Es un restaurante con local muy cuidado y baños aseados. El tema viene por el lado de lo que son, un restaurante. La atención tienes que pedirla porque así te vean llegar no te traen la carta. Demoraron más de una hora en traernos la comida y eso que estábamos con un bebé al que le pedimos que por favor nos trajeron eso antes, dijeron que si pero demoraron un horror. Son porciones medianas a grandecitas, precios iguales a los de Montevideo o un poco menor y nada que digas “volveré”. Muuuucha demora y desorden. Poco personal para los comensales que planifican atender. Un desastre en resumen. No volvería.