Goyo, conocido en El Espino como el gran maestro del pulpo a la gallega y el churrasco, era mucho más que un simple cocinero; era una leyenda viviente en la región. Su pequeña taberna, situada en una esquina pintoresca del pueblo, atraía a visitantes de todas partes, ansiosos por degustar sus platos que, según muchos, tenían un toque mágico.
La historia fantástica de Goyo comienza en una noche de verano, cuando el cocinero decidió aventurarse a los montes de León en busca de ingredientes especiales. Se decía que en esos montes crecía un tipo de hierba rara, conocida solo por unos pocos, que tenía el poder de realzar los sabores de cualquier plato. Goyo, siempre en busca de la perfección culinaria, emprendió el viaje.
Después de horas de caminar y casi rendirse, Goyo encontró a un anciano misterioso sentado junto a un arroyo. Este anciano, con una barba tan larga que casi tocaba el suelo, le sonrió y le ofreció un pequeño saco lleno de la preciada hierba. El anciano advirtió a Goyo que la hierba debía usarse con sabiduría, ya que podía transformar un simple plato en una experiencia mágica.
Regresando a su taberna, Goyo comenzó a experimentar con la hierba en su pulpo a la gallega y churrasco. El resultado fue asombroso. Los sabores eran tan intensos y exquisitos que quienes probaban sus platos afirmaban sentir como si fueran transportados a otro mundo. Algunos decían que podían ver paisajes marinos mientras degustaban el pulpo, y otros afirmaban que el churrasco les recordaba los días más soleados de su infancia.
La fama de Goyo creció rápidamente, y su taberna se convirtió en un lugar de peregrinación para los amantes de la buena comida. Sin embargo, Goyo nunca reveló su secreto, y solo usaba la hierba en ocasiones especiales, para asegurarse de que su magia no se agotara.
Una noche, muchos años después, el anciano misterioso volvió a aparecer en la taberna. Esta vez, le regaló a Goyo un pequeño libro de recetas mágicas, agradeciéndole por haber usado la hierba con tanto respeto y amor por la cocina. Goyo, con una sonrisa, aceptó el libro y desde entonces, sus platos no solo eran deliciosos, sino que también contaban historias fantásticas con cada bocado.
Y así, Goyo, el gran cocinero de pulpo a la gallega y churrasco, se convirtió en una leyenda inmortal en El Espino, recordado no solo por sus habilidades culinarias, sino también por la magia y la alegría que traía a todos con sus...
Read moreNo es barato pero el pulpo y el churrasco espectacular, los postres caseros muy ricos, lo único la camarera, éramos 15 comiendo y no paraba de gritar a mi lado y todo con muchas prisas, todo era como si hubiese un incendio, con prisas y a gritos, encima no se la entendía la mitad de las veces, cierto que la mesa era larga pero esos gritos a mi espalda completamente desprevenido me hicieron dar mas de un bote, me lo tome a cachondeo pero aquello no era normal, estaban todos descojonados, cada vez que la veían acercarse ya me avisaban, porque mira que éramos gente y siempre se ponía detrás de mi, al final alguno ke salió a fumar se quedo sin café y sin postre, no se puede agobiar a la gente con esas prisas, o das mas tiempo a cada turno o coge menos reservas, un montón de peña entre la puerta y las mesas esperando el siguiente pase, intentas salir a fumar y no te dejan salir, quieres volver a entran y no se apartan Quizá entre semana sea otra historia pero el fin de semana resulta agobiante, estresante y la guinda la camarera...
Read moreLlegue de una visita por los Ancares y me habían hablado del Espino como un sitio de referencia gastronomica en la zona. Siguiendo las referencias ,me decido por Casa Goyo. Al no tener reserva y llegar solo me colocan como pueden y con buena voluntad, pues todas las mesas de su amplio salon estan ocupadas. Centrado en la comida , sus especialidades son el pulpo y el churrasco (por encargo). Pido una mediana de pulpo y cachelos . Al nada lo tengo delante de mi. Solo viendo como vibraba el pulpo se intuye su buen punto. El cachelo exquisito y el pan como el recuerdo del verdadero pan gallego. La racion de pulpo era para dos personas (30€) y al final no pude con los cachelos y deje el pan, con gran pesar. Cafe de pota e invitacion al licor. Las personas que me atendieron fueron cercanas y a la vez supieron estar en su...
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