San Isidro Cocina — Restaurant in Tandil

El lugar es muy lindo, restaurant a puertas cerradas. Precios de vinos y menú bien. Como el menu cambia cada semana cuento sobre lo que comí con mi pareja. Nos recibieron con ensalada de porotos, mayonesa de zanahoria y queso sardo (bien). De aperitivo un roll de salmón ahumado con crema de plata, cous cous y coulis de pimiento (excelente, solo le faltaba un crocante). Entrada de crema de zanahoria con jengibre y hojaldre de humita... Bien, la crema muy rica y los brotes hacían la diferencia. El hojaldre nada de otro mundo. Faltaba el maiz tostado. El principal podía ser lenguado con crema de roquefort (muy bueno, el.pescado cocido bárbaro y crema suave) o bondiola braseada en vino tinto y especias (le flataba onda la verdad) ambos acompañados de "risoto" con azafrán y finas hierbas (olvidable, el arroz parecia parboil y no tenia sabor). El postre fue de crepes con dulce de leche, banana, frutillas y miel de especias con chocolate rallado (le faltaba algo fresco o que corte el exceso de dulzor de la miel+ddl) En fin: arrancó bárbaro y fue cayendo. Es una buena experiencia pero con cosas a mejorar. Dejo...

Está experiencia me voló la cabeza.

Llegas a lo que es literalmente una casa de familia, entras y te encontras con un living muy pequeño e intimo, 5 mesitas de 2 puestos.

Literalmente en el living de la casa, muy acogedor y familiar.

Allá te comentan que cada día hay un único menú disponible que cambia todas las semanas.

Tenes dos pasos “obligatorios” y luego un plato principal donde escoges de dos opciones.

Los dos primeros pasos, han sido la mejor propuesta que he comido en mi humilde experiencia gastronómica argentina, platos diseñados cuidadosamente, sabores que explotan y combinaciones innovadoras de productos simples.

La cantidad de comida de los dos primeros pasos ya nos habían dejado bastante confirmes, y el plato final, muy bueno, es un poco mas simple pero una cantidad importante.

Todo es un 10, la atencion muy calida.

Una propuesta inmejorable, lo mejor de Tandil (y es a un precio bastante modesto)

Adjunto foto de los dos primeros platos! No...

Sobrio y cálido ambiente para disfrutar una cena intima, en familia o con amigos. La casona perdida entre la arboleda esconde un lugar especial para pasar un tiempo único en compañia de seres amados disfrutando de una cena de primer nivel y a un costo más que razonable. La carta de vinos es variada y permite un amplio espectro de selección. La cena por pasos está muy bien equilibrada e invita a un recorrido por diferentes sabores sin llegar a ser "pesado", además cuentan con dos opciones de menú infantil. Algo para criticar es que no cuenta con estacionamiento señalizado, los vehículos se acomodan a medida que llegan y la salida se puede complicar un poco. otra cosa es que cuentan con un solo baño. La atención esmerada y amable y la calidad. Gracias por esta experiencia y de seguro...