De todas mis visitas a Buzios, de todas las comidas, y de todas las playas que recorrí, este lugar fue el peor al que tuve la desgracia de ir. Llegamos con mi marido entre 10.30 y 11 de la mañana a la playa de Tartaruga, una de las pocas que nos quedaban por conocer (demás esta decir, es preciosa y vale la pena ir). A la mañana estaba soleado (es sabido por todos que esto suele cambiar a lo largo del día en temporada de lluvias), así que empezamos a recorrer las distintas sombrillas para comparar precios. La particularidad de esta playa es que, en cualquier parador, tenés que hacer una consumición (almuerzo y bebidas) para tener libre acceso a las sombrillas y reposeras. La playa estaba casi vacía, por lo que se nos avalanzaron todos los empleados de los distintos paradores para convencernos de quedarnos. Accedimos a quedarnos acá por lo que ofrecian: un almuerzo relativamente económico (carisimo comparado con los mejores restaurantes del centro de Buzios, razonable comparandolo con los demás puestos de la playa) y wifi. La conexión es inexistente, solo funciona la que te habilitan cuando vas a pagar (no la que solicitas al llegar). En ningún momento te aclaran que no tienen la capacidad de gestionar en tiempo y forma la cantidad de sombrillas de las que disponen, lo que hace que los pedidos puedan demorar entre 2 horas y media, y 3 (dicho por quien nos atendio). Esto nos fue avisado recién a las 13 h, después de haber estado ya más de dos en el parador (y sin alternativa de irnos sin consumir). El clima cambió, bajo muchísimo la temperatura y había amenaza de tormenta eléctrica. Pasadas las 3 horas decidimos acercarnos para ver cómo pagar, porque nos queríamos ir y nos seguían postergando la entrega del pedido (cabe aclarar, era pescado frito con papas, nada del otro mundo). Tuve un altercado tanto con el que me freno al llegar a la playa (antes muy amable, ahora ya no tanto) como con el pelado que supongo será el dueño. Me dejo con la palabra en la boca, y levantaba la mano impidiendome hablar. Los demás puestos habían comenzado a cerrar las sombrillas por seguridad, menos el nuestro, porque todavía dos mesas teníamos que esperar nuestros pedidos (una de ellas, con un menor). Terminaron trayendo la comida 3 horas y media después de pedirla, responsabilizandonos a nosotros por haber pedido tarde por estar en el mar. Insólito. La peor experiencia que nos tocó. Por suerte fue solo la única (todos los argentinos que nos han atendido siempre han sido super amables, respetuosos, y coherentes). Espero que nadie más se clave acá. En la playa hay muchas...
Read moreNo le puedo dar 0 estrellas si no lo haría, estuve 6 días en buzios y mi último día decidí con mi esposo ir a la playa tartaruga, llegando fuimos interceptados por uno de los chicos quien amablemente nos ofreció caipiriñas y que el uso de silla y sombrilla venía incluido solo con el consumo de tragos pedimos 2 caipiriñas de 25 reales las cuales por cierto no estaban nada de buenas, pero decidimos ir a bañarnos y se nos pasó el día, en dos o 3 ocasiones un cordobés que trabajaba ahí nos dijo que pidiéramos algo de la cocina yo le dije que no me interesaba nada porque todo estaba frito y llevaba poco tiempo que me habían operado y no podía comer frituras pero que le preguntaría a mi esposo, a las 4 pm íbamos a pedir unos jugos y el cordobés de muy mala manera nos dijo que teníamos que comprar una proteína que si no teníamos que pagar 100 reales por la sombrilla cosa que nunca nos dijeron al principio, le dije que pedíriamos jugo y el tipo nos dijo que no que teníamos que pedir una proteína que por cierto la más barata salia 120 reales, le dije que le pagaría las caipiriñas y la diferencia por el uso de sombrilla y el tipo se enfureció y nos grito "esta loca cree que por 100 reales va a usar la sombrilla" claramente si ponen de acuerdo con el otro tipo para estafar a la gente y afirmar algo que nunca te dicen al principio. Ojo con estos...
Read moreSi quieres pasar un buen rato en la playa, ¡EVITA ESTE LUGAR EN BUZIOS! Fuimos con mi novio a pasar el día a Praia da Tartaruga, con la idea de relajarnos, tomar algo rico y disfrutar del lugar. Como en muchos locales de la zona, este ofrecía reposeras y sombrilla a cambio de consumir en el local, lo cual nos pareció ideal. Decidimos quedarnos ahí, y al principio todo bien: Cristian, un argentino que parecía estar a cargo, nos recibió muy amable… pero eso duró poco. Esperamos como tres horas a que saliera el sol, ya que estaba nublado, y debido a que no salió, pedimos la cuenta para irnos. Fue ahí cuando el que estaba a cargo del lugar cambió completamente su actitud: empezó a gritarnos, a decir que “eso no se hacía”, que “con dos caipiriñas y una cerveza no alcanzaba”, y un montón de cosas más. Nunca —y lo recalco— nunca nos mencionaron un mínimo de consumo. Y por si eso fuera poco, en un momento hizo un comentario fuera de lugar sobre el cuerpo de uno de nosotros, lo que nos pareció tremendo y completamente inaceptable. Lo que iba a ser un día tranquilo terminó con incomodidad y mal trato, todo por querer pagar lo que realmente habíamos consumido e irnos. Si no quieren pasar un mal rato ni exponerse a faltas de respeto, NO VAYAN...
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