Visitarlo es como vivir una comida en vivo en Oaxaca empezando por la decoración y el ambiente... Si quieres llevar a alguien a probar un platillo original del sur, con un ambiente propio de allá, este es el lugar indicado, pero no en domingo que se super llena y hay que esperar mucho hasta afuera del restaurante... Los platillos de buen tamaño, muy buen sabor y muy bien preparados... Todo lo que pidas está muy bueno, aunque claro, hay que guiarse por el gusto o las ganas de comer algo en particular que uno tenga... Me permito recomendar abrir la comida con un tequilita, para agarrar ese ambiente sabroso oaxaqueño que tiene el lugar... Tienen lo más representativo de la comida oaxaqueña (memelas, tlayudas, quesadillas, etc. con y sin chapulines) y lo más sofisticado son los chiles en nogada que están muy buenos... Tiene estacionamiento propio para dos autos, que se comparten con los otros 2 de otros 2 negocios, en total 6, pero al frente hay toda una cuadra de una iglesia para estacionarse, pero de nuevo en domingo será muy difícil por las misas... Sirven la comida con refrescos de sabor frutas: guanabana, etc...creo de la marca Boing... Los precios son accesibles, pero lo eran más antes de la pandemia, y creo que aquellos precios no volverán... Suerte, lo recomiendo ampliamente, y prepárate a disfrutar el sabor de Oaxaca...
Read moreAuthentic little place right in the middle of San Nicolas old district. I would not call it "restaurante oaxaqueño" as the food they offer is more what you can get at any corner street food place at Mexico City: fried quesadillas, pambazos and huaraches (all this style of dishes are known as garnachas) rather than what you would find at Oaxaca, but quality is good and everything in it's menu taste...
Read moreNo se dejen llevar por la primera impresión con la fachada, ya entrando empiezan las maravillas. La ambientación es acogedora y relajante, pero no vaya en grupos grandes. Las mesas son para cuatro personas. Quizá se pueda acomodar a alguien más. Hay algunos artículos a la venta: destilados y deshilados, café, chapulines y cosas típicas oaxaqueñas. Como es un lugar pequeño, la atención es rápida además de cortés y con muchas sonrisas. El menú tiene una veintena de opciones deliciosas. No hay cervezas, pero hay mezcal y jarras de aguas frescas que están en su punto de dulzor y consistencia. El verdadero espectáculo empieza cuando llega la comida. Vaya sazón tan delicioso. Lo picante está aparte para que no haya enchilados sorprendidos. Las raciones son bastas y eso se agradece porque todo está buenísimo. Si es de buen diente: pozole y tlayuda. Para terminar, café de olla y un pastelito o pie de los que están en la vidriera refrigerada. Tienen servicio para llenar y para llevar. ¡Una experiencia sorprendente! Lo bueno: la calidez del servicio. Lo malo: estacionarse (pero vale totalmente la pena, créame) Lo extraordinario:...
Read more