Un verdadero hallazgo. Pipa es un lugar hiper turístico del Nordeste de Brasil, con todos los problemas que eso trae en relación a la gastronomía, dónde debido a una demanda muy intensa e itinerante, los restaurantes tienen una calidad mediocre y una atención cuestionable... De todos modos saben que venderán todo lo que salga de la cocina y no les importa que el comensal vuelva porque saben que detrás del que se va hay una fila entera esperando. Ese no es el caso de Chez Marilia. Es un pequeño bistró que tiene la cocina a la vista, y uno puede observar el excelente oficio de cocineros y servicio. Hay que saber lo que uno está haciendo para mostrar la cocina, y ese es este caso. El menú es minúsculo: 5 opciones de entradas, tres opciones de principal y dos postres. Cuando un cocinero hace eso es porque tiene absoluta confianza en la calidad de lo que ofrece, y Chez Marilia no solo cumple sino que excede con solvencia las mas altas expectativas que uno pueda traer. Su Camarao de la casa es soberbio... Una versión personal de las tradicionales gambas con la adición muy acertada de ciertos sabores locales maravillosos. El ceviche fresquérrimo también es una interpretación personal de Marilia, y es un acierto maravilloso. El robalo apenas grillado, fresquisimo y jusoso es una espuma, y la guarnición con que se sirve sorprende por su frescura y combinación única y muy creativa de sabores locales. Las pastas son también muy buenas y la salsas impecables. El espagueti a la vongole es una interpretación local de un clásico conocidisimo, y sorprende el maravilloso resultado que Marilia obtiene apartándose bastante de la receta original. Esto último es un punto a destacar: El gran saber hacer, experiencia y fabuloso gusto personal le permiten a Marilia experimentar con combinaciones novedosas y maravillosas... Hay que saber muy bien lo que se hace para atreverse a presentar sabores alejados de lo clásico. Marilia resuelve esto con excelencia y solvencia. No puedo dejar de mencionar la maravillosa atención del personal, que sabe lo que está sirviendo y es capaz de recomendar ayudar en todo momento, siempre atentas a las muy pocas mesas que tiene el bistro. Completa la experiencia un entorno maravilloso al borde de los acantilados con vista al mar, y una música a volumen agradable, de estilo suave y acorde al entorno y que (algo inusual en Pipa) es reproducida en un sistema de calidad y no arruina los oidos. Resumiendo: Chez Marilia es un bistró mas que decente para competir como si se encontrará en ciudades como Buenos Aires, Rio, Santiago, Madrid o Roma. Está calidad en un sitio como Pipa es simplemente sorprendente. Felicitaciones a Marilia y su equipo, que tienen la solvencia y el coraje de presentar creaciones propias e interpretaciones de clásicos muy bien logradas. Hay que saber mucho...
Read moreA little gem just of the main tourist street in Pipa. Smooth atmosphere with jazz and bossa nova classics on the stereo. Cozy interior and excellent, friendly service.
Went here due to the good reviews, and were not disappointed the slightest.
So be it if the white wine was a bit cold and the bruschetta a tiny bit soggy, but the food was bursting with flavor. Quality ingredients cooked to perfection. Fresh fish, springy vegetables all in tasty harmony. Went with the octopus bruschetta and fish filet with honey and ginger. Delicate, home style and made with love and pride.
Don’t miss it....
Read moreFuimos en pareja. Nos atendió Marilia, súper amable y respetuosa. Nos recibió con agua y un appetizer de zanahorias con crema de ciboulette, ambos de cortesía; poco común en Pipa. Nos acercó el menú a la mesa y nos lo explicó. Pedimos de entrada el ceviche y el plato lo pedimos después comer la entrada. Buenísimo porque así se puede medir lo que se come, especialmente si uno quiere probar todos los pasos como era nuestro caso. El ceviche estuvo buenísimo y un detalle: Marilia nos preguntó si queríamos cilantro o no. Al pedir el principal le comentamos que queríamos probar el postre y si era posible compartir un principal, nos recomendó hacerlo. Pedimos el filé de peixe a la manteiga de alcaparras. Sencillamente excelente. Vino con espárragos y arroz negro de guarnición, y la salsa de alcaparras y almendras tostadas fileteadas. Muy sabroso, el pescado muy bien cocido. El detalle: el plato compartido presentado impecable en dos individuales; de nuevo, algo poco común en Pipa. Para cerrar, el Petit Gateau que estuvo increíble. Perfecto adentro y un chocolate exquisito. Terminamos con un cafe muy bueno. Los precios se podría decir que para la calidad tanto de la comida como del servicio son económicos. Son el precio promedio de Pipa con calidad muy superior. En resumen, calidad de la comida excelente y un servicio absolutamente destacable en Pipa. Fue un placer. No se pueden ir de Pipa sin visitar...
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