El lugar es muy simpático, pequeño y tradicional. Tiene bastante afluencia de público, cuando llegamos estaba casi todo lleno, desde temprano hay colas incluso para entrar. La comida estuvo buena, algunos postres eran diferentes a los que uno suele encontrar, muy ricos igualmente. Los panes no son grandes, son los panes normales, así que si tienen hambre de leones, les recomiendo pedir algo más. Quien nos atendió sugirió pedir un filete a la plancha y con panes aparte, fue buena opción, alcanzó como para 3 o 4 panes bien "taypa". La atención fue bastante rápida, a pesar que estaba lleno y quien nos atendió fue muy carismáticolos. Los precios bastante decentes para la época. Tiene servicios higiénicos, pero mala ventilación Las pistas y veredas no existen, destruidas lamentablemente, llegar en auto es un tema, así que les sugiero ir a pie, más cómodo. Silla de ruedas, difícil, han implementado unos pallets para poder subir al restaurante y no he visto otras facilidades.