Hace unos días decidí acercarme a un restaurante francés con ganas de disfrutar de una buena comida, pero la experiencia que viví fue todo lo contrario a lo que esperaba. Lejos de encontrar un ambiente acogedor y profesional, me encontré con una situación humillante que evidencia una clara discriminación hacia quienes no somos franceses.
Al llegar, preguntamos amablemente si había mesa disponible para sentarnos. La camarera, sin apenas mirarnos, nos dijo con firmeza que el servicio estaba completo. Aceptamos la respuesta con educación y nos alejamos del local. Pero justo detrás de nosotros venía una pareja francesa. La misma camarera que nos acababa de rechazar, les ofreció una mesa sin dudarlo, mientras nos miraba de reojo con una expresión que dejaba claro que era totalmente consciente de lo que estaba haciendo. No fue una casualidad. Fue una decisión deliberada.
Molesto por lo evidente de la situación, regresé a pedir explicaciones. La respuesta fue aún más insultante: que una pareja que estaba sentada esperando se acababa de ir, que por eso había quedado libre una mesa… y que como ya nos habíamos ido, se la dieron a los otros. ¿Perdón? Nos estábamos alejando a apenas unos metros. Nos estaba viendo. Sabía perfectamente que aún estábamos allí, pero no le importó. Prefirió atender a quienes hablaban francés, dejando claro que en este lugar ser extranjero significa recibir un trato inferior.
Esto no es solo una anécdota desagradable. Es una muestra clara de discriminación por origen. Y lo más indignante es que parece algo normalizado en este restaurante. No es solo que no quieran servir a todos por igual, es que ni siquiera se esfuerzan en disimularlo. No se trata de una mala gestión ni de un malentendido: es una actitud premeditada, discriminatoria y profundamente irrespetuosa.
Además, quiero advertir a quienes piensen en ir: las fotos del restaurante en internet no tienen absolutamente nada que ver con la realidad. El local no es tan bonito como lo pintan y el ambiente dista mucho de ser acogedor o profesional. Se nota que se invierte más en marketing visual que en ofrecer una experiencia honesta y de calidad.
Y por si fuera poco, el responsable del restaurante tiene la costumbre de contestar con una arrogancia tremenda a las reseñas negativas que los clientes publican. En lugar de asumir errores o disculparse por malas experiencias, responde con burlas, soberbia o negando hechos evidentes. Una actitud completamente inaceptable para cualquier negocio que pretenda dar un servicio serio y respetuoso.
En resumen: no pienso volver nunca más y no recomendaría este sitio a nadie que valore el respeto y el trato justo. Por buena que pueda ser la comida (que ni siquiera llegamos a probar), cuando un restaurante desprecia abiertamente a sus clientes por no ser franceses y responde con prepotencia a las críticas, pierde todo su valor. La verdadera hospitalidad no se mide por los platos que se sirven, sino por la forma en que se trata a las personas. Y aquí, tristemente, eso brilla por...
Read moreFuimos a este restaurante con la intención de disfrutar de una comida tranquila, pero nos encontramos con una situación totalmente desagradable que deja en evidencia el trato discriminatorio que reciben quienes no son franceses.
Al llegar, nos dirigimos a la camarera hablando en español para preguntar si había mesa disponible. Su respuesta fue inmediata, seca y únicamente en francés: “Le restaurant est complet.” No hubo intento alguno de comprensión, ni la más mínima amabilidad. Simplemente nos dijo que no había sitio. Aunque nos pareció extraño porque desde fuera se veían algunas mesas vacías, decidimos no insistir y nos fuimos a buscar otras opciones.
Lo sorprendente fue que, al volver a pasar por la puerta del restaurante apenas 20 minutos después, esas mismas mesas vacías estaban ya ocupadas por clientes comiendo tranquilamente. Quisimos entonces darles el beneficio de la duda, así que volvimos a preguntar
La camarera, que claramente nos reconoció, comenzó a darnos una explicación incoherente en un perfecto inglés, llena de excusas sin sentido, como que esas mesas estaban reservadas desde antes, que hubo cancelaciones repentinas o que habían hecho una reorganización de última hora. Todo eso en un tono tenso y condescendiente, como si pensara que no nos daríamos cuenta de la contradicción evidente entre lo que nos dijeron antes y lo que estábamos viendo ahora.
Está claro que no quieren atender a quienes no son franceses. No es una suposición ni una exageración: es la realidad que vivimos. Se percibe desde el primer momento, tanto en el lenguaje corporal como en la actitud. No se trata solo de una cuestión de idioma, sino de una actitud discriminatoria y profundamente irrespetuosa.
Además, después de vivirlo y leer otras reseñas, vemos que no somos los únicos a los que les ha pasado esto. Muchas otras personas han denunciado situaciones similares. Y como si fuera poco, el personal o los responsables del local responden a las críticas negativas con muy mala educación, despreciando lo que los clientes comentan, como si estuvieran por encima de todo. Una falta absoluta de humildad y profesionalismo.
Un lugar así no merece el reconocimiento ni la reputación que intenta proyectar en internet. Porque si bien pueden cuidar la imagen que muestran en fotos, la realidad es muy diferente: un sitio excluyente, prepotente y con un servicio que juzga a los clientes por su idioma o nacionalidad.
No lo recomendaría a nadie. Hay muchos restaurantes donde uno puede comer bien y, lo más importante, ser tratado con respeto, independientemente de dónde venga o qué idioma hable. Aquí, lamentablemente,...
Read moreThe experience was very pleasant. High quality cuisine that mix different local flavours. Every bite was a discovery mixing different local flavours. Set in an historic house just a few meters away from the main street the atmosphere is welcoming in the interior and the terrace. You need time to enjoy the experience, at least 2 hours. The restaurant is run by Sarah & Alban, just the two of them. The quality of food is very high as the service is very friendly, but you need the mindset and time to enjoy it, don't even think of it if you are in a rush. Making a reservation (only by phone) is highly recommended. The good news, Sarah speaks English and is very...
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