Vasco da Gama — Restaurant in Vinhais

Viajamos desde Vigo y nos alojamos en Tuizelo a 15’ de Vinhais. Fuimos a cenar directamente porque ponía que cerraba a las 22:30 y eran las 21:45 con miedo de no poder cenar pero no nos arrepentimos en absoluto (llegamos a las 22:00 y nos atendió con una sonrisa y marchamos a las 23:20 y mantenía la misma sonrisa de cuando llegamos😍) El chico que estaba de vacaciones pero que le tocó regentar el sitio en ausencia de los cocineros(fue una fiesta) y nos atendió con una amabilidad suprema. Nos sentamos en la terraza y nos invito a un chupito de vino oporto casero para amenizar la espera con un poco de queso de la zona (excelentes ambos). No disponía de carta pero amablemente antes de sentarnos nos aviso que iba a ver que tenía. Comimos un churrasco de borrego muy rico con patata asada al horno. Estaba riquísimo, en todo momento nos sentimos como en casa y muy bien atendidos por el empleado que nos ofreció más cantidad de todo. Vino blanco exquisito y unos postres caseros de 10! A la hora de pagar nos dimos cuenta que la calidad no sale cara y conversamos un poco...

Fuimos en un día de verano a las 2 de e la tarde. Ni perros habia por las calles. Buscábamos un sitio fresco para comer y el que nos habían recomendado estaba a 5 mins andando. Entramos y preguntamos. Nos pidieron que esperáramos y al ver que nos liabamos a pedir bebidas para la espera, nos ofrecieron unos oportos ( uno más dulce y otro más seco) que nos empezaron a preparar para lo que venía después.

No hay carta. Comes lo que tienen. Me encanta el concepto de no tener que pensar y esperar a ver qué hay hoy. Como en casa de mi abuela.

Nos pusieron unos chuletones de ternera y unas costillas de lechal de tres estrellas michelín. Todo eso acompañad de una ensalada de tomate y cebolla riquísima, un arroz al estilo de la zona y patatas fritas. De postre, un helado casero con frutas. Una jarrita de tinto y agua. 2 adultos y 4 niños, felices, comiendo como en casa, a punto de reventar y por 50€.

Volveremos! Y muchas gracias por los detalles...

Estive, com a minha família, uma semana a passear em Bragança e arredores e posso dizer que comemos muito bem, mas este restaurante, em especial, surpreendeu-me bastante. Ambiente pequeno, mas acolhedor, a família responsável pelo restaurante são extremamente simpáticos e a comida... nem sei o que dizer. Tudo delicioso e de extrema qualidade. Aconselho o cordeiro, o arroz de curcuma, batatinhas assadas, salada de tomate e a alheira ( que se come até a pele, pois é é biológica). Preço bastante acessível. Foi uma maravilhosa surpresa...o único perigo é comer demasiado e encontrar dificuldade em descer do restaurante pela escada estreita. 😂 Vinhais merecia que este restaurante estivesse num local mais acessível às pessoas com alguma dificuldade motora, para que também tivessem a oportunidade de saborear...