Único establecimiento gastronómico en la ciudad, que brinda un servicio de atención 24hs., sin limitación de carta, es decir, que tanto platos como bebidas, se comercializan a todo horario. Dentro de este marco, el lugar se convierte en la propuesta recurrida para todo tipo de comensales: Los que terminan una jornada bolichera ("after"), quienes no tienen muy claro a dónde ir para tomar algo, aquellos que están al paso, etc.

Su atención es cordial. La comida es muy buena para lo que cabría esperar, pero tampoco deslumbrante, abordando preparaciones típicas de un resto bar. La bebida, bastante variada (con o sin alcohol), permitiéndote "solo tomar", o acompañar tu comida. Los precios, oscilantes según la carta... Diríamos, acordes a la coyuntura que estamos viviendo, aunque un poco altos en los copetines. Por último y, sobre el ambiente, diverso, considerando todos los gustos posibles; si sos muy exigente, quizá no te agrade.

En lo personal, es un sitio recomendable.