De niño vivía a una cuadra de esta lonchería, los lonches siguen tan buenos como los recuerdo de niño, una sola mordida y me tranporté a mi infancia y sus bellos recuerdos vinieron a mi mente, también quise probar la tostada de cueritos deliciosos por cierto, lo único malo es que eché en falta la base de frijoles molidos con tanta pimienta que picaba pero le daba un toque único, como sea volver a comer ahí ha sido toda una experiencia que invita a repetir una y otra vez!