Asados y Rosticería Don Milton — Restaurant in Quitumbe

Llegué a este lugar con el estómago rugiendo y el corazón confiado en que pediría una carnita rica, ¡pero vaya CAGADA de decisión! Me sirvieron lo que juran era “carne,” pero al primer bocado supe que eso era caca freída con aroma a oselote cocido y caracol chamuscado. ¡Miren, una delicia para los amantes de lo exótico! Y como cereza en el pastel, un sabor como a chamoy dejado al sol por tres meses. ¡Exquisideplorable!

Por si fuera poco, el cocinero estaba en la cocina bailando salsa con lo que resultó ser un fósil de garrapata. Cuando se dio cuenta de que yo lo veía, se acercó y me dijo: “Si cuentas algo de esto, te frío y te fosilizo tú también.” Con ese tono, ¿cómo no creerle? Intenté escabullirme de ahí, pero apenas lo intenté, la maldita garrapata me atrapó… ¡de donde más duele! Con mi orgullo en peligro, llamé a mi valiente prepucio para que le diera una lección a la garrapata. Mientras mi prepucio peleaba en combate épico, logré tomar el machete del cocinero y, con todo el estilo de un Rambo de barrio, ¡machetazo va!

Pero antes de que terminara la pelea, el cocinero, medio fosilizado también, le gritó órdenes a unos pelícanos… ¡sin pico! Fue cuando saqué mi mini-gun improvisada, cargándola con pedazos de carne podrida del lugar. ¡Las aves cayeron en un segundo con el simple aroma!

Cuando finalmente salí del lugar (con mi prepucio triunfante sobre la garrapata fosilizada), pensé que ya estaba a salvo. Pero, ¡oh sorpresa! Me empezaron a perseguir unos porcinos mutantes con patas de zorrillo y cabezas de gallo. Les lancé el machete con toda la furia y, zas, le di justo en la cresta a uno. Eso los hizo enojar más, y me atraparon, me amarraron y me dijeron que iban a meterme al horno como “el especial de la casa.” Me iba preparando para el fin, cuando logré escapar por un pelito.

Salí de ahí con un ojo tuerto, patas de alacrán, y, no sé cómo, con una cabeza de murciélago. Pero, ¡altamente recomendado si buscas una experiencia que recordarás por...

Don Milton parilladas vivo ejemplo de confiarse de la fama y buenas ventas para a día de hoy ofrecer un servicio pésimo. Una experiencia única en perdida de tiempo y estrés, 45 minutos desperdiciados entre espera para entrar al local, falta de sillas, nulo acceso inclusivo, cantantes con parlantes en un espacio no superior a un garage (dejo a su imaginación el ruido) donde la ventilación es la puerta de entrada, la temperatura insoportable del medio para adentro del local pero si esperas que sentandote en la entrada te salvas, ruega a tu santo para que no llueva. Los empleados inútiles, porque no hay mejor termino, se olvidan de entregar las comidas tan seguido que la pobre dueña parece que le va a dar algo, yo mismo en la espera observé que reprendió a la mesera por no tomar la orden a una mesa en 10 minutos, tras entrar pedí unas alitas y a los 20 minutos me informan que a pesar que me cobraron y tomaron mi orden, se olvidaron de darme y se acabaron las alas, que lo sienten y ya, ahora mismo yo y una amiga vemos como el resto come mientras nos brindan, la carne de cerdo deliciosa y el borrego igual, las papas fritas un meh rotundo, las salsas están en un estante al medio, buena suerte poniéndote algo si te sientas junto a la pared. ‎Conclusión, un ejemplo de que confiarse a la larga causa que un buen sitio para comer se vuelva en un martirio, si tú deseo o el de tú grupo es perder su tiempo, no ser atendido de manera correcta, batallar por sillas con sus únicos aspectos positivos el precio barato y el sabor del cerdo o el borrego, no...

It's a really crowded place, there's a line outside. We went there on a Sunday, so even more people than usual I think. Food was good, big portions and good flavor. We were a really big group so had to wait for like 30+ mins until we all could be seated.

They have pork, ribs, meat, etc. The place is nice and the service is good, but because there's a lot of people it can be a bit noisy.

There are sauce stations where you can get extra salsas for your food. Highly...