Las Catorce Arrobas — Restaurant in Valdelarco

Reseña de "Las Catorce Arrobas" - Valdelarco, Sierra de Huelva

Hoy tuvimos la oportunidad de comer en Las Catorce Arrobas, un restaurante ubicado en Valdelarco, en la Sierra de Huelva.

Ambiente El restaurante cuenta con un interior de estilo rústico y antiguo, con una decoración acogedora que incluye una chimenea que, sin duda, crea un ambiente cálido en invierno. También dispone de una terraza para quienes prefieran comer al aire libre.

Servicio El servicio fue excelente, y estuvo a cargo de Isabel, quien además es la dueña del establecimiento. Isabel nos explicó que el menú cambia cada semana según las preferencias del chef, lo cual aporta un toque de frescura y variedad a la experiencia. Además, nos recomendó varios platos, lo que resultó muy útil a la hora de elegir.

En la entrada del restaurante hay un aviso que indica que la comida es casera y puede tardar un poco más de lo habitual, ya que se prepara en el momento. Esto me parece una muestra de transparencia y sinceridad hacia los clientes. En nuestro caso, la espera fue razonable y el resultado valió la pena.

Comida Empezamos pidiendo algunos platos para compartir. Las papas bravas fueron un éxito; según nos comentó Isabel, no son demasiado picantes para que puedan ser disfrutadas por todos los comensales. Aunque podrían tener un toque más de picante, estaban muy sabrosas.

También probamos una tortilla de papas con salsa al whisky. Aunque la tortilla y la salsa estaban bien preparadas, la combinación de ambos elementos podría estar mejor integrada para potenciar los sabores.

Platos Principales Entre los platos individuales, pedimos la hamburguesa Black Pearl, que estaba deliciosa. La carne estaba al punto y la mayonesa trufada le daba un sabor único que complementaba muy bien el conjunto. Sin duda, es un plato que repetiría.

Postres Para el postre, optamos por un coulant de chocolate, que estaba bastante rico y resultó ser una elección acertada para cerrar la comida.

Conclusión En general, la experiencia en Las Catorce Arrobas fue muy positiva. Es un lugar ideal para quienes buscan disfrutar de una comida casera y sin prisas. Los precios son equilibrados, dependiendo de lo que se pida y cuántas personas vayan. La propuesta de cambiar la carta semanalmente es un punto interesante que invita a regresar para descubrir...

Ayer estuvimos almorzando 6 personas en su restaurante, afortunadamente ninguno subimos de estres, pero si que fuimos bastante pacientes y educados. Por suerte almorzamos y cenamos muchas veces fuera y en sitios diferentes…. Pero para empezar cuando tienes una mesa reservada al llegar la mesa tiene que estar montada, cuando pides las bebidas las botellas te abren en la mesa delante del comensal, y hay que enseñarle al camarero y a la camarera que cuando se le pide un plato no pueden poner ni malas caras ni mucho menos decir “no tengo cinco manos, solo dos”, eso es mala educación y en ese momento nos deberíamos de haber levantado e irnos. Para seguir la comida como ya le digo que estamos acostumbrados a comer fuera no estaba mala pero no era nada espectacular, yo comí fatal, faltaban espinacas, tomates, pimientos y por supuesto las patatas……( congeladas si había ) Ahora vamos a la parte de las moscas…. No puedes tener un sitio abierto al público y menos un restaurante y tener mil moscas dentro, hay aparatos que las ahuyentan y son muy baratos. Algo importantísimo, el pago no hay un solo cartel informativo en el que ponga que solo se pueda pagar en efectivo, cuando fuimos a pagar nos dijeron que no había para pagar con tarjeta, cuando no hay para pagar con tarjeta es que no quiere ese servicio el dueño del establecimiento porque no quiere pagarlo ni tampoco las comisiones no por tema de cobertura, ya que hay datáfonos para sitios donde hay problemas con la cobertura. La cuenta la traen como antiguamente sin ticket en unos albaranes así echas a mano… imagino que lo hacen asi para no emitir factura y para no declarar todo lo que cobran.

Bueno por eso es todo, en conclusión, la comida no me gusto, la educación brilla por su ausencia, moscas abundantes y eso si al final se disculpó una señora (imagino que sería la encargada) por las patatas congelas y porque seguramente le daría vergüenza al vernos las caras...

Esta opinión va dirigida a todas las personas que tengan dudas en visitar este sitio...

Empiezo valorando la comida y para mi gusto, es un sitio con una comida casera riquísima, buenas carnes a la brasa, y muy buena carta en general...

En invierno suelo ir en busca de guisos. Están fuera de carta y normalmente "Don José ", como lo llama cariñosamente Isabel, prepara muchos fines de semana para poder disfrutar de cocina tradicional y casera. Carnes a la brasa y tapas como el almogrote , que algunas veces ofrecen en las pizarras, hacen que siempre sea posible varias el menú elegido.

Sobre el sitio, es encantador, tanto en invierno con la chimenea y el salón como en primavera, verano y otoño con la terraza al aire libre...

Y sobre el servicio, simplemente decir que es de 10. Hay que ir sin prisas y disfrutar de la estancia. Tratan al cliente como un invitado en una casa, o al menos yo me siento así y la gente con la que he ido lo siente así.... rematando con los postres y las teteras de te moruno.

Como anécdota, la primera vez que fuimos con amigos, después de haber estado en una comida de empresa, a la hora de pagar no llevábamos efectivo y no cobraban con tarjeta.... Sin ningún problema, nos dijeron que nos daban la cuenta que hiciésemos transferencia... de esto hace 8 años... cuando no había bizum.... me pareció algo sorprendente...

Resumen: no pasar por la sierra sin...