Braseria Pati Maragall — Restaurant in Barcelona

The place is nicely located although there were some annoying construction noises present. It went worse when mosquitoes started biting us. The food was ambivalent. Not bad, but the bravas were not great (cold and fried one too many times), the boquerones were okay (although we did not order them and the waiter refused to acknowledge his error and we ended accepting it). The bread was good. They have a cute selection of wines but when you order any of them, they said they did not have any and only brought us one option, which was a typical plonk, and they even made a 'mistake' trying to charge it twice. Menu rations were on the smaller side, the melon soup with Iberian ham was lacking ham, the vegetables were okish but a tad too oily (the lettuce in the roasted vegetables baffled me). The rabbit was good. The butifarra small and a bit overcooked. The entraña was savory but overcooked and very small ration with raw peppers.

The service was very bad. They did not let us taste the wine before having it, blamed their mistakes on us. Didn't brought enough menu's and tried to rush us at the beginning and then took forever when we were ready. Many errors with the service and dishes.

If they can improve a little bit the quality of the cuisine and change the mindset of the service it has...

Maravillosa terraza a la salida del metro de Maragall. El menú cuenta 17 y pico euros e incluye un pica pica de 4 tapas cuyas cantidades ajustan en función de los comensales: papas bravas, buñuelos de bacalao, pimientos del padrón y chistorritas (foto adjunta). Muy buenas las cuatro, especialmente las chistorras y los buñuelos. Luego pedimos de segundo el arroz con bogavante (ESPECTACULAR), el entrecot a la pimienta, que estaba perfecto al punto con una buena guarnición de patata asada y tomate. El otro tercer plato fue el vacío de ternera a la brasa, que recomiendo mucho, porque no es grasiento, lo cocinan al punto, y la ración no es abusiva, sino correcta, lo cual se agradece después de todos esos entrantes. Y el menú también incluía un postre, que elegimos crema catalana: perfecta. Y con una buena capa de caramelo crujiente. El trato del personal es genial. Amables, rápidos, y simpáticos. El local no está a medio terminar, es que es directamente el estilo que tiene. Todo está decorado con intención de parecer un patio al estilo de alguien que lo usa como si fuera su propia casa. Con una sensación de corral de pueblo. Muy bonito.

Punto a mejorar que deberían aclarar: a qué hora cierran la terraza? Una noche fui creo que a las 22:30 y nos dijeron que ya no atendían en terraza. Informaos bien antes de ir por la noche llamando por teléfono.

Recomendado para ir con amigos a tomar unas tapas (que también tienen una extensa carta a buen precio), o con tus padres/familia (tiene sitio dentro y fuera para grupos), que para un homenaje quedarás genial. Me lo imagino también como una buena elección de comidas de...

Frecuentamos este lugar desde su inauguración, hace casi 6 años, y siempre habíamos pedido lo mismo: solomillo. Nunca tuvimos ningún reparo con la calidad de la carne. Recientemente volvimos, como de costumbre, y evidenciamos dos aspectos que nos obligaron a tomar la decisión de no volver: por una parte, nos sirvieron una carne de muy mal sabor, no pudimos identificar si era porque empezaba a ponerse en mal estado o porque la calidad era muy inferior a la acostumbrada. Por otra parte, el servicio también desmejoró notablemente: las patatas acompañantes de la carne estaban resecas y un poco quemadas, pero lo más molesto es que pedimos la carne bien hecha, y uno de los solomillos lo trajeron totalmente seco, mientras el otro lo sirvieron medio crudo. Cuando solicitamos que lo hicieran más, lo devolvieron en un plato minúsculo, sin los acompañantes que entregamos junto con la carne. Al reclamar por esto, nos trajeron unas patatas fritas que no tenían nada que ver con el acompañante del plato. Lo paradójico de todo esto, es que, para nuestra sorpresa, aumentaron considerablemente el precio del solomillo, algo que inicialmente nos pareció coherente, ya que estábamos acostumbrados a la buena calidad de la carne que ofrecían. Hemos de reconocer que finalmente no cobraron la carne de mal sabor. Conclusión: tenemos serias sospechas de que esta brasería, que durante años se caracterizó por su calidad y buen servicio, cambió recientemente de dueños y de personal, dando prioridad a la reducción de gastos en detrimento de la buena imagen que hasta ahora...