La civilización perdida Tiwanaku (también escrito Tiahuanaco o Tiawanaku) es uno de los sitios arqueológicos más enigmáticos y antiguos de América del Sur. Situado en el altiplano boliviano, cerca de la orilla sur del lago Titicaca y a unos 70 km de La Paz, este centro ceremonial fue la capital de una poderosa civilización preincaica que floreció entre los años 300 y 1.000 d.C., aunque algunos estudiosos sitúan sus orígenes incluso antes, hacia el 1500 a.C. El apogeo de Tiwanaku se dio entre los siglos VI y X, cuando la ciudad se convirtió en un centro político, religioso y comercial de gran influencia en los Andes centrales. Sus construcciones, alineadas astronómicamente, revelan un profundo conocimiento del cosmos y un dominio sorprendente de la ingeniería lítica. Una de las características más impactantes de Tiwanaku son sus monumentales bloques de piedra. Algunas miden varios metros y pesan decenas de toneladas, trabajadas con precisión milimétrica. Destacan: La Puerta del Sol, tallada en un solo bloque de andesita, con relieves que representan al dios solar y figuras aladas. El Templete Semisubterráneo, con muros decorados por cabezas esculpidas de estilo diverso, lo que sugiere una sociedad multiétnica. La Pirámide de Akapana, una construcción escalonada que pudo funcionar como templo o altar ceremonial. La Kalasasaya, un templo con muros de enormes piedras verticales y altares rituales.
Las piedras empleadas, como la andesita y la arenisca roja, fueron trasladadas desde canteras situadas a más de 10 kilómetros, lo que plantea interrogantes sobre las técnicas de transporte utilizadas por esta civilización. Tiwanaku fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, y sigue siendo objeto de investigaciones arqueológicas por su importancia histórica y por los misterios aún no resueltos de su arquitectura y simbolismo.
Su esplendor e influencia alcanzaron Perú, Chile, Argentina y Bolivia.
El imperio de los Tiwanaku (o Tiahuanaco) -regido por los antepasados de los aymaras- es conocido como la "cultura madre" de América del Sur.
La suya es una de las historias más ricas y vibrantes del mundo. Fue una de las civilizaciones más complejas y sofisticadas, que dominó varios siglos una vasta franja de Sudamérica.
El centro espiritual y político de la cultura se sitúa en la ciudad-estado de Tiwanaku, a unos 74 km al oeste de La Paz, cerca del lago Titicaca. Se tarda entre 2 y 3 horas en llegar en carro.
A casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, se elevan la ciudad planificada con el mismo nombre, que tuvo fuerte carácter religioso y desplegó toda su grandeza entre el 400 d.C. y el 900 d.C, para ir desapareciendo...
Read moreIt is a beautiful temple and I enjoyed my visit throroughly. The related museums are a must see too. Especially if you are an Erik von Daniken fan or Graham Hancock fan. But even if you are not, the place has a mystical vibe to it as if you are seeing something that means a lot to humanity. The entire Tiwanaku site is only 2% excavated yet, so hopefully we will see what else is dug up in the near future. You can just see from the shape of the ground you are standing on that there is something buried right there. My tour was organized by Buho's Tour Operator (booked through my hostel) located near the Witch Market and the guide she was simply the best of the best in terms of knowledge and communication in Eng...
Read moreKalasasaya (en aymara "piedras paradas" ), habría sido el centro ceremonial del complejo Tiwanaku. Es el templo más grande: 128,66 metros de largo x 119,06 de ancho; su estructura rectangular está basada en columnas de arenisca y piedras labradas, entre las cuales hay conductos de desagüe para las aguas pluviales. El acceso principal está conformado por una escalinata de 7 -número sagrado- peldaños orientados al este, por donde ingresan los primeros rayos del sol en las mañanas, indicando la probabilidad de un ascenso al plano celestial a un templo consagrado al Sol.
Los monolitos que se erigen en su interior habrían sido indicadores del movimiento solar; las esquinas y entrada demarcan los solsticios y equinoccios con precisión. Además se observan restos de lo que habrían sido pequeñas habitaciones semi-subterráneas dispuestas de manera que siete estaban a cada lado del patio.
Dentro del Templo se destacan "La Puerta del Sol" y los monolitos "Ponce" y "El Fraile"; a su vez el muro oeste conocido como "Chunchukala" o "Pared balconera". Tenía 11 pilares que marcaban las distintas posiciones del Sol durante el año, señalando con precisión los equinoccios y solsticios. En el muro norte hay dos bloques con perforaciones que imitan, a escala, el oído humano y actuaban como...
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