Hacemos turismo gastronómico muy a menudo. Por eso llegamos al Almacen luego de un viaje bastante largo de más de 100km con la expectativa de degustar un rico almuerzo en un restaurante de campo con la tranquilidad y paz que trasmite la zona pero lamentablemente nada de eso obtuvimos . Al minuto de sentarnos nos ofrecen un corte de carne el cual elegimos como plato principal . Lo elegimos como opción sugerida y la moza de mala gana nos comunica que ya no quedaba porque manejaban un cupo de 8 porciones, estamos hablando de un corte básico para un domingo al mediodía para cualquier local gastronómico ( corte de carne vacio ) nada excéntrico de solicitar, por lo tal le hicimos la sugerencia de buena manera que tengan en cuenta de quizás hacer más cantidad porque estimamos que es un plato a demandar para otros comensales al igual que nosotros o al menos evitar la desprolijidad de ofrecerlo sino poseen la disponibilidad. A lo cual el dueño de una manera totalmente desproporcionada y desubicada empezó a justificar de mala manera que no es la especialidad del lugar levantando la voz de manera soberbia e increpándome cuando solo me acerque a realizar la sugerencia de mejora de experiencia para la próxima visita 🫤🫤 Creemos que la clave de un buen lugar gastronómico no es solo la sensación que trasmiten con los sabores de sus platos y ambientes, sino principalmente aquello que se da implícitamente en base a la energía que irradian las personas que llevan adelante el lugar . Evidentemente para el dueño de este local la opinión de los comensales no solo no es válida sino que lo violenta, manifestando un cero buen trato y respeto, demostrando una clara carencia de habilidades interpersonales. Fuimos en otras oportunidades pero a raíz de tan mala experiencia no volveremos nunca más 🫤 y no lo recomendamos ni recomendáremos a futuro 🫤 esperemos puedan evolucionar con su visión y manejo del trato al...
Read moreEn el corazón de Villa Iriarte, uno de los barrios más antiguos de General Belgrano, se alza "El Almacén Restó", una casona cargada de historia que nos transporta al pasado. Construida a fines del siglo XIX, esta esquina, en la intersección de Av. Italia y Ayacucho, ya era un punto clave en 1907, cuando albergaba el Café y Bar "Buen Gusto", de Luis Bernaschina. Este lugar no solo ofrecía un esmerado servicio, sino que además proyectaba "vistas", convirtiéndose en el primer cine del incipiente pueblo. Incluso contaba con comodidades para caballos, un detalle pintoresco de otra época.
Con los años, este espacio vivió diversas transformaciones: desde albergar la escuela N°9 entre 1928 y 1930, hasta convertirse en el Almacén de Ramos Generales “La Porteña”, que cerró sus puertas en 1958. En 2006, el restaurante abrió sus puertas, homenajeando a aquellos viejos almacenes, verdaderos "shoppings rurales" que marcaron la identidad pueblerina. Aquí, cada rincón guarda un pedazo de memoria colectiva.
La experiencia gastronómica en "El Almacén Restó" está a la altura de su rica historia. En nuestra visita, disfrutamos de unas exquisitas empanadas, una provoleta dorada a la perfección y raviolones de cordero que se deshacían en la boca. Los ñoquis rellenos y los ravioles de verdura sorprendieron por su frescura, mientras que la milanesa con papas fritas evocó sabores de la cocina casera. Para el final, un crumble de manzana con helado de americana, un tiramisú delicado y helado con frutos rojos cerraron una velada inolvidable.
"El Almacén Restó" es mucho más que un restaurante; es un viaje en el tiempo, un espacio que celebra la historia y la identidad de General Belgrano con una propuesta gastronómica que invita a...
Read moreEl lugar tiene el plus de las antigüedades, incluidos en el patio trasero tres autos de los años 1930. En el sótano lo que quedó de una añeja bodega. Y latas, afiches, botellas, sifones, cajones, cocinas economicas, pavas, etc, todo de un tiempo pasado. llegamos temprano, pero estaba lleno y ademas hay que reservar, cosa que no sabiamos. Nos ofrecieron el patio semi cubierto y semi calefaccionado, y aunque hacian unos 5 grados, decidimos quedarnos. Vamos a la comida: Pedimos una provoleta, tabla de fiambres y quesos. Rabas y papas a la española. De postre mousse de chocolate, panqueques de dulce de leche y tiramisu. Las rabas y las papas estaban bien. La tabla no era de las mejores... una sola variedad de queso, aunque en la carta decia variedad de quesos, unos trozos de jamón crudo cortado a cuchillo y algunas rodajas de salame y morcilla. Tambien decia encurtidos y trajeron dos rodajas pequeñas de berenjena y algunas aceitunas negras de las mas comunes. Lo mejor la galleta de campo. Ah... la provoleta nunca llegó y la suspendimos para pasar a los postres. Cobran 700$ servicio de mesa y por pago en efectivo hacen el 10 de descuento. Carta de vinos limitada y accesible. En general es una linda opción para visitar. Claro que tienen mucho por mejorar, sobre todo la atención, aunque la moza era muy cordial, pero desbordados por la cantidad de gente, hay mucha espera en la mesa y poca...
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