Café Martínez — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

Pri y ul, primera y última vez que voy. Dejaron la puerta abierta en un día muy ventoso y frío, todas las mesas encimadas, hacía más ruido que en Plaza Constitución en hora pico, me morí de frío. Apenas entras el autoservicio te increpan para que pidas, después de todos modos hay que esperar dos horas para que te entreguen el pedido. Pedí ensalada de salmón, el salmón parecía medio gomoso y tenía una pequeña uña de palta, además estaba servida en un contenedor de cartón que se desarmaba cuando querías comer y se desarmaba. Fuimos con mi señora y a ella le pasó con su ensalada, nos dieron solo una servilleta para cada uno y de tamaño uña del dedo gordo, que no te podes secar ni limpiar nada. El aceite ahora te lo dan en sobres, nos dieron uno a cada uno y tuve que pedir más. Después pedimos un café pocillo y tardaron quince horas en llamarnos. En resumen toda porción disminuida, los croutones, la salsa ceasar de la ensalada venía en un potecito tapado con un film, una desprolijidad y totalmente antihigiénico, bromatologia a marzo. Los precios son como si te pusieras a comer en el Time Square en Nueva York y la realidad es que se entiende que estemos en un país con mucha inflación pero eso no justifica la mala atención. La relación precio calidad producto no da. Desde ya que no...

He sido cliente habitual de este Café Martínez durante mucho tiempo, pero esta última experiencia fue realmente decepcionante. Estaba en una llamada de trabajo importante tras haber pedido un café, como suelo hacer, se me acercó la dueña para decirme, de manera nada cordial (grosera) que la mesa estaba reservada y debía moverme. Le pedí unos minutos para avisar que me iba a cambiar de lugar, pero en lugar de esperar, comenzó a ARRASTRAR la mesa con brusquedad hacia otro lugar generando mucho ruido e interrumpiendo completamente la conversación. Me dejó literalmente en medio del salón, sentado en una silla sin mesa ya que la había movido. Tuve que disimular la situación lo mejor posible, pero finalmente me vi obligado a cortar la llamada por el nivel de interrupción.

La falta de respeto fue total, como no me levanté inmediatamente comenzó a arrastrar la mesa. No es la primera vez que escucho comentarios negativos sobre el trato de esta señora. Una lástima, porque de verdad que la atención de los chicos de caja, meseros y baristas...

Una VERGÜENZA Café Martínez. Entré y ya de entrada el lugar era un asco: las mesas todas sucias, migas, manchas pegoteadas, ni un trapito a la vista. ¿El personal? Bien, gracias. A nadie le calienta limpiar ni un poquito, ni aunque a una señora se le haya caído un jugo al piso... ¡Nadie se dignó a darle un mísero papel! Un desastre total. El sistema de autoservicio es un quilombo: pedís en la caja, después te tiran el pedido en la barra como si fueras ganado, y para colmo, una alarma de lo más molesta empieza a sonar cada vez que un pedido está listo. Imposible saber cuál es cuál, porque suenan todas al mismo tiempo. Te sentís en un bingo, buscando tu pedido entre el caos. Y ni hablar de cómo te atienden: cero ganas, cero onda, te miran con una cara de “¿qué querés?” como si les estuvieras arruinando el día por pedir un café. Ah, y hablando de eso... ¡el café! Un desastre. Helado. Ni tibio, HELADO. Parece joda, ¿cómo te van a dar un café frío? La verdad, una experiencia para el olvido. No pienso volver ni recomendarlo, ni...