Ayer celebramos el cumpleaños de mi hija en Koala Park Pinto, esperando disfrutar de un día lleno de diversión para los niños y un momento de relax para los adultos. Mientras que el parque promete ser un espacio ideal para el entretenimiento infantil, nuestra experiencia se vio empañada por varios aspectos que considero importante destacar.
A pesar de que los niños disfrutaron de las instalaciones y las actividades, salieron sedientos del juego, no se les proporcionó agua durante su estancia a todos los niños. Esta situación se hizo evidente cuando tuvimos que adquirir botellas de agua en el restaurante para los niños, un detalle que nos tomó por sorpresa.
La culminación del evento nos presentó otro desafío. Al intentar compartir la tarta de cumpleaños en un ambiente familiar, nos sentimos abruptamente instados a desocupar la mesa, un momento que nos dejó con una impresión negativa. Aunque el personal accedió a dejarnos permanecer tras explicar nuestra situación y dado que la zona de la mesa reservada estaba vacía, la disposición inicial y la falta de flexibilidad nos causaron una considerable incomodidad.
Además, la oferta gastronómica del lugar resultó limitada, tanto en variedad como en capacidad para adaptarse a necesidades dietéticas específicas, como en el caso de un invitado celiaco. Esto, sumado a la calidad poco satisfactoria de los alimentos, ejemplo croquetas congeladas por dentro, restringió nuestra experiencia culinaria.
Quiero resaltar que, más allá de las instalaciones para jugar, que efectivamente proporcionaron un espacio divertido para los niños, la gestión y la atención al cliente, especialmente en situaciones que requieren salirse ligeramente del guión para mejorar la experiencia del cliente, fueron aspectos que dejaron mucho que desear. La rigidez en el seguimiento de las políticas, que no estan nada claras cuando contratas, sin mostrar empatía ni intentar adaptarse a las necesidades de una celebración familiar especial, refleja un enfoque que puede restar valor a la experiencia global.
Entiendo que cada establecimiento tiene sus reglas y procedimientos, pero esperaba una mayor consideración y tacto de parte de los gerentes para facilitar que los clientes disfruten plenamente de sus momentos especiales.
Para finalizar nuestra experiencia, se nos ofreció una tarjeta regalo como gesto de compensación, la cual declinamos. Aunque apreciamos el gesto, la decisión de no aceptarla se basa en nuestra resolución de no volver, dada la suma de experiencias negativas. Esta situación refleja una discrepancia fundamental entre nuestras expectativas de un servicio orientado al cliente y la realidad experimentada.
En resumen, mientras que Koala Park Pinto puede ser un lugar aceptable para que los niños pasen un rato jugando, si estás planeando un evento que incluya una celebración más íntima o tienes expectativas sobre la calidad de la comida y la flexibilidad del servicio, podría no ser la mejor elección. Lamentablemente, esta experiencia nos ha llevado a considerar otras opciones en el futuro y a compartir nuestro relato con otros padres que puedan estar evaluando este lugar para sus propias...
Read moreSituado a las afueras de Pinto en donde para poder volver tienes que ir hasta una rotonda y deshacer el camino, lo cual es bastante cargante.
Por otro lado es un lugar donde ademas de un millón de escaleras para acceder resultan de lo más peligrosas para los niños pues desde arriba no hay ninguna valla de protección y claro está, si te estás tomando algo en la terraza con niños pues es un peligro total.
Por otro lado, la terraza está vacía pero después de llevar allí sentados 30 minutos(en una mesa de 9 personas) y tomándonos un refresco sale una chica y nos dice que nos tenemos que mover de la mesa para otra más pequeña porque solo somos dos (le comentamos que estamos esperando a otros padres que irán llegando) pero insiste que debemos quitarnos de allí e inventa que las tiene reservadas pero en la mesa no hay nada que así lo indique y son ya las 18.45poca gente creo ya que vaya a venir, y además, en la terraza tienen otras 9 mesas de 6 sitios y 2 mesas mas de 9 personas, aún así nos ha echado a otra mesa, aún me pregunto el porqué, se mascaba tensión en ella, la verdad, y lo peor es que a esto que os estoy contando sé que desde Koala Park van a dar una respuesta con muy mala educación y mucha cara dura como han hecho en opiniones anteriores, que me negaba a creer las cosas que cuentan, pero hoy lo he vivido en mis propias carnes, muy desagradable la verda, y ya veréis lo que van a responder a este comentario, va a ser algo desagradable y con toda su cara.
Encima ni te dejan entrar mientras meriendan, solo te dejan entrar para que les des los regalos, con una tarta de mentiras y para que tires 3 fotos, así que ni recuerdo de el día de vuestro niños os van a dejar tener.
Koala Park, de verdad os compensa hacer estas cosas tan extrañas a los clientes que estamos allí por la ilusión de nuestros hijos???
Leeré vuestra respuesta y sin duda os responderé porque la verdad solo tiene un camino y esto que habéis hecho hoy es un poco feo.
Nosotros no volveremos y ojalá alguien lea este comentario también desista de ir porque de verdad, si!!! éramos dos en una mesa de 9 esperando al resto de papás de un cumple compuesto por 11 niños y digo yo, si os hiciera falta podríais juntar varias de las otras mesas vacias no? Quizá no era tan grave que estuviéramos nosotros ahí sentados consumiendo. De verdad os compensa hacernos este feo??? Yourself
En resumen, no es un sitio recomendable, una pena, ojalá quien me lea lo piense y tenga en cuenta que soy Local Guide con unas 500 intervenciones y más de 500.000 visualizaciones y que siempre intento buscar lo mejor de cada lugar, y aquí en Koala Park, no he encontrado nada bueno, una pena no poder contar otro tipo de...
Read moreAyer asistió mi hijo al cumpleaños de tres compañeros de clase y espero que sea la última vez que entre en este lugar. Me consta que el cumpleaños estaba reservado con mucha antelación, informando los padres de la asistencia de niños con alergias graves y en ningún momento de la reserva pusieron en el local ninguna objeción, si no todo lo contrario: los niños alérgicos disfrutarían de un menú para ellos. La sorpresa al llegar fue que, si no llevaban ellos la comida para su intolerancia, el local no daba opción a merienda para ellos, y en lugar de la tarta...un mísero yogur!! Mi hijo llegó muy contento del cumple, y no es para menos!! Estuvo con todos sus amigos jugando fuera de las paredes de un colegio. Pero también llegó muerto de hambre. Al preguntarle por la merienda del cumpleaños, me dijo que había sido un sándwich pequeño de Nocilla y un vaso de agua, y que TARTA NO HABIA COMIDO PORQUE NO LE HACIAN CASO Y NO LE DIERON. Sus palabras fueron: " YO DECÍA, QUIERO TARTA, YO TAMBIÉN QUIERO TARTA!....PERO NO ME HACIAN CASO .." Otro amiguito de camino a casa le preguntó a su madre que si se llamaba "perrito caliente...por qué estaba la salchicha fría?" El cumpleaños terminaba a las 20:15, y estando todos los padres a esa hora esperando para recoger a los niños... aún no habían merendado!! El momento de reparto de regalos un auténtico caos, en la entrada y de mala manera. Tres horas metidos en el parque para dar el regalo deprisa y corriendo y en un lugar tan poco apropiado?? Y si ya nos ponemos a hablar del trato dispensado a los padres.... No te dejan sentarte a no ser que pidas comida. Se ve que el gasto de la bebida consumida y el precio de los menús de los niños no son suficientes para merecer una triste silla. El cumpleaños se salvó por esos padres de los niños cumpleañeros, que suplieron con matrícula de honor el vergonzoso trato de los empleados del local, y por los niños, que saben sacar momentos divertidos y de juegos ante cualquier situación. Ojalá nunca más me inviten a un cumpleaños en este lugar y hagamos lo que aconsejastéis de malos modos a una de las mamás: ir a otro sitio a celebrarlo. Habéis dejado el listón muy alto. Cualquier lugar será mejor...
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