Como jefa de cocina, divulgadora gastronómica y profesora de cocina, he tenido la suerte de trabajar en diferentes países y contextos gastronómicos. Jamás en mi experiencia había presenciado una situación como la que vivimos en "A Mesa Puesta".
Empezaré diciendo que los entrantes que probamos fueron excepcionales, al punto de que felicité al camarero y le pedí que trasladara mis felicitaciones al chef. Sin embargo, la experiencia se torció por completo con los segundos platos, en especial el solomillo de cerdo con salsa de mostaza. La salsa tenía un sabor a quemado tan intenso que no era algo sutil o accidental, sino un error evidente. Con todo el respeto profesional que siempre guardo hacia mis compañeros de cocina, me vi obligada a devolver el plato, algo que rara vez hago precisamente por mi empatía con quienes trabajan en este sector.
Pedí que, si no tenían otra salsa de mostaza, lo sustituyeran con cualquier otra sin problema. Pero lo que ocurrió después fue algo que me dejó en estado de shock: los tres trozos de solomillo fueron claramente lavados o limpiados para retirar la salsa quemada, y luego se me sirvieron con una salsa diferente. Lo supe de inmediato porque siempre hago fotos de los platos que como, y las imágenes eran la prueba clara, hasta el medio trozo que había probado inicialmente seguía allí. Incluso mi marido, al principio incrédulo, terminó completamente atónito al confirmar lo sucedido.
Esta práctica no solo es inadmisible, sino que contradice los principios básicos de la cocina profesional. Nunca en mis años de experiencia en el extranjero o en España he visto algo así. Quizás como no suelo devolver platos por respeto profesional, nunca he dado la oportunidad para que me hagan algo así. Pero puedo decir con certeza que, si me enfrentara a una situación similar como chef, jamás se me ocurriría resolverla de esa manera tan poco ética.
El comedor empezó a llenarse, y mi vergüenza por el posible escándalo nos llevó a comer rápidamente y marcharnos del lugar. Sin embargo, esto no excusa lo que sucedió. Como profesionales de la cocina, nuestra prioridad debe ser siempre la experiencia del comensal y la calidad de lo que servimos. Lo vivido en "A Mesa Puesta" está muy lejos de lo que cualquier cliente debería aceptar.
A pesar de la buena impresión inicial por los entrantes, no puedo recomendar este restaurante. Espero que esta crítica sirva como una oportunidad para reflexionar y corregir prácticas tan desafortunadas, que no tienen lugar en una cocina...
Read moreVoy a justificar las dos estrellas:
La atención del personal auxiliar, el local en sí y la comida son aceptables; la calidad del vino la verdad es que no fue muy allá en nuestro caso y lo que ellos entienden por carpaccio en realidad es lacón cocido con pimentón crudo por encima y una patata cortada en seis trozos a la que le faltaba un punto de hervor. Lo peor vino a la hora de pagar: pedimos un plato de brasa por 22 euros y dos menús de 20 euros (todo un poco caro, pero era una fecha especial y queríamos celebrarlo). La brasa yo no la encontré en ningún momento, la verdad, pero lo que realmente nos indignó es que en la factura final los menús de 20 euros se transformaran de repente en "menús especiales" de 25. Cuando preguntamos al respecto nos dijeron que, al ser tres personas y la tercera no haber pedido menú, ellos habían aumentado la cantidad de la ensalada. La verdad, si alguien nos hubiera dicho que poner dos hojas más de lechuga que no pedimos encarecía diez euros el montante, les hubiéramos dicho que no o hubiéramos cogido 3 menús (por 3 euros más habrían tenido que incluir un tercer postre). Me pareció que la información proporcionada sobre el precio era insuficiente y que la solución pasaba por pagar y callar o no pagar y liarla cuando realmente estábamos de celebración. No volveré, desde luego, y aconsejo a todo aquél que vaya que pregunte al señor que toma la comanda el precio, que no se fíen mucho de lo que hay expuesto, no vayan a llevarse...
Read moreQuisiera comentar varios aspectos de este lugar, para intentar ser lo más neutro posible. En primer lugar, el local es más que digno para la localización que tiene (Torrero). Como parte negativa dire que el comedor estaba "destemplado" y para mi gusto, eche en falta el hilo musical, aunque me pareció ver que tenían instalados altavoces. Respecto a la comida, el producto está bien, la cantidad es correcta sin más, y está bien elaborado. Hablamos de cuatro menús que costaron 90€ y que comprendieron: 2 ensaladas para compartir, 1 plato de chipirones para compartir, 1 plato de huevos rotos con foie para compartir, 3 platos de costillas y 1 de entrecot, 4 postres, 4 cafés y un licor de hierbas con hielo. Todo ello con pan, vino, agua y gaseosa. El vino, por cierto, muy "peleón". El personal muy amable, sólo una tacha, no se puede preguntar tantas veces a la mesa si todo está bueno, en nuestro caso creo que fueron...
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