Pequeño restaurante a un par de cuadras de Av Pedro Luro. Fuimos un Domingo en fin de semana largo a eso de las 22:30. Eramos la ultima pareja esperando antes de que cierren el local.
📋 Pedimos: 🍅 Empana de muzarella y tomate $700 🍖 Empanada de carne $700 🥩🍟 Milanesa de ternera napolitana con papas $3900 🧀 Sorrentinos “zabalita” $4300 🍷 Vino Malbec Bianchi $2800 🍴Cubiertos $400
🍅 La empanada de muzarella y tomate era frita. No estaba tan buena, el relleno vino frio. 🍖 Empanada de carne, tambien vino frita y estaba muy rica. 🥩🍟 La milanesa con papas estaba rica. 🧀 Los sorrentinos eran de jamon y queso y venia con una salsa de tomate, nueces y jamon. No me gustaron mucho, les faltaba sabor a los sorrentinos. Me parecio bien la cantidad de sorrentinos por porcion.
🙋🏻♀️ La atencion es muy buena. El chico que nos atendio era muy atento y amable. El señor que esta en la caja tambien nos recibio muy amablemente. Eramos la ultima pareja esperando para sentanos antes de que cierren y nos dejaron esperar dentro para no tomar frio fuera. La comida vino bastante rapido.
🏠 El local es muy pequeño. Tiene varias mesas y es bastante espacioso el lugar. El local estaba bastante fresco por el aire pero no molestaba.
♿️ El local no es accesible, cuenta con escaleras para ingresar. Entre las mesas habia bastante espacio para moverse. El ingreso a los baños es muy angosto y no vi que haya baños aptos para gente con movilidad reducida.
🌱 Tiene opciones de pasta y ensalada para gente que no come carne. No se si hay opciones sin tacc.
La comida me parecio normal, no comi algo que se destaque. Las porciones me parecieron bien pero los precios me...
Read moreA veces las mejores experiencias son las inesperadas. ¿Qué probabilidades existían de llegar a este lugar a horas de irnos de la ciudad? La retórica de la pregunta es ínfima frente a la sorpresa de la existencia de un espacio así. Siempre digo que es el valor humano el que puede hacer la diferencia en cualquier propuesta, y acá se notó desde el primer momento. No es lo mismo ser bien recibidos que ser bienvenidos, y así nos sentimos al ingresar. Fue el dueño del espacio quien abriéndonos la puerta nos invitó a pasar, como un anfitrión en su casa, así sentimos El Rinconcito, su casa. Cada minuto en esa mesa fue un despliegue de vocación sincrónica, innata, perpetua. Tanto el hombre que les menciono como el mozo que tan bien nos atendió, emanaban pasión en cada paso. Un interés genuino por hacer del momento una experiencia mágica, pero sobre todo amorosa, porque si algo en este rincón gastronómico abundó, fue principalmente el amor. Pedimos ñoquis de espinacas a la crema, con un toquecito de pomodoro. La memoria emotiva se nos activó drásticamente. Los ñoquis de tantos domingos, el sabor de los platos de mis abuelos, el amor, otra vez. Un flancito casero que hizo de este pedacito de tiempo un abrazo, terminó por ser nuestra despedida de Mar del Plata. Ojalá muchos más se acerquen y disfruten, y se emocionen como nosotros, porque la comida, así como la vida, sin...
Read moreVimos el lugar que estaba cerca a nuestro hotel. Antes de entrar preguntamos si podíamos pagar con tarjeta. Nos dijeron de que con tarjeta de débito sí, por ello entramos, ordenamos, la comida estuvo regular. Al momento de pagar di mi tarjeta de débito y vino el encargado (un señor de 60 años aproximadamente, calvo) a decirme de que no se podía pagar con tarjeta de débito... que no le funcionaba el POS.... que cómo era posible que no tenía nada de efectivo... en alguna otra moneda, dólares, u otra... que de alguna manera le tenía que pagar.... que dónde estábamos alojados.... que de donde era yo.... Resultó insultante, incómodo y desubicado. Pésimo trato.
Increíble que él pensara que el forma de pago más común sea en efectivo cuando el mundo está décadas adelante con el plástico y otros medios electrónicos!! El mundo al revés.
A mi insistencia por fin cedió en intentar pasar la tarjeta y si funcionó. De cualquier manera este señor buscaba no cobrarnos con tarjeta sino en efectivo.Aún cuando habíamos preguntado previamente si se podía hacer y nos dijeron de que sí.
Hipócritamente para tratar de contenerse me preguntó si estuvo buena la comida a lo que respondí que sí pero que el trato de él me había malogrado totalmente la cena y la noche.
De ninguna manera volvería...
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