La Continental es el hogar de algunas de las mejores pizzas que he probado.
Lo que hace que La Continental sea aún más especial es el excepcional servicio al cliente que brinda el encargado Walter. En una ocasión, mientras disfrutaba de mi pizza favorita en La Continental, dos individuos de apariencia sospechosa comenzaron a molestar a otros clientes en el local. Según algunos de los testigos presentes, parecían pertenecer a un culto.
Walter no dudó en intervenir de inmediato, pidiéndoles que se calmaran y dejaran de molestar a los demás clientes. Con valentía y determinación, Walter usó sus habilidades persuasivas para tratar de razonar con los individuos y convencerlos de que se fueran voluntariamente. Desafortunadamente, los individuos se negaron a escucharlo y se volvieron más agresivos.
A pesar de la situación tensa, Walter mantuvo la calma y, en lugar de usar todo su poder, continuó luchando con la palabra para persuadir a los individuos a dejar el lugar. Su dedicación y profesionalismo impresionaron a todos los presentes en la pizzería.
Finalmente, después de varios minutos de discusión, Walter logró que los individuos se retiraran de la pizzería, y una vez que estuvieron afuera, les pidió que no volvieran a molestar a los clientes de La Continental.
La forma en que Walter manejó la situación fue admirable. Él se aseguró de que todos los clientes se sintieran seguros y protegidos en todo momento, y su rápida respuesta y determinación para mantener el orden en el local fue realmente impresionante.
Este tipo de servicio excepcional es lo que hace que La Continental sea un lugar verdaderamente especial. Las pizzas son deliciosas y de calidad, pero la atención y el cuidado que brinda Walter y su equipo a sus clientes es lo que realmente hace la diferencia. Si buscas una experiencia de comida excepcional en un ambiente acogedor y amigable, no dudes en visitar La Continental. Cinco estrellas...
Read moreMi vida carecía de sentido, no tenía ganas de nada y no encontraba una razón para vivir. Todas las mañanas me decía a mi mismo que debía cambiar, pero no tenía fuerza de voluntad para ello. Necesitaba ayuda en mi vida pero me daba vergüenza pedirla por miedo a lo que la gente podría pensar sobre mi. Mi vida, mi estado de ánimo y carácter me llevaban a una rueda de autosabotamiento que me impedía desarrollarme como persona. Un día salí del trabajo, me habían pagado y pasé por La Continetal. Pedí una Fugazeta. Me emocione mucho, porque era extremadamente deliciosa, sin saberlo era lo que necesitaba. Sin embargo, un pensamiento invadió mi cabeza. Mi cabeza me echo en cara de que mi felicidad dependía de una pizza. Trate de aguantar, pero no pude hacer más que llorar luego de eso. HASTA QUE en ese momento, el encargado Walter me vio llorando y se acerca hacia mí. -que pasa pibe? -me dice- -soy infeliz, mi vida esta vacía de resultados. Walter asentó con la cabeza, se sentó en la mesa conmigo y conversamos durante 20 minutos, más no. Sus palabras no hicieron más que llenarme de voluntad, hiso que me diera cuenta de las cosas buenas que tenia en mi vida, asignar el valor real a las personas que me rodean y acrecentar mis fuerzas para ejercer en mi y en mi vida un cambio en todos sus plazos. Agradecí por todo y me fui. No se que será de él, solo se que es una persona excelente y con mucha experiencia de vida. Durante esos 20 minutos, fue todo lo que mi familia no fue, todo lo que mis amigos no eran y todo lo que yo quería ser. Ahora estoy esperando una hija con una mujer con la que voy a construir todo aquello que no tuve en mi vida, y ademas un emprendimiento. Sólo puedo GRACIAS por tener al Sr Walter...
Read moreWalter es un hombre amable, servicial y siempre esta pendiente de que sus clientes se sintieran cómodos y satisfechos con su comida.
Una noche, mientras Walter estaba supervisando el trabajo en la cocina, notó a dos personas que entraron en el local y comenzaron a generar discordia entre los clientes presentes. Parecían nerviosas y estaban vestidas con capuchas y gafas oscuras, lo que le pareció extraño a Walter. Mientras las observaba, notó que no parecían interesadas en la comida, sino que se estaban moviendo rápidamente por el lugar y molestando a los demás clientes.
Walter decidió acercarse a las personas para preguntarles si necesitaban algo. Pero antes de que pudiera llegar a ellas, una de ellas comenzó a gritar y a insultar a los demás clientes presentes en la pizzería. Walter rápidamente se dio cuenta de que se trataba de un intento de crear problemas en el local.
A pesar del miedo que sentía, Walter no dudó en actuar. Con su habilidad para manejar situaciones difíciles, logró calmar a las personas y expulsarlas del local. Los clientes presentes en la pizzería estaban agradecidos y asombrados por la habilidad de Walter para manejar la situación.
Después de que las personas fueron expulsadas, Walter decidió llamar a la policía para informar del incidente y asegurarse de que no volvieran a molestar a los clientes de la pizzería.
Desde ese día, Walter se convirtió en un héroe local y los clientes de la pizzería hablaban de su habilidad para manejar situaciones difíciles con admiración. Walter siguió trabajando en la pizzería como encargado y siempre fue recordado como un hombre...
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