El Museo Etnográfico de Olivenza, cuyo nombre se debe con justicia a Francisco González Santana, gran benefactor del mismo, surgiría por primera vez en el año 1980 fruto de una pequeña exposición etnográfica celebrada con motivo de la IV Semana de Extremadura en la Escuela. Debido al éxito conseguido y la alta participación se planteó la necesidad de crear un museo de manera permanente dando lugar y con el trabajo constante a lo largo de los años al espacio que conocemos en la actualidad.
Además de algunas exposiciones temporales en su interior podremos disfrutar de una completísima colección de objetos mediante los cuales se pretende recrear los usos y costumbres de un pasado no tan lejano.
El museo es enorme por lo que si os gusta recrearos ir con tiempo pues la visita da para un rato largo.
La entrada son 2.50€ e incluye la subida a lo alto de la Torre del Homenaje del Castillo. Es el único sitio de Olivenza en el que hay pagar por entrar pero a nuestro juicio el precio está más que...
Read moreUn museo que debe visitarse, conocer los oficios y habitáculos de antaño, como se relacionaban con los artículos y poder imaginar una vida ya pasada. Es muy recomendable ir con tiempo suficiente para visitar el museo atendiendo a los detalles que se sugieren así como a las exposiciones temporales que se Dan cita en el centro. Se puede visitar la torre con el precio de la entrada (2,5€ por persona). El tiempo medio de la visita supera la hora y hay elementos para asegurar una accesibilidad mínima. La subida a la torre se realiza mediante rampas interiores. Los lunes el museo permanece cerrado, como viene siendo habitual. Este museo es mayor en comparación y en número de piezas que el museo etnografico de Don Benito, pero es recomendable la visita a este último también, ya que nos proporcionan un acercamiento a la etnografía y antropología en...
Read moreNo me suelen gustar mucho los museos etnográficos, pero este se salta esa norma con creces. Está expuesto de forma muy entendible, con su obligatoria sección de herramientas del campo, perfecta para que los abuelos se pongan a contar como se llaman todas las variedades de útiles que usaban para el campo. Más allá de este detalle anecdótico, cuenta con salas muy interesantes: representaciones de diferentes establecimientos como una carpintería o una tienda de ultramarinos, representaciones de hogares burgueses y labriegos, algo de ropa, aparatos musicales... Recomiendo...
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