Volvimos pq teníamos un grato recuerdo de otra ocasión que habíamos comido allí. El entorno es espectacular y el restaurante con mucho encanto; pero la atención en ésta ocasión pésima. De acuerdo que era otra fecha y no Semana Santa que vayas a donde vayas está todo petadisimo. Después de haber hecho reserva para comer, nos dicen que dentro no hay sitio y nos instalan en una mesa con una corriente y un frío que teníamos que comer con abrigo. Después de mucho esperar sin ser atendidos y volver a mirar de nuevo si había sitio dentro conseguimos una mesa. Esperamos con mucha paciencia a que retiraran lo de los comensales anteriores y por fin despues de 1 hora nos sentamos. Ni un triste mantel, nos ponen los cubiertos directamente encima de la mesa a la que me imagino habrían pasado una bayeta, sin servilletas( tuvimos que pedirlas), pedimos una botella de vino y nos ponen vasos de sidra, le pedimos copas y nos dicen que es lo único que hay limpio. La carta muy pobre. La fabada no sé cuantas veces la debieron de recalentar. El postre y el café de pota muy buenos. Lo mejor José, el camarero, que pese a estar sobrepasado con el trabajo nunca puso un mal gesto y fué todo amabilidad. Muy buen profesional y con una muy buena aptitud; como se debe estar cuando trabajas cara al público. Su jefa deja mucho que desear, lo único que hacía era correr de un lado para otro, dar órdenes y no solucionar nada. No nos fuimos por la hora que era, pero no sé si volveré. Será por eso que dicen que casi nunca segundas partes son buenas? Y ya pongo el "casi" por no ser...
Read moreUna carretera entre árboles y un paisaje de montaña descubren una pequeña aldea apartada de cualquier lugar lejos de la ciudad. Hecha mayoritariamente de piedra, llena de vegetación y por la que pasa un rio, este lugar te empieza a cautivar a primera vista. Pero puedes pensar que al estar tan apartada, estará descuidada, maltrecha y "dejada", pero totalmente contrario a ello, sus casas están muy bien cuidadas, con todo lo necesario, ropa de cama, utensilios y hasta TV con usb para poner películas.
Además su mesón y la taberna conservan los aires del pasado y ambientado con la música de aquel tiempo, mientras tomas una sidra fresca sacada del rio, y comes la tortilla de cabrales, te hace pensar que no se puede pedir más. Pero As Veigas te da aún más: las rutas que salen desde el mismo pueblo, las aldeas de alrededor, la fauna y la flora, la tranquilidad y sobre todo la gente que es artifice de todo ello. Rosa, Alfredo, Marcelino y los demás consiguen que te sientas mejor que en casa. Una gran profesionalidad y calidad en todo, pero sobre todo una gran cercanía y mucho cariño. Personalmente ya he estado allí varias veces con mi mujer, y ahora con mis amigos y no dudo que volveré a repetir, porque este lugar...
Read moreDecepción. Fuimos específicamente a comer porque hablaban de que el lugar era precioso y con mucho encanto, que tenían comida típica y a buen precio. Nada más llegar sale una señora por una ventana y nos grita que si queremos algo, le decimos que tomarnos una sidra y más tarde comer, pues nos dice que cojamos la sidra en el río que ella baja en 5 minutos. Cogemos la sidra pero sin abridor y vasos poco podemos hacer. Pasan unos 15 minutos y le preguntamos a un señor que estaba descargando unas cajas si trabajaba allí y nos podía ayudar... El hombre muy amable nos trajo vasos, abridor, el tapón y la tina para escanciar. Le comentamos que queremos comer y aparece la señora, nos dice que comamos dentro pero que a ver en qué mesa que al día siguiente tenían bastante lío y ya tenían el comedor preparado. Nos sentamos y cuando queremos pedir, no hay ni la mitad de las cosas de la carta, nos sugiere el codillo y la fabada. RECALENTADOS EN EL MICROONDAS!! porque se escuchaba cómo discutía con el camarero desde el comedor, el timbre del microondas y otras muchas cosas que no hicieron la comida nada agradable. Las patatas fritas congeladas y el codillo insípido. Al final pagamos 27€ por una comida que deja...
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