El Domingo, luego de bastante tiempo sin rutear, en parte por Fiestas, Vacaciones y COVID, nos llegamos hasta Magnolia, en Villa Ruiz. Pegadito a Carlos Keen, sin tanta gente.
Nuestra experiencia anterior en Villa Ruiz había sido bastante negativa, y vieron que las emociones quedan adheridas a los lugares. Pero fuimos igual.
El lugar es precioso. Muy tranqui, relajado, con espacio entre las mesas, pájaros que hacen la banda de sonido, y sin señal. Ideal para extensas charlas, mientras se come, o repantigados en la sobremesa.
La llegada no fue alentadora. Teníamos reserva a las 13.30. A esa hora estábamos en la ruta, y mandamos Whatsapp avisando que llegábamos a las 14.00. El tránsito. Cuando llegamos, la encargada de la recepción, disculpándose con mucha amabilidad, nos explicó que... no teníamos mesa. No habían visto el mensaje, y la ocuparon. Tuvimos que esperar un rato, hasta que finalmente pudimos ubicarnos. Se sobrelleva. Con Amanda siempre tenemos algo de que hablar.
La atención es un punto fuerte. Todos te sonríen, se preocupan porque vivas una buena experiencia, y están pendientes. Eso es maravilloso. El problema es que es algo caótica. Nos atendieron, sin exagerar, cinco personas. Todos amables, sonrientes y con la mejor onda. Mi Abuela decía "Muchas manos en un plato hacen mucho garabato". Pedimos alcohol a uno de los camareros. Nunca llegó. Pedimos hielo. Tampoco. Mientras elegíamos, pedimos una empanada de osobuco, porque tienen una fama abrumadora. No aparecía. Se la terminamos pidiendo al que parece ser el dueño. La trajo al instante. A los 5 minutos aparece otra camarera con... la empanada que habíamos pedido. Podríamos haberla comido, porque son fabulosas y tienen la fama bien ganada. Pero íbamos por la comida. Pedimos parrillita. Y volvimos a nuestra charla. Y charlamos. Y charlamos. Y seguimos charlando. En un momento, nos miramos y dijimos "No está tardando mucho?" Otra persona, ya no recuerdo bien, se acercó y le preguntamos. Enseguida, llegó la parrillita. "Se había perdido la comanda", nos dijo. "Ah", dijimos con Amanda. Y nos dedicamos a devorar con ferocidad cosaca la carne, que estaba buenísima. Acompañada por fritas y aros de cebolla, exquisitos.
Un pensamiento. En un equipo, no van todos a patear el corner. Uno patea, otros van a cabecear, otros quedan esperando el rebote, y los restantes quedan defendiendo. Si los once patean el corner seguramente va a salir mal, por mejores jugadores que sean.
Retomo. Nos regalaron el postre, por las incomodidades que existieron. Esos gestos que no abundan, y fidelizan al cliente. Ah, estaba buenísimo y lo ajusticiamos en instantes.
Los precios están bien, en un rango aceptable. Ni es la oportunidad de ahorrarte unos mangos ni vas a tener que vender un órgano. Aceptables. Y tenés un descuento en efectivo, que suma. El baño está limpio y no se sufre.
Resumiendo: un lugar muy bello y tranquilo, atendido por gente muy dispuesta y atenta; los platos, al menos los que probamos, exquisitos, y los precios, razonables.
Punto a mejorar: la organización. Y estaría bueno agregar la opción de una copa de vino en la carta de bebidas.
Gracias, gente linda de Magnolia. Reivindicaron el nombre de Villa Ruiz.
We'll be back!
ACTUALIZACIÓN:
Volví. Realmente mejorado. Mucho más organizado. Ahora sí, 5 estrellas. Otra cosa: los raviolitos, tremendos. Super...
Read more#Magnolia #Mercedes #Diseño130 #parsimonia #pueblosrurales
Nancy Lange, amiga virtual y whatsapera hace varios años, me mando el domingo pasado el link de una nota que le hicieron a las dueñas de Magnolia, (sume lectura en redes sociales y Googlemaps) me gusto lo suficiente para el lunes hacer la reserva. Esta en Villa Ruiz, pueblo que me encanta. Es una vieja casa refaccionada con parque y otras instalaciones nuevas. (Hay que ir con paciencia y olvidarse de los problemas y urgencias terrenales). Servicio de mesa: panera y dos compoteritas con ricota "especiada", muy rica y porotos en escabeche (o algo asi). Pedi de entrada: Empanada de osobuco braseado, jugosa, comer sobre la mesa o es mancha asegurada. Sabrosa. Señor: nada porque estaba mal del hígado, ponele. (Le duró poco). Primer plato: Yo: Tortelloni de calabaza asada en masa de espinaca con salsa de manteca de salvia, riquísimos, vienen acompañados de una tostada que ensope en el jugo que quedó de regalo en el plato. Señor: Entraña con papas fritas, salsa criolla y mayonesa de chimichurri. (Dejo la salsa y la mayonesa pero le dio duro a las papas). Todo con soda. Postre: Señor: flan con dulce de leche. Casi chupa el plato. Yo: helado de mascarpone con frutos rojos y crocante. $2780 sin la propina. Como no era hora de la merienda aún, fuimos hasta Mercedes una vez más. (Esta vez elegí cruzar todo Jauregui para juntar información para otras salidas). Segun por qué camino entres a la ciudad, hay distintos circuitos para hacer. Esta vez fuimos al Museo histórico Víctor Miguez, estaba cerrado pero no, hoy hacían una actividad de lectura de poemas (a la que no nos quedamos) tuvimos la suerte que estaba Gloria Correa ordenando todo y nos regalo una mini visita guiada a un lugar hermoso que esta cuidado con mucho amor. Como ya eran casi las 19, "hora del vermú", decidí de una buena vez conocer Diseño 138 aunque sea para tomar algo. Lugar bello, elegante, increible si los hay, atendido con un grado de amabilidad que da gusto y por lo poco que pudimos probar (uno de los mejores cheesecake que probé en la vida) ya estoy dándole forma a pasar un fin de semana entero en Mercedes/Suipacha una vez más.
Deberían revisar seriamente el asunto de los tiempo porque volvimos y nos gusta la sobremesa y la charla, pero no que nos...
Read moreLa atención fue muy buena desde que llegamos hasta retirarnos, re atentos y amables los mozos. Nos ofrecieron espiral para los mosquitos, nos aclararon cosas de la carta, traen una panera con pan tipo focaccia y hummus para picar (y contaban ademas con opcion sin tacc aparte). El lugar es típico de estos pueblitos en el medio de campo, simple, hogareño, sin lujos pero acogedor y en buen estado. La vajilla estaba linda y nos trajeron copa para el vino. En cuanto a la comida, los precios estaban muy bien para la relación costo-calidad-cantidad, y cuentan con platos originales para el tipo de local que es, para salir de la típica parrilla y pastas tradicionales. Punto muy a favor que tienen opciones copadas sin tacc también! -Orecchiete 4/5: estaba rico, el aceite con el queso le daba un toque especial. Nomas tener en cuenta que salio al dente. -Raviolito con salsa de mascarpone, panceta y salvia 3,5/5: estaban bien, pero al relleno le faltaba más queso para tener más onda, y la panceta estaba un poco pasada. -Tortelloni relleno de carne braseada con crema de hongos 4/5: la crema de hongos tenía hongos de pino, que es algo no muy habitual y le daba un gusto especial a la salsa, pero al relleno le faltaba un poco de condimento. -Penne riganti sin tacc con salsa estofado 4/5: muy buena la opción sin tacc, pero la salsa estofado deja mucho que desear porque solo vinieron literalmente dos pedacitos de carne. A pesar de esto, muy rico sabor, y buen punto de las pastas a pesar de ser sin gluten.
Tiene ambiente más bien familiar, tener en cuenta que las porciones están bien pero no...
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