Decepcionante. Según me contaban mis amigos, este era un sitio con clase, donde había que como poco, ir elegante, para una ocasión especial, pero al parecer esos días han quedado atrás, y muy atras. Por afuera es un sitio que tal vez impresiona, ya que desde la carretera se puede ver claramente, y la fachada está bien iluminada. Tiene un parking amplio y servicio aparcacoches si deseas usar tal servicio, aunque no es obligatorio. Una vez entras al lobby, antesala o como quieras llamarlo, te da la impresión de que la decoración se ha quedado estancada en 1995, xon sillones súper cutres y una escultura gigante de una rana que no pega ni con cola. Después entras a la recepción, donde te piden el DNI pero con un entusiasmo que lo flipas (sarcasmo) y ya una vez entras al casino en si, siges viendo la decoración sacada de una película de casino de Robert De Niro. Una sala a cada lado, a tu derecha maquinitas estilo tragaperras, y a la izquierda, la mesas varias de blackjack, ruleta, y zona de póker. No te esperes las salas gigantes que puedes haber visto en otros países. Otro atractivo es el famoso menú buffet. Que es caro, ya que son 29 euros más bebida no incluidas, tengo que decir que la calidad es buena aunque de escasa variedad, pero tienen buen producto en lo que tienen, pero la zona de postres te defrauda un montón, la mitad de las tartas son industriales, osea descongeladas previamente, y lo demás pues muy regular. Los camareros están todo el tiempo quitando vasitos y demás mientras estas comiendo, un poco agobiante en mi opinión. Luego también tienen música en directo, lo cual van montando y ajustando sonido mientras el buffet ya ha empezado, y esta hecho de tal manera que a los artistas nadie les hace ni caso, ya que están más en frente de las mesas de juego que de la zona de comida. La cantante no era mala para nada, pero no les dan su lugar, una pena. Otra cosa que me parece muy mal es la falta de control en la vestimenta mínima requerida, no te digo que a estas alturas, exijas traje, corbata y sombrero para entrar, pero en cuanto entre, ví un montón de personas con sudaderas, zapatillas de deporte sucias y en chándal incluso. Vamos que igual que vas a comprar al Carrefour puedes ir al gran casino de Madrid. Supongo que con toda la competencia de el juego online y casas de juego de los barrios se han tenido que relajar para competir, pero igual creo que esa no es la forma de hacerlo, pero yo no tengo un máster en marketing. Para resumir, el casino es una vieja gloria, que no ha sabido o querido actualizarse, y todavía le funciona el negocio, pero yo lo voy a tachar de mis sitios para volver, no hay nada que merezca la pena, y seguramente termine por cerrar en un futuro no.muy lejano. Si te estas planteando ir a celebrar algo o a jugar en un casino como Dios manda, busca otro, aunque te quede más lejos, pero este no vale la pena.