Where their several times in the last 4 weeks for dinner. This is what I can summarize by reflecting all visits:
Con motivo de visitar la célebre geoda de Pulpí un grupo de amigos senderistas decidimos comer (entre semana) en este restaurante. Un par de semanas antes hicimos la reserva. Al llegar lo que destaca son las vistas impresionantes y privilegiadas de la costa aguileña, una preciosidad. Disponen de pan y cerveza sin gluten lo que es de agradecer. Cuando nos sentamos a comer, inmediatamente sirvieron toda la bebida (teóricamente dos por persona); pusieron jaras de cervezas y de vino con gaseosa. La consecuencia inmediata fue que de entrada NO tuve derecho a probar la cerveza porque no quedaba; recurrí al vino y tuve derecho a media copita porque no había más y eso que enfrente de mí no había nadie y a mi derecha estaba mi esposa que no bebe ni cerveza ni vino … Para comer nos pusieron una ensalada muy, pero que muy, sencillita (lechuga, un poco de cebolla, tomate y unas aceitunas) sin un trocito de huevo o de atún. El inconveniente no fue lo que faltó sino lo que sobró que fue el frío. Estaba helada, ¡cuando uno mordía el tomate sentía molestias en los dientes! Después comimos un marmitako de melva que sabía muy bien; el caldo estaba espeso, bien condimentado, muy bueno. En este caso la paradoja fue que solo me tocó un “trocito” de pescado (véase la foto que adjunto); a mi vecino de la izquierda le ocurrió lo mismo. Se lo dijimos/enseñamos a la camarera que no nos hizo ni caso. Por último, tomamos un arroz campero que, para mi gusto, a diferencia del marmitako estaba poco sabroso; de hecho, sobró un cuarto de sartén. De postre nos pusieron flan, pero no de huevo, sino de “flanin” que mucha gente se dejó. El café fue servido en vasos de plástico … En resumidas cuentas, un sitio privilegiado, un servicio aceptable pero una relación calidad del servicio/precio deficiente por los motivos...
Read morePara no volver.
He ido al restaurante Zoco del Mar en unas 5 ocasiones a lo largo de los últimos 3 años. Es triste ver la trayectoria... Empezó siendo un lugar privilegiado con unas vistas únicas en el que cenabas una comida riquísima con música en vivo y muy buen servicio. El otro día fuimos 8 personas y no sólo nos decepcionó sino que salimos muy a disgusto. Lo único que conserva del restaurante que fue son las vistas. Hombre, ir a pedir un vino blanco y que te digan que de la carta de vinos, el elegido no está frío, y que, aunque el camarero empeñaba en vendernos otro, decidimos optar por otra segunda opción diferente a nuestra primera elección y que tampoco estaba frío.... Es de traca. O te querían vender el que a ellos le reporta más beneficios o es que el restaurante no está a la altura del nivel que se espera por no disponer de la carta de vinos en las condiciones que se presupone. La comida no nos dijo nada. Patatas bravas sin ninguna gracia, al igual que el secreto ibérico. El pulpo duro ya que parecía que no se había hecho del todo. Lo mejor que comimos fue la ensalada. En cuanto al servicio, la persona que nos llevó en la furgoneta, atento y simpático. En el restaurante, un descontrol absoluto. Simpáticos sí, pero sin ningún orden. Pedir agua tres veces para que la traigan, faltar, pese a contar con reserva, algunos cubiertos y servilletas en la mesa, al recoger los platos, el camarero pedir que le pase el mío.... Hombre, si se quiere pedir lo que se pide por cenar, hay que dar un servicio acorde... y lo peor de todo, es que ese servicio y esa calidad/precio sí existió años atrás. Ahora simplemente no está a la altura. Nosotros...
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