Castro de Santomé — Attraction in Ourense

Lugar de encuentro entre la naturaleza y el pasado, Santomé es un magnífico bosque autóctono que esconde un yacimiento arqueológico donde conviven la cultura castrexa y la galaico-romana. Su situación privilegiada sobre el río Loña proporciona una espléndida vista sobre la ciudad. Pero además, Santomé es un bello ejemplo de bosque tradicional del valle ourensano, de clara tendencia mediterránea, en el que destacan los robles mezclados con los alcornoques, encinas y variedades de pinos, además de una gran cantidad de madroños. Se encuentra en un risco sobre el río Loña, que actuaría como un elemento defensivo más del castro, al visitar el lugar merece la pena vordearlo para disfrutar de las vistas sobre las «marmitas de gigante» del río, enormes piedras erosionadas por los remolinos del agua. Las excavaciones arqueológicas más recientes descubrieron una unidad completa del mismo, a modo de barrio, en el que a través de una calle central y una plaza se van articulando diferentes viviendas (superpuestas algunas de ellas) que abarcan un período desde el siglo I a.C. hasta el siglo II d.C. En la parte superior se encontró también una torre fortaleza que daba acceso al mismo. Ambos asentamientos fueron abandonados en el...

Se accede bien desde el pueblo yo dejé el coche a un lado. Se llega a un mirador atravesando el castro... da gusto perderse caminando. El entorno botánico es fantástico. Bosque mixto Atlántico- Mediterraneo con robledal, alcornocal y encina, con pino piñonero. Dafne, escobonar, rusco, litodora, lauredal y jaras. Espino albar y escaramujos. Alguna herbácea alóctona como la malva pero nada preocupante. Por desgracia la Acacia dealbata campa a sus anchas por los alrededores. Manchas amarillas de esta acacia llamada mimosal . Muy peligrosa, listada como especie invasora está desplazando al matorral autóctono e incluso a las especies arbóreas. Los ayuntamientos y la Consejería se lo tienen que tomar en serio... A juzgar por el paisaje y la llegada por la carretera no están haciendo nada por evitar su expansión. El mirador de la ollas de gigante está bien señalizado, aunque me ayudé con el GPS. Se ven las marmitas desde arriba. Hay forma de bajar por el otro lado del valle...pero no sé cómo. Hace falta un centro de interpretación. La geología del lugar también es...

Ruinas que parecen poca cosa cuando llegas pero los senderos que hay, alguno aún con calzada de piedra hacen que entres al bosque y descubras y te fascines cada vez más con el poblado enorme que debía de haber sido entre los siglos I a IV, hay zona de viviendas, torreón de vigilancia, villa imagino que de la familia que regentaba la zona, prensa de aceite y vino que posteriormente fue herreria hasta que se quemó. Sorprende la cantidad de ruinas que hay excavadas, bastante bien conservadas y seguramente haya que se habrá tapado para conservar, el sitio es fantástico aunque la naturaleza lo ha invadió demasiado y estorpece andar por los caminos aún empedrados. Hay carteles con audioguías de QR (no probamos a ver si funcionaban) que explican...