The receptionists and the service staffs who prepared the breakfast as well as the driver of shuttle service who drove us to Caserta Palace and to the beach have made our stay happy, very comfortable and safe. We felt very much welcome in this hotel. We would like to thank everyone for the warmest gesture during our stay. Also, i have to mention here that we have enjoyed the small talks with Alesia, the lovely receptionist 🙂. The whole crew have made our stay very special. As for the rooms, the facilities are there, the bed is good. The Bathroom can be improved with more towel holders and storage shelves. As for the Beach, Lido Varca D'Oro, it is just around 10 min. with the shuttle service or by car. The bus is not reliable, so i do not recommend using it . The beach is not crowded which i enjoyed. Shower rooms close to the beach is available, Beach chair and umbrella were affordable. Restaurant,snack bar, drinking bar are a few steps away from the water. When we were there on Sunday, there was a live band. I hope the above informations can help. L....
Read moreEste es uno de los peores hoteles en que me he alojado y, atendiendo solamente a la relación calidad-precio, sin duda el peor. Por lo que se ve, tiene por norma, a los huéspedes que van a permanecer allí varios días -y que, por viajar en grupo y por agencia, han tenido que pagar por adelantado la estancia-, no limpiarles la habitación ningún día. Con tamaña sorpresa nos encontramos todos los del grupo al regresar la primera noche. Cuando protestamos, se nos respondió, con toda desfachatez, "que esa era la norma en todos los hoteles del mundo". Ante nuestro escepticismo, la versión fue variando desde que, "por lo común, los clientes extranjeros no querían que se les limpiase la habitación" hasta que "alguien del grupo les había pedido que no se la limpiasen a él, y que, por error, habían interpretado que esa era la voluntad de todos". Por supuesto, fueron incapaces de señalar a quien les había pedido tal guarrería. No obstante lo cual, ya por último, se instalaron en esa "explicación", toda vez que, a nuestro descontento por el mal servicio, se iba añadiendo la indignación porque se nos quisiera tomar por tontos. Lo que vino detrás ya fue el colmo: para "compensarnos" por su "equivocación", se nos dijo que, en la cena, iba a "invitársenos" a una botella de vino. Cuando llegó el vino, era peleón de la peor especie. Uno pidió que se lo sustituyeran por un botellín de cerveza. Le dijeron que no: que, si quería cerveza, tendría que pagarla aparte.Tras el "malentendido" inicial, los siguientes días, sí se nos "limpiaron" las habitaciones... si puede llamarse a eso que estiraran las sàbanas, cambiasen las toallas y vaciasen -no siempre- la papelera. Para dormir, había que hacerlo con la cortina echada, pues, en torno al marco de la ventana, había unas bombillas que no se apagaban en toda la noche. A la hora de comer, otro desastre: "rellenaban" las botellas de agua mineral: nunca hubo una en las mesas con el precinto puesto. Y la bollería y el pan solían estar duros: se notaba a la legua que reutilizaban, de un día para otro, las sobras. No digo nada respecto a que estuviera en el quinto pino de cualquier sitio, pues enviarnos tan lejos de cualquier zona interesante es, más bien, culpa de la agencia organizadora del viaje. Por supuesto, el hotel no está en Nápoles, y ni siquiera en su cercanía. Para llegar -y para volver-, en parte por la distancia y, en parte, por el tráfico, perdíamos una hora cada vez. El pueblo donde se encuentra se llama Giugliano in Calabria. He buscado información sobre él y, por la descripción, no tiene mal aspecto. Sería por eso que el hotel estaba en la zona más alejada, fea y cutre. Ni siquiera tenías la posibilidad de dar una vuelta por el centro de la localidad. Como han dicho, antes que yo, otros usuarios-víctima, aquello, más que un barrio, parecía un polígono industrial, o...
Read moreEl hotel está a unos entre 30 y 35 km de Nápoles, en una localidad llamada Varcaturo, completamente perdido en mitad de la nada más absoluta, rodeado de una especie de polígono y casas cutres, tremendamente deterioradas y sin posibilidad de moverse en ningún trasporte público hacia Nápoles, únicamente en taxi con un precio cercano a los 100 euros. Hay una playa a más de 30 minutos andando, pero la carretera (único lugar por el que se puede llegar) no tiene ni 1 cm de arcén, mucho tráfico y es peligrosísimo transitar por ella, allí no se puede hacer absolutamente nada, salvo estar en un mini saloncito también muy cutre y, como todo el hotel, sucísimo. Los dueños son una familia, algunos amables y otros unos impresentables, la habitación a la altura del resto de instalaciones, uno de los días nos dijeron que era fiesta en el pueblo y no nos podían hacer la habitación, pero el resto de los días se limitan a echar la colcha por encima de la cama sin molestarse ni en estirar las sábanas y por supuesto sin tocar el baño ni el resto, únicamente cambian las toallas. De verdad que da asco estar allí. Sobre la comida en él, se podría escribir un capítulo aparte pero dado el lugar solo se puede decir que está acorde al sitio. Respecto a la ubicación, además de sitio feísimo donde los haya, está en el lugar más inapropiado, justo el camino contrario hacia todas las rutas de sitios de interés, vayas donde vayas desde allí, hay que tomar camino a Nápoles y, con los atascos de entrada y salida de la ciudad, se pierde más de una hora de ida y otra de vuelta. Lo más curiosos es que las opiniones sobre el hotel en Google son buenas, pero si uno de verdad ha estado allí, verá que es imposible que sean opiniones de clientes reales. Nosotros fuimos un grupo de unas 40 personas y todos coincidimos en que era uno de los peores sitios en los que habíamos estado, es imposible recomendárselo a alguien, salvo que...
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