My 7 year old daughter my 13 year old son and I made a day long excursion from Camping Ordesa (incredible place, incredible people) which is about a half a mile to the North of Torla to the Roman bridge El Puente de Abetos to and from San Nicola de Bujaruelo. We covered over 8 kilometers of trail (first half of the excursion) and had the incredible pleasure of seeing the bridge and the Refuge come into view below us in the last 500 meters of the trail. I was dreaming of a nice cold cerveza and my kids had their minds fixed on an ice-cream, of course. ||||The next time we make the trip I am going to lighten up my load and head out with out the picnic so we can try the food, since from what I saw, the food looked good and the other clients seemed to be enjoying the fare. What I can say for sure is that the staff was great... straight up. The prices seemed entirely reasonable considering the location. ||||Peoples opinion of this place might be a little different if you drive up in a car. When you trek in you understand the place better and appreciate it for what it truly is: a fantastic place to and get a drink, have a meal, and stay for a while to visit farther up in the mountains where the scenery just gets better and better. My kids and I especially liked seeing the groups of climbers and spelunkers that came and went, clanking along, using the camp grounds next to the Refugio as their base camp. The camp ground themselves looked more like a parking lot than a camp ground but I am sure the people staying there didn't care much since it was all about location. ||||Simple, straight forward and made for people who want a nice reward half way thru or at the end or a hard day's adventure. Be sure to take a dip in the Rio Bujaruelo under the Roman bridge while you are there: it is just as cold as the beers at the Refugio and right next door...
Read moreHoy hemos vivido una experiencia desagradable con el chico que atendía la barra al mediodia, en este establecimiento.
Llegamos a las 13:23 con la intención de pedir dos bebidas, dos croquetas, dos hamburguesas y unas bravas. Al acercarme a la barra, el camarero —un chico alto, delgado, que hablaba catalán (o quizás valenciano)— me informó que no podía tomarme nota hasta las 13:30. Le propuse dejarle todo pagado y que lo marchara a cocina a esa hora, pero me dijo que no era posible.
Le pregunté entonces si al menos podíamos tomar ya las bebidas y las croquetas, que estaban en la barra, y me respondió que sí, pero que tendría que hacerme dos tickets: uno ahora y otro dentro de 7 minutos, con las hamburguesas y las bravas, porque en cocina no podían aceptar pedidos completos antes de esa hora. Daba la sensación de que se nos estaban poniendo trabas innecesarias para evitar que pidiéramos comida.
Mientras esperábamos esos minutos, fui al baño para hacer tiempo. Al salir, me encontré con que le había servido a mi pareja los dos vasos con hielo que habían quedado en la barra. En ese momento, aprovechando que yo estaba sola, me informó de que en la mesa donde estábamos no se permitía comer. Le respondí que no necesitábamos servicio de mesa, que podíamos recoger nosotros mismos la comida y llevarla fuera, pero me dijo que igualmente no podía permitirlo porque si las mesas de al lado nos veían comer, podrían quejarse. No entiendo por qué no se lo comunicó directamente a mi pareja, que era quien estaba sentado allí.
Me fui hacia fuera, ya muy decepcionada por la actitud y las trabas constantes, y él me acompañó diciéndome que si queríamos comer, debíamos sentarnos en una de las mesas donde ya había otras personas. Nosotros tenemos una perrita y, por respeto, no queríamos invadir la mesa de nadie ni molestar.
Su actitud en todo momento fue poco servicial, y sinceramente, parecía que estaba haciendo lo posible para que no pidiéramos comida. Se notaba que no tenía ninguna intención de facilitar nada.
Le conté la situación a mi pareja, y él decidió entrar a insistir. Le explicó que no era problema para nosotros recoger las hamburguesas y llevarlas a la mesa por nuestra cuenta. Finalmente accedieron a cocinarlas, pero al ir a recoger el plato, le negaron los cubiertos.
Me parece una actitud absolutamente intolerable. Este trabajador no mostró en ningún momento interés por atendernos correctamente, ni la más mínima voluntad de servicio. Es una pena que en un lugar al que uno acude con la intención de pasar un buen rato, se encuentre con alguien que claramente no quiere trabajar de cara al público. Nadie está obligado, pero si estás, al menos hazlo con respeto, educación y disposición para tratar...
Read moreNo es una reseña como refugio, ya que solo subimos a comer, previa reserva. En la terraza porque dentro no se admiten animales e ibámos con un perro. Nada más entrar y exponer la situación uno de los camareros con un tono bastante chulesco me dice "No se toman reservas para la terraza, tendréis que esperar a que se quede libre una mesa". Le indico que ese no es problema, ya tenemos una mesa. Que queremos pedir la carta y algo de beber. Lo primero de todo que la carta que exponen en su web tiene muchas más cosas que la que me dieron a mi en papel. En concreto carnes a la brasa (me daba igual chuletón, que entrecotte, que ternasco). Y de lo poco que había para elegir no quedaban bravas. Entiendo que un refugio no es un restaurante, he estado en muchos refugios en todos los valles del Pirineo Aragonés y Navarro, pero si pones una carta online, luego no la cambies in situ. Pedimos bebida en la barra y cuando le indico que queremos tomar unas migas y un chuletón, el camarero de la barra, muy amable me dice que lo va a consultar. Le pregunta al chico que antes me había dado una mala contestación y me dice que chuletón en la terraza imposible porque sale en un planto caliente y cada uno se lo va haciendo y que si queremos dentro tenemos nuestra mesa, pero fuera no se puede. Pues no se puede, cambiamos el menú. Mientras estaba esperando para pedir, entró un señor le pasó lo mismo con chuletones, que los quería en la terraza. Entiendo que es su política pero no sería el primer sitio, ni el segundo, ni el tercero que tomo un chuletón en una terraza en el Pirineo. También en ese momento presencié una situación de un chico que venía solo con su perro y entró y desde la puerta intentó pedir un refresco, el mismo camarero le dijo, aquí no se admiten perros, así que el chico le dijo que venía solo y fuera se prohibe dejarlos atados. El camareró le contestó: "Eso no lo podemos gestionar nosotros". Que tendrá razón, pero el trato al público por parte de este chico no me parece normal. El chico que estaba en la barra, muy amable, incluso nos puso unas aceitunas para picar sin conste alguno. Finalmente tomamos las migas y longaniza a la brasa, la comida buenísima. El precio caro para la ración que es, barato para estar en un refugio y en el entorno que está. Creo que es un precio justo. Resumen: Ubicación fantástico, Organización regular tirando a mal, Servicio: Algunos muy amables y otros no tanto. Si puedo evitarlo sería un sitio que mientras estén allí ciertas personas y tenga esa...
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