Absolutely mind-blowing and unique museum run on the side by the hospital staff.
Last entry is midday, don't be late!
The sweetest, highly knowledgeable and clearly passionate about the subject medical staff member gave me a 1 hour tour, explaining about the structure of the brain, and different illnesses represented in the museum.
The tour is in Spanish only, and there are no written explanations, so little point to go if you don't speak Spanish.
The area used to be really dangerous, to the point where Ubers don't want to go there even during the middle of the day. I really recommend taking an Uber there, and then trying multiple applications to get a car out of there (e.g. Yango/InDrive etc). Took me 30min wait to...
Read moreEngorroso llegar, burocracia inútil para comprar ticket de entrada, hay que entrar al hospital solo para ello y comprar mascarilla. La puerta de acceso no tiene ni siquiera un cartel o algo que diga Museo del cerebro (de hecho no dice eso en ninguna parte) lo realmente bueno e interesante son las muestras reales (más de 300) y la disposición de la licenciada que te hace la visita guiada. Adentro puedes grabar, tomar fotos de las muestras y aclarar dudas con la guía que tiene una excelente disposición para ello, es muy amable y muy clara para explicar tecnicismos que solo algunos podríamos entender. Agradezco el trato especial que me dio la licenciada por ser enfermero y académico. El “museo” está al final del hospital, luego de un par de parquecitos y una iglesia que son muy lindas pero que el guardia no me dejo fotografiar. Al final, está la unidad de tanatologia (morgue) y al costado está el museo (no tiene letrero que lo indique con el nombre de museo, no recuerdo el nombre que tiene en la entrada, pero era algo así como unidad de patología neurologica o algo así… De las visitas más freaks y más interesantes que he visto, para quienes estudian medicina o alguna carrera del área, es un imperdible si...
Read moreLa historia del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas se escribe entre leyenda y tradición. Así, sus inicios se remonta al año 1669 cuando en la ciudad de Lima existía en el convento de San Agustín un religioso llamado fray José de Figueroa, quien se caracterizaba por socorrer a los más desvalidos. Cierto día, a su regreso de atender a un devoto, encontró en su camino a un hombre cuyo cuerpo estaba cubierto de heridas. Al acercarse, le preguntó por qué se encontraba en ese lugar. El pobre con voz acongojada le respondió:”Padre, aquí me han reducido mis males incurables, mi pobreza y el desamparo en que me encuentro, no me ha sido posible hallar otro sitio mejor para mi reposo”
Conmovido por lo que veía sus ojos, fray José decidió llevarlo en hombros hasta su convento.Pese a estar el lugar distante, llegó sin sentir la pesadez de su carga. Una vez en su habitación, le tomó ambos pies para lavarlos encontrándolos limpios y blancos, y de los cuales brotaba una llaga roja y resplandeciente. Sorprendido por lo que sus ojos veían, le tomó las manos experimentando lo mismo que...
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