Dandy Saavedra II — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

No suelo dejar reseñas o comentarios a los lugares a los que asisto, pero mi experiencia en dandy fue fatal. Fuimos el lunes a la noche con mi pareja a cenar, y al ver que el salón estaba lleno, optamos por comer afuera (frente al parque). Nos atendió una chica de contextura alta y pelo castaño oscuro, la cual arruinó por completo nuestra estadía. Nos dejó tirados en una mesa, como si fueramos una carga o una molestia para ella, y ojo, no solo fue con nosotros ese trato como para justificar de que tuvimos algún percance con la misma, sino que su atención era mala con absolutamente todos. Fue descortés, poco atenta e incluso cuando pedimos panera se fue insultando por lo bajo. Lo único bueno fue la comida, pero que no va en relación con el precio-calidad. Pero hablo en particular de esta señorita que nos atendió, ya que cuando entré al baño, pude notar que los dos chicos que estaban adentro eran mucho más amables y atentos a las mesas (se reían con ellos, charlaban, hasta les ofrecían cartas de postre y a nosotros que estábamos afuera nada) Para colmo cuando estaba saludando a unos amigos que estaban adentro, notamos horrorizados lo que dejo en el siguiente video evidenciando la falta de higiene y mantenimiento de esta sucursal. Cobran demasiado y la atención no es la mejor de todas como para que encima estemos en presencia de estos roedores por nuestras comidas. Pedimos la cuenta (la cual demoró porque la mesera estaba charlando con la cajera) y decidimos irnos mientras la chica nos miraba con muy mala cara. Tampoco había presencia de algún encargado o manager como para poder hablar sobre lo acontecido. Teniendo tanta gente que busca trabajo, contratan cada vez más a mozos novatos y sin experiencia, que te atienden de manera nefasta. No...

Muy lindo decorado, ambientado, iluminado, no tuve oportunidad de ver sanitarios. Había 5 mesas ocupadas por 4 parejas y 1 una mesa con una familia. El resto del salón vacío, afuera 3 mesas, 2 con parejas y una con un grupo de 5 personas. En el salón se veía bastante personal pero te atendían como si no hubiese nadie supervisando, amables sí pero con una demora hasta que te veían y dejaban de charlar tras mostradores, la verdad no quiero pensar lo que debe ser con salón lleno. Quizás ese domingo no había nadie de encargado porque desastre total en demora para tan poca gente. La comida nada del otro mundo, raviolis de cordero ricos pero es un plato muy pesado, los fideos con salsa de crema panceta y verdeo muy insulsa, como si estuviese muy aguada, una pena. La burrata de entrada bastante generosa, estaba rica. Bebidas no había mucha elección. No recomiendo hoy, la atención es una de las cosas que no puede fallar en un lugar así. Ojalá mejoren al menos en esta sucursal. O que haya un encargado más idóneo o que esté presente. Y la frutilla del postre, fue que justo al lado nuestro se nos sentó una familia, donde una de sus niñas pobre estaba aburrida en un lugar donde no es idóneo para niños, no hay juegos ni nada, y nos pasamos toda la cena con sus llantos y gritos, así que conclusión, no lleven niños a un lugar donde no puedan disfrutar, un poco más de empatia por...

No volveré a almorzar o cenar a este lugar. Pedí el plato de pastrón y, si bien me aclararon que era carne cortada finita y en la carta no decía que fuera cocido durante varias horas, estaba bastante dura, con un poco de grasa y no tenía el clásico sabor ahumado de una cocción lenta (parecía fiambre calentado). Pedí que me cambiaran el plato, porque no quería pagar 20 mil pesos una carne que cosideré mal preparada y no era en absoluto de mi agrado, y me trajeron el de tapa de asado. Si bien agradezco que accedieran a cambiarlo, la tapa de asado estaba muy seca y la salsa que la acompañaba no tenía buen sabor. Oor otro lado, los/as mozos/as no prestaban atención a las mesas y cuando se cayó un poco de jugo, no limpiaron ni la mesa ni el piso, pese a que el encargado le pidió a una moza que lo hiciera. Me desilusionó mucho, ya que fui varias veces y siempre había comido bien, pero no me arriesgaré de nuevo a pagar tan caro un plato que puedo cocinar mucho mejor en mi casa sin ser chef... Las medialunas que compré para la merienda estaban ricas, solo volvería...