Se erige a instancias de don Juan Téllez Girón (1494-1558), IV conde de Ureña.
Se levanta sobre el solar de la denominada “iglesia del Castillo”, construida poco después de la reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo en 1239 dentro de la fortaleza existente en el promontorio que dominaba la localidad.
El templo debió ser trazado hacia el año 1531, año en que el conde acababa de tomar posesión de la ciudad de Osuna. En 1534, con la obra ya iniciada, se obtiene la bula del Papa Paulo III permitiendo la implantación de una colegiata, dotada con un cabildo compuesto por un capellán mayor y ocho capellanes de coro.
Esta importante pieza de la arquitectura renacentista está catalogada como bien de interés cultural en su categoría de monumento, y su publicación se llevó a cabo por La Gaceta de Madrid en el año 1931.
La iglesia presenta una clásica disposición de planta de salón, con tres naves separadas por pilares cruciformes y portadas a los pies, columnas adosadas en los muros, y capillas-hornacinas entre los contrafuertes. Los tres tramos de las naves se cubren con bóvedas baídas, mientras que las capillas laterales lo hacen mediante bóvedas nervadas.
La cúpula de la cabecera o capilla mayor es obra que responde a la renovación realizada en esta iglesia entre los años 1721 y 1724, dirigida por el maestro mayor de la Colegial. Se levanta sobre un tambor con ocho huecos, dos en cada uno de sus frentes, y aparece profusamente decorada con yeserías barrocas policromadas en colores blanco y azul, con motivos ornamentales a base de roleos vegetales, florales y geométricos.
Una pieza fundamental del conjunto de esta colegiata es el denominado “Santo Sepulcro”, un panteón ducal situado bajo el altar mayor, construido a partir del año 1545. Su acceso se hace a través de una majestuosa reja que cierra la capilla de la cabecera de la nave de la Epístola, que presenta en su frente un retablo de madera dorado rodeado por un amplio dosel de telas encoladas en cuya parte superior pueden verse dos grandes osos de pie, símbolo de la ciudad de Osuna que toma su nombre del vocablo latino de este animal. A su izquierda, una muy estrecha y empinada escalera conduce hasta el primer sótano de esta iglesia, donde se encuentra la capilla del panteón. Su portada, la traza general y los detalles decorativos no son tan finos como los de la portada exterior, y parece que fueron ejecutados bajo la dirección de Martín de Gainza, el que fuera aparejador de Riaño.
A un nivel inferior a éste están los enterramientos de la familia ducal, una serie de nichos dispuestos a lo largo de los muros, en varias salas, repletas de inscripciones y símbolos sobre la muerte.
El patio de entrada, independiente del conjunto de la colegiata, responde a los modelos de la arquitectura doméstica de la época, que por razón de la carga simbólica de sus inscripciones, frescos y relieves de sus yeserías se convierte en uno de los conjuntos funerarios más representativos del nuevo estilo clasicista y de la mentalidad humanista de las casas señoriales de Andalucía.
En cuanto al rico patrimonio mueble de tipo renacentista conservado en el interior de esta colegiata, hay que destacar la colección de retablos de Juan de Zamora y de Juan Bautista de Amiens, las pinturas y esculturas hispanoflamencas, y la decoración pictórica y escultórica del patio, sacristía y el coro del Santo Sepulcro, un ejemplo perfecto, a pequeña escala de las nuevas estéticas arquitectónicas y artísticas de la época, en las que sobresalen el “Entierro de Cristo” de Roque Balduque y las pinturas de la “Alegoría de la Inmaculada” de Hernando de Esturmio y la “Anunciación” de Gerard Wytel de Utrecht.
En la sacristía, además, entre otras interesantes piezas artísticas donde se exhiben piezas de orfebrería, alabastro, enormes libros de oraciones y vestimentas litúrgicas, es preciso citar la serie de grandes cuadros del maestro del tenebrismo español José de Ribera "El Españoleto", pintados expresamente para esta Colegiata por encargo del duque de Osuna, por entonces...
Read moreSi quieres conocer algo más, continua con la lectura: La magnífica Colegiata de Osuna fue fundada por Don Juan Téllez Girón, IV Conde de Ureña y padre del primer duque de Osuna, quien comenzó las obras del edificio en 1526, años antes de obtener la bula papal para su construcción.
Este templo, de estilo renacentista, sustituyó a la antigua iglesia parroquial medieval, y actualmente no se sabe con exactitud quienes fueron sus arquitectos.
Nada se sabe acerca de los arquitectos que, inicialmente, intervinieron en su construcción, aunque la historiografía tiende a ver la figura de Juan Gil de Hontañón, o un discípulo, en la traza tardogoticista del templo. Con posterioridad, tras concluirse el imafronte y algunas capillas cercanas, la construcción fue tomada por un arquitecto renacentista, relacionándose su estilo con Diego de Riaño en incluso con un italiano que utilizaba la influencia brunelleschiana como Bernadro Rosellino.
El proyecto original no se llevó a acabo a causa de las dificultades económicas, no sólo no se construyó el crucero y la girola en que debía de rematarse la cabecera, sino que el proyecto cambió cerrándose con tres capillas, de las cuales la mayor se cubrió con armadura de madera hasta que en 1721 Fernando Alonso, Maestro mayor de la Fábrica Colegial, construyó la cúpula barroca que contemplamos hoy día.
La fábrica se encuentra realizada a base de sillería procedente de las canteras locales, de gran porosidad y alto índice de humedad, lo que le proporciona un carácter deleznable, de ahí las numerosas vicisitudes y restauraciones a la que ha tenido que ser sometida a lo largo de su historia.
En el Panteón de las casas ducal de Osuna y Condal de Ureña, yacen en él la casi totalidad de sus titulares y buena parte de sus familias. Fue fundado por el IV Conde, Don Juan Téllez-Girón en 1545, independiente de la Colegiata pero adosada a ella, por lo que, gran parte se encuentra bajo la misma. Consta de un pequeño patio, del Santo Sepulcro, la capilla y el panteón.
Los panteones fueron sometidos a principios del siglo XX a una profunda transformación de manos del arquitecto italiano Jacomo Gali.
Pese a su grandiosidad, los duques nunca fueron muy generosos a la hora de dotarla económicamente, por lo que siempre arrastró una cierta penuria que afectó al personal que la servía, ya fueran altos cargos eclesiásticos o músicos.
Por el contrario, el tesoro de la Colegiata era muy valioso, ya que la casa de Osuna y las diferentes autoridades religiosas fueron espléndidos con las dádivas dedicadas a su equipamiento y ornamentación. Si te gustado, Por favor, Dale un Like, Gracias. Fuentes IAPH, y...
Read moreDoy dos estrellas porque la visita es obligada si vienes a Osuna. Pero, vamos a ver, nos obligan a que la visita sea guiada, perfecto hasta aquí, pero no pueden pretender meter por esos pasillos esas salas tan pequeñas, a grupos de 50 personas. Hoy parecíamos corderos, amontonados, y ademas exigiendo rapidez en los desplazamientos por que detrás venía otro grupo. La señora guía, comenzaba a explicar las cosas tal y como llegaba al lugar, sin esperar al resto del grupo. Muy mal por la gestión y organización. Insisto, el lugar merece la pena, pero no vengan en fin de semana. Gracias y muchos kilómetros 💪 En virtud a su respuesta: Antes de la visita, la guía no comentó nada de lo que usted a dicho. Sólo y unicamente, que por motivos de seguridad, nos colocaramos la mochila en la parte delantera, porque teníamos que pasar por pasillos muy estrechos. Es decir, pasar en fila de uno y obviamente sin correr por tener cuidado. Y usted me dice que la guía comenta que hay que llevar ritmo? Ni se puede llevar ritmo, ni la guía lo comentó. Obviamente por motivos de seguridad debes asumir el máximo aforo permitido, pero or moti is de calidad, en esos espacios, no se pueden meter grupos de 50. Todos los que pagan, tienen derecho a escuchar la explicación del guía, si empieza antes de que llegue todo el grupo, obviamente por problemas de espacio, estrechez y seguridad, no es nuestra responsabilidad es cuestión de...
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