Visita de 2,5 Horas diferente y enriquecedora

Tengo que decir que en nuestro Grupo de más de 60 años, de los 7 que éramos, solo pasamos 5 y a uno de los que pasó le pareció bastante dura la visita. En todo caso no se requiere nada especial, pero si estar en una condición física normal. El problema principal son los resbalones y que en alguna parte de la cueva hay que ir agachados, aunque hay cuerda para agarrarse, pero realmente hay que hacer bastante fuerza en la cuerda para evitar caerte. Hay que tener en cuenta que desde el punto de encuentro, en donde te dan casco y foco, hasta la entrada a la cueva hay como 600 metros de camino de senderismo y las 2 personas que no entraron a la cueva, ya les pareció este tramo duro y por eso los mismos monitores les aconsejaron que entonces era mejor no entrar en la cueva. De hecho, hemos comentado a la Gestora de las Cuevas que dado que solo entran como máximo 20/40 personas diarias, eviten que se apunten personas que luego no pueden pasar a la cueva -que además pagan su coste- y que a su vez impiden que otras que la podrían visitar, no lo hagan. Dicho esto, luego la visita fue muy interesante, pues no se trata de una cueva tipo Nerja o las del Águila, sino que sería más parecida a lo que es una experiencia de espeleología, que se encuentra sin iluminar y con un camino con una preparación mínima, que en algunos momentos si tiene la ayuda de cuerdas. Los guías nos van enseñando los pequeños animales que viven en la cueva y los secretos de las mismas. La experiencia es muy enriquecedora. La visita corta, que es la que hicimos nosotros, recorre unos 1,5 kilómetros muy tranquilamente. En un momento dado, se apagan todas las luces y la verdad es que es un momento muy emocionante y lleno de tranquilidad, sin ruidos y con mucha paz La temperatura interior es de 8 grados, por lo que se requiere llevar ropa de abrigo