Picón — Restaurant in Badajoz

Extraordinaria. Así fue mi experiencia gastronómica en @picon_restaurante. Situado en el Paseo Condes de Barcelona, de Badajoz, se trata de un proyecto personal de Juanjo Benítez quien, tras dejar la hostelería tiempo atrás para embarcarse en otros proyectos, la ha retomado y doy de fe de que con fuerza, criterio y buen hacer. Fusionan a la perfección la fantástica cocina tradicional de nuestro país con toques innovadores y vanguardistas. Una propuesta que puede parecer arriesgada pero que aquí la convierten en más que acertada. La carta es equilibrada y está hecha con inteligencia, diseñada tanto para captar a un público joven e innovador como para agradar a los paladares más tradicionales. En cuanto a su oferta gastronómica, probamos las bravas y los torreznos como entrantes. Agradable presentación, sabor y textura deliciosos; los torreznos, presentados en forma de dados y con huevas de tobiko colocadas encima, se deshacían en la boca... Seguimos con unas croquetas rebozadas en panko, excepcionales. Para finalizar, tortillas de camarones y entrecot de vaca, de raza rubia gallega. Cada plato es una delicia gastronómica en cuanto a presentación, sabor, olor y textura. Los postres, hechos con mucho mimo, estaban deliciosos. Interesante carta de vinos, con referencias de bodegas muy conocidas y bastante bien ajustada de precios. Otro de sus puntos fuertes es la sensacional forma en la que "tiran" la cerveza. Un verdadero placer para los amantes de esta bebida. El servicio, profesional y atento, saben "a qué juegan" y te explican las sugerencias fuera de carta con todo lujo de detalles. Otro más de sus puntos fuertes. Picón es sinónimo de cocina fresca, atrevida y alegre y, al mismo tiempo, cocina de calidad. El típico lugar al que deseas volver cuando aun ni siquiera te has ido. La opinión que se puede dejar sobre un restaurante es mostrar el deseo de volver y, en mi caso, espero volver muy pronto....

Magnífico restaurante de autor. Esmerados en todos los detalles: decoración, acústica, iluminación.... El servicio es excepcional en amabilidad, respetuoso pero cercano, muy profesional asesorando en los pedidos tanto por cantidad como por maridaje e incluso logística de la cocina. Cambian el servicio completo según los cambios de sabor o salsas.

Y la cocina.... La cocina es espectacular. Pensado para que se compartan los platos y probar de todos, por lo que es buena idea ir varios comensales y así pruebas más. Cocina elaborada, con atención al emplatado y a la calidad de la materia prima. Se renueva la Carta cada semana, aunque hay platos habituales. Las Gildas guarras ya avisan de lo que viene, tan crujientes con el picante justo. Fama justificada tiene la pizza de carabineros y caviar. En el Tataki de sandía, sorprende cómo se oculta el dulce. Por votación ganó la Caña de trigo rellena de guiso Thai de rape. Los más conocidos como cachopo o chuletas de conejo, llevan un aderezo o un acompañamiento especial. Pendiente de probar en la próxima el tartar de carabineros y el solomillo ibérico con Idiazabal... Entre otros.

Los postres mantienen el nivel, difícil elegir entre las Tres Texturas de Chocolate, tarta de zanahoria y como más original y muy lograda la Tarta de Crema Catalana, para paladares muy finos.

Dicho esto, muy justificada la cuenta. Precios muy correctos. Dejamos una buena propina...

Reservamos con altas expectativas ya que íbamos recomendados pero desafortunadamente no cumplió en absoluto con lo esperado en lo que a calidad de la comida se refiere. El cachopo que nos pusieron estaba prácticamente calcinado por fuera y el sabor interno era malísimo ya que sabía a moho. Lo comentamos a los camareros y la respuesta desde cocina fue que habían cambiado el queso habitual por queso azul. Sinceramente intenté hacer el esfuerzo de creerme esa explicación pero ni de broma eso era sabor de queso azul. Casualmente esta mañana mis amigos se encontraban fatal por haberse comido todo el cachopo y yo estoy perfectamente gracias a que lo probé y decidí no comer más por el asco que me dio. Sinceramente creo que es mejor pedir disculpas y asumir el error de poner un plato en ese estado antes que huir hacia adelante diciendo que es el queso azul y el empanado que es nuevo. En fin, no creo que volvamos y por supuesto no lo...