Amaia restaurante — Restaurant in Maipú

Amaia un restaurante patrimonial al que hemos visitado en varias oportunidades desde sus inicios. Volvimos después de un tiempo y debo decir que nos decepcionó completamente. Partiendo por la atención de sus garzones que a pesar de que no había nadie más en el lugar al momento que llegamos la atención fue bastante lenta (nos ha pasado en oportunidades anteriores). Pedimos un menú el cual decía que se podía escojer una entrada, un fondo, y un café o postre de la carta por un valor de 18.000 pesos. Pedí de entrada las típicas sopaipillas mapuches con chancho en piedra que aparecen en el menú. Y mi acompañante un ceviche. Las sopaipillas no venían con chancho en piedra, venían con una especie de mayonesa. Menos cantidad de la que aparece en la carta de entradas. El ceviche igual un pocillo pequeñito el cual contenía más cebolla que pescado. El plato de fondo fue un pulmay que estaba bastante rico nada que decir al respecto. El otro fondo fue un lomo con vegetales. El Garzón me preguntó qué punto quería el lomo le indiqué que 3/4. Mi lomo llegó tan cocido que parecía charqui. Ni siquiera pude terminar de comerlo. De postre ambos pedimos torta de manjar amapola y torta de maqui. La torta de manjar está sequísima! El bizcocho no tenía ni una pizca de remojo. Tampoco pudimos terminar de comerla. Me decepciona bastante el ver cómo ha bajado la calidad de sus platos con el tiempo. En los inicios la calidad era mundial, era uno de nuestros restaurantes favoritos. Pero ver el cambio tan notorio que hay en este momento es una pena. No sé si cambiaron el personal de cocina, pero algo pasó que ya no es lo mismo el Amaia. Espero que puedan estar más pendiente de esos detalles que hacen la diferencia en si sus clientes...

Fuimos como parte de la celebración del Wiñol Tripantu que es la representación de un nuevo ciclo e inicio para los pueblos originarios, particularmente el Mapuche en este caso, usando de referencia el solsticio de invierno, fui una comida de tres tiempos con un aperitivo y música en vivo. Comida: comida fusión Chango - Mapuche, el tártaro de calamar estaba muy bien equilibrado, agradable en textura el uso de un fruto seco como el maní, sin ser invasivo, el calamar reluce sobre la tostada, la entrada un imperdible en invierno, una crema de zapallo con notas de semillas tostadas que le dan un amargor justo para disfrutar, los dos fondos disponibles, plateada de vacuno con puré ahumado y la reineta con aceitunas en salsa de champiñones acompañado de papas chancheras, estaban muy sabrosos, los disfrutamos de principio a fin, ya el postre, una tarta de manzana para finalizar la noche... Comentario aparte los bebestibles, desde el Té al Cóctel, sientes el esfuerzo por compartir algo de calidad sin perder el sentido hogareño. Servicio: es un poco desordenado, tal vez un punto a mejorar; no obstante, nada que la paciencia y una buena conversación en la mesa, lo tornan más llevadero, hay preocupación por sacar en los tiempos tu comida y que la experiencia este enfocada en el mensaje que se busca transmitir desde la comida y las experiencias pasadas. Atmósfera: así como la primera vez que fuimos la casona es fría, aún tenemos presente el brasero en la mesa, que sin duda es un grato recuerdo, hoy ya más evolucionado el local, se tiene un ambiente ad hoc a la temática, motivos de la costa del norte y el bosque del sur, hacen de una escena para...

Fuimos el año pasado alrededor de noviembre con un par de vecinas y nuestras hijas e hijos, con muchas ganas de conocer el lugar ya que siempre lo veía por fuera y me llamaba mucho la atención su estética y me encontré a la entrada con una vitrina de pasteles que cuenta el restaurante llena de moscas a exhibición del público, fue realmente repugnante ver que apenas entras a un lugar donde deberían tener todas las medidas de higiene y considerando la pandemia esté eso así. Aún así mis vecinas no les dieron mucha importancia y cómo andábamos con niñes me quede a acompañarlas, lo que ordenamos en comida estaba sin sabor, creo que lo único bueno que probé fueron unas sopaipillas de cóctel con el pebre, pero ademas de ser caro para los platos y pastelería que tienen sobrevalorados es antihigiénico descaradamente. Ojalá este tipo de comentarios los tome en cuenta la o el dueñ@ o quienes administren ese local y no solo consideren los positivos de quienes han tenido buena experiencia ahí, ya que tener una vitrina llena de moscas es un buen motivo para mejorar como...