Fuimos al 1/2 día. La milanesa a la napolitana bien dentro de todo. No sorprendió, pero se lleva un aprobado. ¿Las papas fritas? De paquete industrial (de las congeladas ya prefritas). No estaban taaaan mal diría el amigo Guido, pero no fueron las esperadas.¿Qué te pasó La Farola? ¿Aprovechamos la pandemia para echarle la culpa? Y dale, total... Y dejo lo piorcito para el final. El servicio (NO SERCICIO). El mozo: un opa maaaaal.

1. No sanitizó ninguna de las dos mesas que utilizamos. Se ve que vive en otro planeta ya que no le comentaron del Sars Cov2. (la verdad que es para denunciar).
2. Le pedimos una silla alta (más acorde a la edad de mi hijo de 4 años) para que él esté más cómodo a la hora de almorzar, y jamás la trajo. La tuve que buscar yo después de esperar un buen rato sin que esta persona accionara ante tal solicitud.
3. No nos proporcionaron pan. Tuvimos que pedirlo. ¿Era necesario tal requerimiento? No pedimos una pizza como para que no lo traigan...
4. Como el mozo que nos tocó en desgracia al parecer estaba muy atareado, solicitamos la adición a una compañera suya. Una camarera. Quien tampoco estaría en su mejor día puesto que no transmitió lo solicitado.
5. Pasado un tiempo considerable, le avisamos a nuestro mozo si podía pedir la cuenta dada la excesiva espera, pero no nos fue mucho mejor. Conclusión: mi esposa terminó acercándose a la caja registradora para solicitar ella misma qué es lo que se estaba debiendo para por fin poder retirarnos del lugar. Sin saber realmente lo que habíamos consumido, iban a cobrarnos otro monto si mi esposa no se lo hubiera advertido al septagenario que cobraba. Con mal genio y predisposición por cierto el geronte. Equivocada manera de atender a una dama, señor. Así que por todo lo arriba expuesto, no volveré a este local gastronómico y tampoco lo recomendaré dada la más que ingrata sensación e incompetencia por parte del personal en su conjunto.