Hotel Brisas Del Pacífico — Hotel in Buenaventura

Don't get me wrong, I did not expect a five star hotel; however there were several drawbacks. ||||To start with, do not think that the hotel is directly located at the beach and don't think that the hotel is close to a beach either. However, if you walk into the village for around 10 - 15 minutes you'll get to the coast, a cliff, which is utterly beautiful around sundown - but besides that, there's not much to do there. ||||The pool is small and the facilities are simply bad and sleazy. I don't know how the showers are if they're inside your room, but as long as you have to use the ones outside, bad luck... Tidiness overall is ok, nothing to complain in particular besides the mentioned. The real disappointment was the room. When we arrived, nothing was prepared and we had to wait almost an hour until we could enter. Actually, we had to learn that we were not sleeping inside the hotel property - we had to go to the house besides, which is strangely the former "Hotel Anatolia" and around 100m. away. The room was small and offered three beds, all of them in theory protected with mosquito nets; however, only two of those were useable. Unfortunately, you need them, since the rooms have some kind of open band at its top, which is around 15cm thick, which bricks containing large wholes in order to enable air circulation, which is good, since the fan - you guess right - did not work, at least not properly. There is a toilet inside, but placed in the edge and separated by a shower curtain - so you have to decide carefully whether to go outside and use the ugly ones or use the one inside with all the side effects it will cause. Unfortunately, the mattresses are hard as wood and the beds are small, I don't want to judge here too much, but its just a matter of fact. The food, except breakfast - which is greasy and not so tasty, is quite good, simple but delicious. Nevertheless, you do not need all-inclusive desperately, you can eat pretty much the same everywhere else in the village for decent prices, since the menu is fish dominated anyway. ||||We booked a three day thingie with whale watching and eco tours. The whale watching was great - but better don't be an eco-activist since "looking for whales" was actually "hunting and chasing them down like pray". It was impressive to see them - but I felt a bit bad afterwards. Anyhow, not the fault of the hotel since it is done by someone else. The fault of the hotel was however, that they told us in advance we should be ready at 3pm in order to catch the bus to the other village where the port is. When we were there then at 3, they said they're sorry but the bus left at 2.30... Thus, we had to rush by our own with someone taking us on his motorcycle, not knowing if we're going to make it or not, in order trying to catch the boat - we did it obviously - but yah... that is not the best service "hotel" can provide to its customers. The so called "eco-tour" is simply a 60 min march to the beach. Nothing more nothing less. The beach is great, you can eat there - that was what we came for despite the wales.||||As a conclusion, the word "hotel" and the prices are distracting. I travel a lot in Colombia and that would be a medium to good hostel in my humble opinion. But considering its pricing and the things you get for that - its not worth...

Estuvimos mi esposa, mi hija, mi nieto de 8 años y yo en Ladrilleros desde el 14 de hasta el16 de mayo, al llegar tanto a Juanchaco como a Ladrilleros mi primera impresión fue que el tiempo pasa lento en ese lugar, pues desde hace unos años no lo visitaba y estaba muy parecido a mis recuerdos. Al llegar al hotel notamos que no era muy lujoso, pero tampoco habíamos pagado lo suficiente como para exigir más. La acogida fue agradable y a cargo de Celio quien hizo su mejor esfuerzo por hacernos, tanto a nosotros como a los demás visitantes, amena nuestra estadia; las habitaciones que nos asignaron son las mismas que se mencionan en tantos desafortunados comentarios anteriores, sin embargo tenían lo básico: Camas limpias, toallas secas, aire acondicionado para sobrellevar la humedad de la Región Pacífica, además un baño amplio y aseado en cada habitación en el cual pudimos refrescarnos y usar el sanitario sin tener que coger agua de una caneca como se acostumbra en esa zona aún en lugares mejor rankeados de B/ventura, cosa que aún agradecemos. Llegamos hacia las 11:30 de la mañana y ya estaban preparando nuestro almuerzo, mientras tanto nos dieron una jarra de jugo que cayó de perlas y nos mostraron la cafetera y el dispensador de agua para uso permanente. El almuerzo fue muy bueno con filete de pescado en salsa y un caldo levantamuertos hecho por Sonia a quien le mandamos nuestros agradecidos saludos. Esa tarde mientras la marea lo permitió disfrutamos de la playa de Ladrilleros, un lugar de contrastes entre la belleza del paisaje y falta de inversión en el mantenimiento de la misma. Volvimos al hotel y comimos con gusto y usamos la piscina en lo que quedaba de dia y parte de la noche. Utilizamos la zona alrededor de la piscina para tomarnos unos traguitos y escuchar música. Al día siguiente, y luego de desayunar, nos esperaba John quien amablemente nos acompañó en una caminata de una hora por lo que algún día será una buena carretera hasta La Barra, allá disfrutamos de una playa mucho más amplia y pintoresca y de la calidez y amabilidad de los lugareños. Cuando decidimos regresar John nos acompañó de nuevo en la travesía, esta vez por la playa hasta Ladrilleros, una excelente oportunidad de apreciar de cerca cómo se une el mar con los acantilados de la zona. De regreso al hotel, ya nos habían hecho las camas y cambiado las toallas, el baño olía a limpio y habían puesto más jabón y vaciado la papelera. Un rato después nos sirvieron el almuerzo hecho por las manos expertas de Sonia y luego de comerlo con avidez decidimos salir a reconocer los alrededores. Vimos cabañas en buena y regular condición, hoteles para todos los presupuestos y gustos y las casas de los habitantes del sector. Queremos destacar tres cosas que nadie ha mencionado en los comentarios anteriores: Primero, vivir en Ladrilleros debe ser muy duro y sin embargo, aparte del clima fuerte, la lucha diaria de sus habitantes por evitar que la selva recupere su espacio e invada las edificaciones, la falta de inversión de parte del gobierno local y nacional para mejorar las vías y los servicios públicos, aún hay gente arriesgada que invierte su capital en hacer cómoda dentro de lo posible la estadía del turista en esa zona y brindar una experiencia agradable. Gracias a esos Quijotes del turismo. Segundo: En Ladrilleros no se anda con el miedo de que a uno lo roben y esto es a cualquier hora, la gente nativa es amable, cordial y el ambiente es de respeto por el turista, hay una mentalidad de confianza, la gente deja colgada la ropa en los tendederos sin temor, los hoteles y cabañas dejan silleteria, mesas, manteles, equipos de sonido y otros electrodomésticos visibles desde la calle y sólo delimitados por pequeñas cercas más simbólicas que protectoras. Esto no lo encontramos en ninguna ciudad del interior del país, Tercero: Hasta los perros de los habitantes de Ladrilleros son una maravilla: Dóciles y bien tenidos, ellos lo acompañan a uno a las diferentes caminatas siempre meneando sus colas y sea que se les de una golosina o no, hacen bien su papel de coanfitriones, hasta tuvimos ganas de adoptar uno de tantos. Finalmente, pasamos lo que nos quedaba del día siguiente en la playa por lo cual optamos por declinar la invitación de John para ir a visitar la comunidad indígena. Hicimos el checkout a las 11:00 am y nos dirigimos a probar la comida del restaurante de Alicia en donde también disfrutamos esa sazón que uno espera del pacifico. Lo bueno de nuestra experiencia en el hotel: Cada peso invertido fue devuelto con atenciones, acompañamiento y alimentación. Las instalaciones, para estar inmersas en la selva del pacifico, cumplieron con el objetivo de darnos reposo y seguridad. Lo que podria mejorar : Que haya comunicación permanente el fin de semana entre la gerencia en Cali y el Hotel, pues hay decisiones que Celio no puede tomar sobre la marcha sin consultarlas y eso demeritó el esfuerzo del grupo de colaboradores en Ladrilleros. Lo malo: La idea que tienen algunos turistas que llegan al Pacific Blue con mentalidad de Hotel Decamerón... A Ladrilleros vamos a pasear y a gozar, no a ver el Discovery Channel, a buscar suites de lujo ni a meternos a una piscina olímpica o a un jacuzzi con sales aromáticas. Vamos a tomar el sol y a compartir el espacio que comunidades ancestrales nos han permitido disfrutar. Muchas gracias por la agradable experiencia, por allá volveremos. Atte....

Debo confesar que al inicio sentía un poco de miedo de quedarme en este hotel ya que mucha gente se quejaba de el, sin embargo decidí llamar y la chica que me atendió fue muy amable, me brindó un paquete todo incluido ( transporte cali-buenaventura, lancha, desayunos, almuerzos y cenas, viaje y estadía) a un precio bastante asequible. La buseta que nos llevó fue bastante cómoda y el conductor bastante amable, salimos a la hora prevista, el personal del hotel fue super amable, Celio nos hizo sentir en casa, al igual que el personal de cocina cuyos platos fueron deliciosos, el mismo día que llegamos nos llevaron a la barra y el guía fue muy cordial, nos esperaba y conversaba con nosotros, al siguiente día también tuvimos la oportunidad de ir a los manglares con el papá de Celio el cual fue muy atento y nos daba datos sobre el lugar que estábamos visitando. Respecto al hotel tuvimos fuimos atendidos por la señora Raquel, quien siempre se mostró muy amable y quien tenía un lindo perrito (Bongo) si van pregunten por donde anatolia y ahí lo encontraran (llevenle comidita ama el concentrado, y en Ladrilleros hay muchos perritos que les agradecerían que les lleven alimento), las habitaciones son pequeñas, pero tienen lo necesario para una buena estadía, debido a lo tarde que reservamos nuestra habitación no tenía aire, pero con el ventilador nos bastó, la cama era cómoda, teníamos una mesa para dejar las maletas, y en general la habitación se encontraba limpia. Es un hotel sencillo, y tiene lo necesario para una estadía inolvidable. Respecto a el resto de las instalaciones son muy cómodas, te dejan poner musiquita, y la piscina no la utilizamos, igual teníamos el mar para que mas. Mi invitación es a que se arriesguen a vivir esta linda experiencia y no crean en todos los comentarios "destructivos".||Cabe aclarar que este hotel es ideal para aquellos que no esten interesados en tener lujos, para ello hay otros tipos de hoteles por un precio mucho mayor, y este no queda frente a la playa pero caminando son por ahí 5 minutos. ||¡Espero disfruten mucho, el...