Llevaba muchos meses queriendo visitar este restaurante por las excelentes y reseñas y por fin este jueves santo fuimos a conocerlo. Éramos dos parejas y dos niñas con trona. Reservamos en la terraza, que se encuentra en un entorno precioso. La atención de los camareros fue muy buena todo el rato, mientras que el acceso a la terraza no tiene rampa, por lo que es incómodo con el carrito de bebe. Pedimos 3 entrantes: japobravas como primero de ellos. El sabor de la salsa es de las mejores que he probado, pero la ración es escasa de patatas para el precio que tiene. Pedimos también como entrante el tomate rosado, que para mi gusto es también caro para el tamaño de la ración, pero de sabor estaba bueno. Cómo tercer entrante pedimos el lingote de oreja y morro, muy bueno de sabor , pero nuevamente escaso para el precio que tiene. En resumen, los entrantes buenos de sabor todos ellos, pero caros para la cantidad que tienen. En cuanto a los principales pedimos: dos lasañas que estaban realmente buenas. Sabor muy cuidado, aunque para mi gusto faltaba bechamel. Ración bastante abundante. Lagarto, que estaba muy bueno y ración también abundante y vacío de ternera muy rico también. Los principales todos muy buenos y precios acorde a la cantidad. En cuanto a los postres pedimos, Nocilla que estaba buenísima y tarta de la abuela. Para mi gusto buena pero sabía demasiado a coco.
Mi resumen final de este restaurante es que es un establecimiento que aspira a ser top y se queda en medio top. Voy a explicar las razones y no voy a entrar en el precio o cantidad por ejemplo de los entrantes porque eso considero que es discutible. Pros: entorno magnífico, trato muy bueno y comida de calidad, especialmente los principales. Contras: acceso a la terraza sin rampa, baños no adecuados para restaurante de calidad, terraza llena de gatos que no da buena impresión y por ejemplo tarta de la abuela puesta en un plato de café, pudiéndose servir en un plato de color, cuadrado, con algún adorno... En definitiva creo que es un restaurante que podría ser un referente absoluto en la provincia de Guadalajara por su entorno y por la calidad de su comida, pero que tiene que pulir algunos aspectos para serlo y ser un...
Read moreEntorno idílico y muy buena ejecución del servicio y de la comida. Lo pongo en este orden porque el sitio de por si ya enamora y es una maravilla. En verano, comer a orilla del Tajo, mientras ves patos y personas disfrutar del río es un regalo. El servicio está a la altura del esfuerzo que supone subir y bajar escaleras constantemente desde cocinas para llevar a la mesa cada plato. Y la comida, muy buena ejecución. Probamos en temporada el tomate con anchoa con un aceite de oliva virgen extra que te abre el apetito. Probamos las japobravas, unas patatas bravas, un plato sencillo pero con patatas hechas recién cortadas y fritas al estilo pueblo y una salsa picantita que te transporta al lejano oriente. Seguimos con un tataki de bonito macerado espectacularmente. Nos atrevimos con platos más elaborados. El solomillo de ciervo es un plato estrella, ya que es difícil encontrar esta carne en otros lugares y aquí se cocina rosadito y perfecto. Probamos el rabo de toro, quizás el que menos nos gustó de todos los platos, pero no por su sabor, sino porque ya no podíamos más de la cantidad de las raciones. Quisimos acabar con dos postres de la casa. A quien el guste el chocolate, no se puede perder la tarta de galleta y chocolate con crocanti de lacasitos que es un punto final interesante. A quien el gusten las tartas de queso, debe probar uno de los mejores postres que hemos degustado. Una tarta de queso manchego cremosa regada con miel de La Alcarria y coronada por nueces. Ni muy dulce, ni muy melosa, cremosa, sabrosa, y servida en una tarrina que te dan ganas de llevarte a casa.
Al equipo un 10 por su servicio, por la atención, por la amabilidad de ponernos para llevar el ciervo y el rabo de toro que hemos seguido compartiendo en familia, y gracias por dignificar lugares como este antiguo puente sobre el Río Tajo en Zorita de los Canes, en la desconocida y olvidada provincia de Guadalajara, a donde, como bien decía Don Camilo, a la gente no le da la gana de ir, y eso...
Read morePROS:
•••• El restaurante «Abuela Maravillas» está localizado en el pequeño pueblo alcarreño Zorita de los Canes, en un entorno precioso y junto al río Tajo.
•••• La amenización musical, cuando el comedor está tranquilo, es realmente excelente y a un volumen correcto.
•••• Mesas bien vestidas en tela y bajoplatos de esparto.
•••• Limpieza notable y servicios muy originales.
•••• La carta es muy apetitosa. Los entrantes y los postres están realmente soberbios, la presentación es atractiva y la calidad de la ejecución sencillamente magnífica. Hay que destacar que todas las porciones son bastantes generosas en tamaño y cantidad.
CONTRAS:
•••• Fuimos a comer en pareja el día de nuestro aniversario. El restaurante dispone de unas pocas mesas con vistas desde un pequeño mirador, las cuales no nos ofrecieron en ningún momento estando el comedor vacío.
•••• La separación de la barra del bar con el comedor es un simple biombo y cuando están los parroquianos de cañas y dando voces es molesto por ruidoso.
•••• Detalle misérrimo de un local con precios caros ya de por sí, es que te aparezca en la cuenta una partida de ‘pan y aperitivos’, que por supuesto, nadie solicitó.
•••• Los platos de pescado en carta: SIN PRECIO, al igual que las sugerencias ‘fuera de carta’.
•••• Los entrecots de plato principal llegaron tibios, tirando a fríos.
•••• CARO en general. Por 50 pavos por cabeza (sin vino), se puede comer muy bien en lugares de más enjundia.
•••• El servicio aún siendo rápido y amable, sin uniformar y exhibiendo tatuajes.
•••• ¿Un café 2,20 €?
El contenido vertido en estas líneas es mi opinión y mi experiencia en mi visita al restaurante «Abuela Maravillas», no quiere decir en absoluto que siempre tenga que ser así. Visiten este lugar y creen su propia opinión, tal vez sea distinta a la mía… o no... O yo que...
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