La Vaca

Paseando por la peatonal encontramos varios locales gastronómicos similares y decidimos merendar acá. El estilo del mobiliario es tipo cervecería con hierro y madera, ambientación con plantas, música y luces llamativas. Al parecer se hace local bailable, tocan bandas o algo así porque en la parte de adentro hay un pequeño escenario además de barra y más mesas. Nos gustó que en la parte exterior con varias mesas bien separadas tiene el atril de menú y en un vistazo podés decidir si es de tu conveniencia tanto en cuanto a gusto como bolsillo. Hay varios combos como infusión con porción de torta, con tostadas, con alfajor, etc y además de cafetería es bar y ofrece comida para almuerzo o cena y opciones de tapeo. La atención del camarero fue muy buena. Nos limpió la mesa y pudimos estar ahí con nuestra mascota sin problema. Todas las mesas tienen alcohol en gel. El pedido llegó bastante rápido. Rico café y leche que llegó caliente con la tostada grande de pan tipo de campo muy muy rico con huevos revueltos y unas crostitas de panceta que le daban el toque. Es clave para la experiencia que llegue bien caliente a la mesa (difícil de lograr y muy reconfortante que se agradece especialmente con el frío que está haciendo). La torta de manzana es muy rica también. No es un crumble, es similar a una torta casera que está muy bien igual (la salsa de caramelo tal vez sobra pero es muy personal). Había poca gente cuando fuimos. Volvería.