucra todos los sentidos. Es el tipo de lugar que deja huella y al que siempre querrás volver.

Recomiendo este restaurante a cualquiera que busque algo más que una simple comida: aquí encontrarás pasión, excelencia y un equipo que trabaja con una dedicación ejemplar para ofrecer lo mejor en cada detalle. Sin duda, una visita imprescindible para los amantes de la buena mesa y la...

Si crees que la gastronomía es cocinar e ir a restaurantes, lo que sigue te va a parecer un rollo. Si piensas que la gastronomía es el conocimiento razonado de lo que comemos y cómo lo comemos, sigue leyendo.

Ven con tiempo. Ir a Desguaces la Torre es una experiencia mixta. De verdad. Si no estás relacionado con el mundo del automóvil más que como usuario, lo que es mi caso, venir como cliente o como simple visitante a este lugar es algo que recordarás. Baste decir que hay un autobús de línea privado para recorrer las instalaciones que recomiendo visitar.

Cientos de personas entre transeúntes, clientes, proveedores y empleados pasan por aquí a diario y como esto está en la vía de servicio de la A-42 donde hay pocos servicios, Desguaces la Torre, cuyo objetivo es “ofrecer un servicio integral”, hace tiempo que incluyó dentro del desguace una cafetería-restaurante “para refrescarse en los meses de verano o tomarse un caldito caliente en invierno”. Y en vez de hacerlo de cualquier manera, optaron por construir desde cero un edificio que en la planta baja tiene una barra de bar con mesas altas y en la superior un comedor con unas treinta mesas.

Abajo se puede comer de bocadillo, raciones o menú del día. Y esa es la opción de los empleados, los que llevan prisa o están de paso. Nosotros hemos ido al comedor que está presidido por una gran barra frente a un ventanal que, de lado a lado del comedor, ofrece vistas espectaculares de la ciudad dormitorio de Parla y de la autovía que va a Toledo. Se nota la mano de los profesionales que han decorado y diseñado el espacio. Luminoso, incómodo para los camareros, con su televisión, su música innecesaria y sus calendarios de pared. Es llamativa también la vitrina-bodega bien provista junto a la barra. Lleno total y pese a todo, el ruido no es excesivo.

En la carta de un día laborable a la hora de comer hay tres opciones. Tres menús a tres precios. Menú del día (18€), menú temporada (26€) y menú armonía (56€). Ninguno incluye bebida. Hemos elegido el segundo en el que nada destacaba. Seis pases más café. Una pasta fresca con crema de foie que solo sabía a pasta y una croca de ternera dura como piedra. En el resto destacaba la buena elección del producto, la cocina sin complicaciones y la cantidad escasa aunque suficiente para nosotros.

El atractivo de este sitio está más en el dónde que en el qué. Por la pinta del menú armonía, supongo que técnica y producto son más propios de un restaurante gastronómico. Pero aquí estamos en medio de coches destartalados, neumáticos y un mar de piezas. Acompañados de clientes fijos, trabajadores de los alrededores, gente que viene del hospital y los que vienen exclusivamente a comer atraídos por las reseñas. Así, el atractivo es grande. No por la comida, la bebida o el servicio, si no por conocer lo que comemos y cómo lo comemos en un restaurante de...

Mi esposa y yo habíamos visto el restaurante en Canal Cocina, y aprovechando un viaje por la zona, decidimos comer en él.

Reservamos, por teléfono, el menú gastronómico de 26€ (sabiendo sólo que se componía de 5 platos, postre y café y sin incluir bebidas, pero sin saber qué platos eran).

El restaurante es moderno y está en la primera planta, con grandes cristaleras, y vistas sobre el enorme desguace (algo realmente curioso y extraño). El personal que nos atendió fue muy amable en todo momento. Y una vez iniciado el servicio, fue continuo, plato a plato, sin tiempos de espera (cosa que agradecemos)

El salmorejo cordobés con fresa y arenque ahumado nos pareció una buena combinación con buenos sabores para empezar una comida. La ensalada de atún rojo y pamplinas (tuvimos que buscar en Google que son las pamplinas) estaba deliciosa. El atún había sido marinado (posiblemente con salsa de soja) y aunque la ración era pequeña, nos pareció correcta siendo un menú de 5 platos. Las pochas a la marinera nos sorprendieron muy gratamente, con buenos trozos de marisco y un sabor denso de la salsa. El lomo de corvina con jugo de ortigas y unto gallego era de 10. Nunca pensamos que el unto gallego pudiese ir tan bien con el pescado. El cabecero de lomo de solomillo de cerdo con crema de patatas para chuparse los dedos. Con unas gotitas de salsas que le complementaban de cine y un exterior levemente tostado y crujiente que era una delicia. El postre era tarta de queso. Había leído en las reseñas de Google de alguien que se quejaba de que era poco dulce y sabía mucho a queso. Justo lo que más nos gustó: sabor intenso a queso riquísimo y sin abuso del azúcar como es lo habitual en las tartas de queso chungas. Tomamos café americano correcto. Estamos acostumbrados a tomar café de Etiopía, en casa, y es raro que algún otro café pueda sorprendernos.

La experiencia completa fue memorable. Y ya estamos pensando alguna otra oportunidad que viajemos a Madrid para ir de nuevo a este restaurante que nos dejó, realmente, impresionados tanto con sus sabores como con sus presentaciones. No es un menú para pasar hambre (como comienza a ser habitual en restaurantes de nivel), porque aunque las raciones son pequeñas, son 5 platos y postre y te dejan bien servido.

En resumen, para nosotros, un 10 sobre...