¡Incomible! El lugar es hermoso y acogedor, pero la comida es incomible: no tiene una pizca de sal. Cuando hice el reclamo correspondiente a la moza, esta, con un desparpajo inaudito, me contestó que cocinaban sin sal porque había una ley que así lo establecía (lo cual es mentira, por cierto, ya que la ley dice, entre otras cosas, que los restaurantes no deben colocar el salero en la mesa hasta que el comensal lo solicite, pero de ninguna manera dice que deben cocinar sin sal). Paradójicamente, el salero sí estaba en la mesa. La moza, que resultó ser bastante grosera más adelante, es una mentirosa y la comida es muy mala, puesto que uno termina agregándole más sal de la que habría consumido si la hubieran cocinado como corresponde en primer lugar. No vaya: hay lugares mucho mejores en La Plata. La segunda estrella es por el lugar y por el recepcionista, que fue muy atento y cordial. El resto,...
Read moreUna rareza. Una casa antigua, patricia, convertida en un restaurante a dos cuadras de la terminal de ómnibus de La Plata. Lindo, con gente, pero no muy lleno; de modo que el bullicio clásico de los lugares gastronómicos se encontró al límite del susurro. Ravioles de bondiola fue el plato, un relleno generoso bañado en una salsa blanca de una pureza igual a la sonrisa de quién me atendió. Las pastas nunca se enfriaron durante lo que duró mi cena. Lo acompañé con una copa de vino cuyo sabor iba al ritmo suave de la música bossa con la que se engañaba a las palabras de conversaciones ajenas. Se recomienda ir solo para agudizar los sentidos durante la experiencia. Después, irse de viaje a un lugar desconocido antes de...
Read morePor falta de memoria, hoy es la segunda vez que como aquí. Los platos tarden en salir, y una vez en la mesa los entregan literalmente hirviendo (las salsas y cremas burbujean). Pedí un filete de merluza a la crema de langostinos. No sé quien sería el "chef", pero jamás me han entregado un pescado tan duro y langostinos tan plásticos de pasado de horno que estaban. Todo RECALENTADO. Una experiencia más que desagradable. ¿Hablar de calidad precio? Já: no hay calidad ni en las entradas, que son unos bocaditos fritos de espinaca con relleno de aceite. El precio ya deducirán, es caro para tal...
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