El mejor cocido de nuestras vidas. Y el más copioso, sin duda.

Reservamos esa misma semana mesa para cuatro, y nos presentamos en este local con el objetivo de disfrutar de una de nuestras comidas favoritas. Y vaya si lo disfrutamos.

Comenzamos por dos tipos de sopa, la de cocido tradicional y una especie de caldo, ambas riquísimas.

A continuación vinieron un par de entrantes, croquetas y chicharrones (si lo sé no me las como para dejar sitio a lo que vino a continuación).

El cocido en sí: no sé cuántos tipos de carne, dos tipos de chorizo (cebollero y normal), patatas, grelos, repollo, etc. Brutal en cantidad y calidad, con el único pequeño pero en las patatas, un pelín crudas. Imposible acabar todo, porque encima te ponen filloas para acompañar, y es un verdadero desmadre.

Pero para desmadre el de los postres: tras una bola de helado para limpiar el paladar, acompañado de un vinito de Oporto, vinieron dos tipos de tartas de queso, medio queso (sí, medio queso) del país con membrillo, tarta de chocolate, rosquillas y filloas flambeadas al ron. Pantagruélico.

Normal que la gente salga con tuppers, porque las cantidades son brutales, pero la calidad no se queda atrás. No es barato, 45€ por persona, pero teniendo en cuenta que entra la bebida y tooooodo esto que he dicho antes, compensa con creces. Para volver (ya el año que viene) sin duda ninguna.