Hasta El Moño Pizzas y Empandas — Restaurant in Tandil

De destacar la atención (vía telefónica) contestaron todas nuestras consultas y luego el chico del delivery muy atento y educado. Lamentablemente, las pizzas no son lo mejor. El único punto a favor es que son a la piedra (cuestión de gusto), luego no estaban cocidas en forma pareja, los bordes sobrecocidos y hacia el centro de la pizza la masa estaba casi cruda. Pedimos dos grandes, la fugazzetta traia poca cebolla y sólo 4 aceitunas (negras y con carozo); la de palmitos "Golf Club" traia palmitos picados -primera vez en mi vida, siempre vienen en tiras ó fileteados por la mitad- y apenas algo de salsa golf. La muzzarella no nos pareció de buena calidad. La faina tampoco se destaca. Lamentablemente, sólo comimos dos porciones porque era la única cena que teníamos, el resto tuvimos que tirarla, con lo que duele hoy dia tirar comida. Quizás las empanadas...

Compramos rastapan para llevar (kachapurris para quien no les suena el nombre).

Estaban bien en cuanto a relleno. Son generosos ya que con un solo rastapan comen 2.

La masa d estos es muy similar a la masa de la pizza napolitana (vera pizza napolitana).

Acostumbrado a los kachapurris, a estos rastapan les faltaba un poco más de cocción. No lo pedimos porque imaginábamos que vendrían bien cocidos.

Los habíamos probado hace dos años atrás y los recordábamos más ricos y más cocidos.

En cuanto al tiempo, demoraron casi 40 minutos en sacar dos rastapan y dos porciones de faina clásica. Fuimos de los primeros en pedir.

Me parece que la demora en la cocción y en su punto, influyó porque ya no están usando el horno de barro...

Seré crítica más no quiero pecar de egolatra. Tengo que ser franca con ustedes, la pizza no ha sabido satisfacer mis necesidades (a pesar de que mi vara es realmente muy baja). La margarita, no solo no es consecuente a lo que se espera en cuanto a ingredientes, si no que en todas las aristas de su universo de posibilidades, ha fallado. A pesar de ello, intento en este humilde acto, ir más allá de mi herida y poder pensar que quizá, hasta el moño, estaba...