Fuimos por el cumpleaños de mi madre a comer al restaurante La Prensa en total 4 personas. Cabe remarcar que no es la primera vez que acudo a este tipo de experiencias gastronómicas ya que soy una aficionada de estos sitios tanto en España como en el extranjero (además mi pareja trabaja en el sector así que conozco un poco este mundillo).
De primeras no nos dan la posibilidad de elegir diferentes menus entre los diferentes comensales pero bueno hasta cierto punto me parece comprensible ya que les puede afectar al nivel de la organización para servir en la mesa los diferentes platos. Pero ante mi negativa a coger el maridaje de vinos ya que por problemas médicos no puedo, nos exigen que tomemos una decision común para toda la mesa obligando a las otras tres personas a no poder escoger maridaje o yo estar obligada a cogerme la opcion con alcohol. Al final ante mi insistencia a qué no era justa esta imposición, me dicen que van a hacer una excepción como si me estuvieran haciendo un favor. Esta situación no me ha sucedido nunca en los otros establecimientos con estrellas Michelin en los que he estado. Me parece una discriminación a alguien que no pueda o quiera beber alcohol, algo para mí inaceptable.
No te preguntan si tienes algún tipo de intolerancia o alergia.
Además un servicio para mi pésimo, en el que recogen platos de comensales antes de que todos hayamos terminado de comer. Copas de vino que se acumulan vacías en la mesa sin que las retiren, cubiertos puestos de cualquier manera y otras muchas cosas para mi inacceptables pagando una cuenta de 585€ en total.
Sinceramente no entiendo que tengan la estrella Michelin, considero que no tratan al cliente de la misma manera que la persona que se ocupe de examinar el servicio a la hora de decidir si merecen dicha distinción.
Para mi nada recomendable, otros sitios en Zaragoza a veces incluso a veces más economicos, te tratan infinitamente mejor como por ejemplo el restaurante de Gente Rara o Cancook. En estos ejemplos te hacen un tour en el que puedes ver la cocina, ves como hacen algunos platos y te explican la procedencia de los ingredientes algo para mí que forma parte de la experiencia de un restaurante de estas características (cosas que no encontraréis...
Read moreEs un dia especial, y te animas a reservar en el que desde hace años consideras el mejor restaurante de Zaragoza. Expectativas altas. Era nuestra tercera vez, pero la ultima vez casi mas de 10 años. Y hubiera sido mejor no volver y tener ese gran recuerdo. Hay dos menus, uno mas largo y otro mas corto, mismos platos añadiendo alguno. La comida esta bien elaborada pero le falta el factor sorpresa, y ninguno es memorable, y es una pena porque aun me acuerdo de platos que tome hace mas de 10 años en mi anterior visita. Por la comida no volveria, pero por todo lo de acontinuacion ademas no lo voy a recomendar. El servicio es frio, te presentan el plato unicamente lo que dice la carta, ni una simple explicacion adicional, ni indicacion de como comerlo..
Los platos son pequeños, lo normal en estos sitios, pero acabas lleno, nada que objetar excepto que al ser la primera mesa en llegar y con el fin de que en cocina elaboraran todos los platos a la vez, en nuestra mesa se fue alargando mucho entre plato y plato.hasta que lo consiguieron, al final todo era sin tantas esperas…
Se puede pedir con maridaje, nosotros pedimos unicamente agua, porque nos gusta asi. Vamos a comer, no a beber, y eso no se gusta mucho…Seguramente, el mayor margen este en los vinos en este tipo de sitios, pero no es de recibo que pidas agua, te traigan una botella y…. Te van rellenando el vaso cada vez que pueden y sin avisarte al final de la comida has gastado 3 botellas de litro y medio a mas de 6€/ botella sin avisarte cuando abres otra, mas de 20€ en agua. Muy feo. Incrementa el precio del menu si quieres ya que eso si tiene un gran trabajo pero estos trucos hacen que la experiencia sea nefasta. Al final salimos, y te preguntas si es solo cosa tuya, buscando opiniones, vimos varias diciendo exactamente lo mismo....
Read moreCompletamente decepcionante.
Desde el principio nos hemos sentido incómodos, despreciados, fuera de lugar. Lo hemos achacado a un tema de la edad, de que al ser jóvenes pasaban de nosotros frente a la complicidad que el camarero tenía con el resto de clientes, más mayores. También al hecho de que hayamos pedido agua principalmente (que ojo, también hemos pedido una copa de vino cada uno y, sin sacarnos carta de vinos ni explicarnos nada, la sorpresa nos la hemos llevado en la cuenta con la friolera de 15 euros la copa de tinto y 9 la de blanco. Por no hablar de la cantidad, que en mi caso me han echado tan poco vino que pensaba que era simplemente para que lo probara y confirmara si era de mi agrado o no -literalmente un dedo-). Si pides agua, trato frío y distante toda la comida. Por cierto, te van llenando el vaso de agua aunque todavía tengas y te abren la siguiente botella sin que tú lo pidas, para luego cobrarte CADA UNA a 7€. La segunda botella nos la han sacado teniendo agua en los vasos y a punto de empezar los postres.
Por otra parte, no te explican ningún plato, más allá de leerte el menú, que lo puedes hacer tú mismo. El pan, completamente quemado. Siendo que el de las mesas de al lado estaba bien y que los camareros han visto como íbamos llenando el platito de corteza negra, no han sido capaces de preguntarnos ni de cambiarlo. Por supuesto, la cuenta al hombre, con lo fácil que es dejarla en medio (iba a pagar yo, puesto que era un regalo a mi pareja).
Sí, la comida en sí está buenísima y muy bien presentada, pero al salir nos hemos dado cuenta de lo desagradable que ha sido todo y de cómo nos hemos sentido estafados. Leyendo otros comentarios, vemos que no es solo cosa nuestra. Nos da mucha pena porque es un lugar de referencia en Zaragoza, pero sin duda no lo...
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