Pésimo, no lo recomiendo. Lo vi recomendado y es por lo que decidí ir. El restaurante estaba lleno además tenían habilitado un salón de bodas y una zona techada que también llenaron, y había gente apiñada en la barra. Como entrantes pedimos: Buñuelitos de bacalao frito con pisto manchego y soja (matizando que los queriamos únicamente con pisto y sin ninguna salsa adicional) y unas gyozas artesanas de rabo de toro. Íbamos a pedir 2 segundos platos distintos, pero nos dijeron que no podía. Así que Pedimos unos gazpachos para 2 personas. El primer entrante, las gyozas salieron tras 44 minutos de espera. Era una especie de oblea tipo empanadilla frita reseca rellena únicamente de la carne de rabo de vacuno, con un tomate líquido en la base y un chorreron de salsa picante por encima. A los 50 minutos nos dicen que no hay buñuelos que si queremos otro entrante. Pedimos bacalao frito con pisto manchego y nos dicen que no hay bacalao. Y por fin tras 1 hora y cuarto nos sacaron los gazpachos ( tras preguntar varias veces por ellos, nos dicen que hay problemas en la cocina y uno de los camareros nos pide disculpas). Los gazpachos de bolsa, con setas de bote, el pollo con la piel y nada sabrosos, te los comes porque estás ya famelico. Creo que no hay restaurante pueda dar un buen servicio dando de comer a tanta gente ( y no siendo menú), teniendo en cuenta que para una misma mesa se sirvieron varias paellas distintas, con el tiempo de uso de los fuegos que ello conlleva. Restaurante masificado y ruidoso. No volveremos. Le pongo una estrella porque lo...
Read moreEl peor maldito servicio de mi vida, 1 de 5 por qué no se pueden 0 estrellas. Nada más llegar 15 minutos esperando para que nos pregunten si queremos beber algo. Pedimos unas cervezas, y ni una sola estaba fría durante toda la comida, con el gusto que da beber cerveza caliente. Después, otros 20 minutos de reloj unidos a los 15 primeros para que nos tomarán la nota de la comida, después de avisar en reiteradas ocasiones que queríamos pedir. Pedimos gyozas de rabo de toro, croquetas, ceviche y uno de sus supuestos platos estrella, arroz. Hasta las gyozas, 30 minutos otra vez de espera (al menos estaban ricas), pero entre las gyozas y las croquetas, pues otra media hora...bendita paciencia... Pues nada, casi una hora y media después de pedir el ceviche, nos dicen que no hay, que si queremos otra cosa...si hombre, para esperar otras dos horas...finalmente nos traen el arroz y...ni de lejos es un buen arroz, y menos aún de 28 euros el plato, muy salado, tapaba el sabor del marisco...pues lo peor estaba por llegar, otros 30 minutos esperando desde que nos traen la cuenta a qué traigan el datáfono, y tras pedirle a 4 camareros distintos que nos cobren, aún tuvimos que ir nosotros a la barra a pagar, teniendo la poca vergüenza de preguntar, con un servicio lamentable, que si habíamos comido bien, para mear y no echar gota... Ah!! 52 euros por barba por la peor experiencia de mi vida. Mira, si me sirves bien, como si son 70, pero por lo de ayer, para irse sin...
Read moreLlevo MUCHOS AÑOS yendo a ese restaurante, se echa de menos a Andrés D.E.P. Cosas a mejorar: la carta no debería estar en un código QR no hay ninguna epidemia y se puede poner una carta de papel. Si vas a un restaurante de renombre y pides un arroz del senyoret debe estar bien hecho y fino, no duro y con caldo y grueso y no decir que va a tardar más de 20 minutos porque hay poco fuego. Si pido alioli no puedes decir que no tienes y traerlo 15 minutos después porque no quedaba, se trae con el arroz del senyoret. Tampoco quedaba canelón de aguacate (pedimos 2 y había 1 y se nos comunica cuando preguntamos por el otro, no antes). La carta era mejor antiguamente. Si pido un bombón de café no puede estar en el fondo de la taza la tapa del plástico de la leche condensada redonda de 5 mm (me pareció repugnante, casi me la trago). Ni siquiera se ofrece al terminar unos chupitos o dulces navideños (como siempre se ha hecho). Se ha perdido la elegancia en el trato al cliente que tenía antaño el metre D. Andrés. Si pido vino, es una frase desafortunada decir que está bien en calidad precio, como desmereciendo su calidad o dando a entender que es "un vino barato". Por lo menos esta vez no llevaba las pupilas dilatadas y la mirada perdida quien ya sabe. Una lástima la experiencia, porque guardo muy buenos recuerdos de ese lugar y creo que DEBE...
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