Éramos 5 personas que llevábamos 3 días trabajando por la zona. Con nosotros venía un perro, con el que estábamos grabando en el equipo. El gran error mío es que se me olvió avisar, al reservar, de que íbamos con un perro. Tantas horas de grabación, de carretera, prisas, y pocas horas para dormir, fueron la causa. Al llegar, caí en que no había avisado, pero pensé que al ser un mirador con terraza, no habría problema en comer fuera. Yo soy de la zona y quería enseñarles el sitio a los compañeros de Madrid, por lo que fuimos expresamente a comer allí desde Argamasilla de Alba, a más de 50 km. Pero la experiencia, les dije, valía la pena, por el paisaje y por la comida. Pero al llegar, nos recibió una chica joven que, al vernos con el perro, decidió avisar al jefe de sala, un señor mayor, de pelo cano y muy maleducado. Le explicamos la situación, me disculpé varias veces por no haber avisado del perro, reconocí mi error y le expliqué que estábamos dispuestos a comer en la terraza, fuera, para que mis compañeros pudieran probar la comida de allí. Me dijo que podíamos comer fuera, pero que no nos iban a servir en la mesa, y que tendríamos que entrar nosotros a por la comida. Acepté, sin problema, de buena gana. Me dijo entonces que no podíamos pedir menú, porque fuera no se servía, y que tendría que ser a la carta. Le dije, igualmente, que lo aceptábamos. Me dijo, entonces, que fuera hacía mucho calor. El hombre, con sus malas formas y su manera brusca, empezaba a colmar mi paciencia, pero estoy acosumbrado a tratar situaciones delicadas y, a pesar de nuestro cansancio y del hambre, decidí aguantar la mecha, y le dije que no se preocupara, que comeríamos fuera. A lo que respondió: “Tú sabrás”. Le pregunté que a qué se refería con esa expresión, y me repitió: “Que con el perro no podés entrar en el restaurante”. Le respondí, de nuevo, y con las últimas reservas de mi paciencia, que ya le habíamos explicado que comeríamos fuera, y le pedí que nos dejara sentarnos ya, y dejara de insistir. Entonces respondió: “Es que yo prefiero TRATAR MAL a 5 clientes y tratar bien a los 25 que tengo en sala, que tratar bien a 5 y tratar mal a 25”. Le dije que ya estábamos aguantando bastante sus malas formas, pero no íbamos a permitir que nos advirtiera de que nos iba a tratar mal. Al final, decidimos marcharnos, y yo con muy mal sabor de boca, por haber llevado a mis compañeros a mostrarles, orgulloso, un lugar que consideraba especial, y terminar dando con un señor que no estaba a la altura ni del sitio, ni de estas circunstancias. Entiendo que lo del perro fue un error mío, pero lo asumimos y estábamos dispuestos a aceptar todo de buena gana con tal de comer allí. Lo que no puede admitirse es la conducta maleducada de este jefe de sala que, en el fondo, parecía no querer hacer su trabajo. Una pena, no volveré a un lugar donde me sentí avergonzado, por querer compartir con los compañeros un sitio peculiar de nuestra tierra. Por fortuna, al bajar después de esa mala experiencia, fuimos a comer al Mesón Hontanilla, muy cerca, donde nos atendieron maravillosamente bien, comimos de lujo, a muy buen precio, y además… dejaron estar al perrito con nosotros, en la terraza. Un 10 para ellos. Un 0 para el jefe de sala que nos atendió el martes 16 de julio de 2024 a las...
Read moreEl pasado fin de semana, mi pareja y yo tuvimos la oportunidad de reservar la cabaña Dulcinea.
Nuestra cabaña era un verdadero refugio de ensueño, con una decoración rústica y elegante que nos hizo sentir como en casa. La cabaña estaba equipada con todo lo que necesitábamos, desde una cocina bien equipada hasta un salón con chimenea. Contaba con una vista panorámica del paisaje que se disfrutaba desde la terraza privada.
El spa privado del Mirador de La Mancha es un verdadero oasis de relajación. Después de un día de actividades al aire libre, nos dimos un capricho y nos relajamos en el spa privado, disfrutando de una vista impresionante del paisaje. El trato del personal fue excepcional, y la atención al detalle en cada tratamiento fue notable.
La experiencia gastronómica en el restaurante del Mirador de La Mancha fue excelente. La carta ofrecía una variedad de sabores locales, y el servicio fue atento y eficiente. Disfrutamos de una parrillada gourmet, y de postre un brownie de pistacho y una tarta de queso manchego… increíble.
He de añadir que Angelines estuvo pendiente en todo momento, facilitándonos su número de teléfono ante cualquier duda.
Si estás buscando un lugar para escapar de la rutina y disfrutar de un fin de semana romántico, el Mirador de La Mancha es una excelente opción. Recomendamos ampliamente este lugar a cualquier pareja que busque una experiencia de lujo en un entorno natural...
Read moreHemos pasado un par de noches de este fin de semana, y la verdad es que se han cumplido nuestras expectativas. La idea era descansar y no hacer absolutamente nada, y así ha sido. El entorno, la cabaña, y el personal tanto del complejo como del restaurante han contribuido a ello en su totalidad. El sitio es un mini bosque en mitad de un secarral al que han sabido sacar provecho con estás cabañas, que a su vez están muy bien ambientadas. Y que decir del restaurante. Es mejor ir y disfrutarlo en persona, porque es una maravilla. Y si después de comer o cenar, te das un paseo por el patio , lo bordas. A nosotros nos faltó el bañador para poder disfrutar del Spa, pero ignorábamos que existiera. Si no le pongo cinco estrellas es porque pasamos mucho calor en el restaurante. Sobre todo el segundo día. Cuando nos ubicaron para comer en el altillo, junto al tiro de la chimenea de la cocina 🥵. Pero aun así , junto a nosotros había gente con chaqueta. Así que supongo que depende de lo caluroso que seas. Nosotros no pasamos frío, lo juro. Además daba la sensación de que el domingo estaban faltos de personal y mal coordinados. Algo que no vimos el sábado. Aun así me gustaría dejar claro que la relación calidad/precio del conjunto en general es muy buena. Y que el sitio es ideal y muy recomendable para pasar unos días y desconectar del bullicio y el...
Read more