As food lovers, we made a reservation in this restaurant because of the very good reviews, the Michelin recommendation and because we wanted to enjoy a special meal.
We were delighted after arriving to the restaurant with a very warm welcome by the waiter who talked to us in our language (French) which we highly appreciated and he told the story about the philosophy of the restaurant. We liked the location a lot and also felt welcomed.
We ordered the recommendation which was gambas rojas and a local fish. We must admit that the quality of the products was very high however the preparation of the dishes was well below our expectations. The gambas were more or less raw with the bloody intestines not removed. When you are served a meal where you have to use your hands to remove the shell, you are used to being served a bowl of water with lemons or at least lemon tissues to be able to clean your hands afterwards, not here though. Luckily we were seated close to the bathrooms so that we could wash our hands immediately. Afterwards we were served the fish - as mentioned, high quality product - but half raw on one of the plates and partly not edible.
Being in a high end restaurant - at least price-wise - you would expect the service to ask how you liked the meal, however when the chef - who also performed service duties due to lack of staff - saw the half finished fish, he just asked whether we want dessert and then ran away. We were sitting with the half finished plates for 45 minutes and no one really bothered. When we were asking for the bill, it also took a very long time after that request was accommodated.
All in all, a restaurant with high potential, however, some things to fix such as service quality and meal prep. Good products is only half of the rent. Looking at all the good reviews, we probably just caught a bad day and received the dishes that were...
Read moreDecidimos visitar este restaurante después de leer reseñas positivas, pero nuestra experiencia fue completamente decepcionante. Desde el momento en que llegamos, nos sorprendió la escasez de personal de servicio, con solo un cocinero y dos camareros, quienes demostraron una falta evidente de formación y conocimiento sobre los platos que servían.
La razón principal que nos motivó a ir a este restaurante fue una de sus propuestas más innovadoras: el embutido marino. Sin embargo, al pedirlo, nos comunicaron que se había terminado. En su lugar, la camarera nos recomendó unos ahumados del cantábrico y el ragú de pulpo como entrantes. Al poco tiempo, sin embargo, nos sugirió cambiar a las gambas, ya que los ahumados podrían resultar repetitivos como aperitivo. Entonces, ¿para qué nos recomendó en primer lugar pedir los ahumados? ¿tampoco les quedaban y fuimos los elegidos para despachar las gambas?
La espera por nuestra comida fue excesivamente larga, por lo que decidimos pedir un poco de AOVE para acompañar el pan. Parece ser que de esto tampoco había, ya que nos trajeron mantequilla. Una mantequilla sacada directamente del frigorífico y que parecía cortada a mordiscos (vean la foto). Además, el pan parecía haber del día anterior, con una miga seca y una corteza tan dura que costaba partirlo. Nuestra elección de un txakoli de la zona tampoco se cumplió, ya que nos sirvieron uno de Bilbao, muestra del pésimo servicio. Que, evidentemente, hicimos devolver y nos acabaron trayendo uno de getaria, que estaba caliente.
Cuando finalmente llegaron los entrantes después de 40 minutos, nos encontramos con unas gambas pequeñas que parecían más adecuadas para un plato de arroz y un ragú de pulpo que no tenía un sabor destacable, simplemente sabía extraño, ni bueno ni malo. Pasando a los platos principales, pedimos un solomillo con patatas y un reno a la brasa. Sin embargo, después de haber terminado los entrantes, la camarera nos informó de que no tenían patatas para el solomillo y que tampoco tenían otras guarniciones disponibles, lo cual es sorprendente considerando que el restaurante cuenta con huerta propia. Finalmente, nos sirvieron un trozo de solomillo con muy mal aspecto (imagínense cómo sería que no nos lo cobraron) y que tuvimos que tomarnos sin ningún acompañamiento (vean la foto).
En cuanto al pescado, nos quedamos tan sorprendidos ante la manera de servirlo, que no hicimos foto, pero era digno de ella. Lo describiría como si hubiera sido cortado a hachazos: sin cabeza y en tres trozos, uno paralelo al corte de la cabeza y otro transversal. Siendo vascos y amantes del pescado, nunca habíamos presenciado algo similar.
Después de esta desastrosa experiencia, decidimos no pedir postres (ya habíamos experimentado suficiente) y nos encontramos con una sorpresa desagradable al momento de pagar la cuenta. A pesar de haber solicitado una ración de gambas y una de pulpo, nos cobraron dos sin habernos informado previamente, lo cual nos pareció un abuso. El total ascendió a 72 euros por persona, un precio excesivo para un restaurante que no cumplió con nuestras expectativas ni se acercó a su categoría de precio.
En resumen, no puedo recomendar este restaurante y no tenemos intención de volver...
Read moreTeníamos muchas ganas de ir a Hamarratz después de que nos lo recomendaran varios amigos que conocían la trayectoria de Andoni. Si a esto le sumamos que desde nuestra casa se ve el restaurante y que nos encanta descubrir nuevos restaurantes en la zona, la cita era obligada. Quisiera dividir esta opinión en dos; producto y servicio. El producto era espectacular, se nota el dominio y conocimiento del mismo. Los platos se presentan con la simpleza que se merece el producto de calidad, sin florituras ni pretensiones. Me hubiera gustado una explicación mas amplia de cada plato, sobre todo del producto en si; trazabilidad, origen, temporalidad...etc. Optamos por el pargo que nos recomendaron, el cual estaba mas que correcto, sin embargo la ración para dos personas era demasiado grande, 4 o 5 personas hubieran podido disfrutar del mismo. Echamos de menos algún producto de la huerta, la verdad sea dicha, no tuvimos la oportunidad de probar ningún tipo de verdura en ninguno de los platos, salvo la coliflor del ragout de pulpo. Creo que en un restaurante, el cual tiene huerta propia, debería hacer un uso constante de ella. El servicio nos decepciono. De entrada la pregunta "que queríais? nada mas entrar, nos llamo la atención. Pedimos una botella de vino antes de la comida para poder empezar a celebrar el momento, una botella que llego después de que nos sirvieran el aperitivo. Las prisas en el servicio eran evidentes, una sola camarera para todo el comedor. Se podía percibir el estrés entre la cocina y la sala. Un cocinero salió a hacer funciones de servicio y la verdad es que se agradeció. Puso un poco de orden en la sala. Esta claro que un mal día lo tiene cualquiera y no por eso se debe de crucificar un restaurante, pero es que si el servicio no esta a la misma altura que el producto que se sirve en un restaurante, puede llegar a convertirse en un problema. El cuidado del detalle en el servicio y la atención al cliente justifica también el precio que se cobra por la comida. Seguro que volveremos a Hamarratz y disfrutaremos, otra vez, de un menú delicioso y, espero, que un servicio a la altura del menú.
Gracias y...
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