Tracte molt dolent i catalanofòbia (discriminació lingüística) dels cambrers. Arribes i t'increpen per demanar carta amb molta pressa i males formes "A les 13:15 ja no fem comanda, i a les 14:45 sou fora". Cap cambrer no parla català, però ens han atès 2 cambreres que directament són catalanòfobes. Els parlo en català i fan mala cara, posició desafiant. Mantinc el català i repeteixo, educadament. Em respon indignada "¿qué dices?". Li pregunto sorprès i educadament: "no entens el català?" i emprenyada i altiva, aguantant mirada, em diu de forma brusca "No". "Ni una mica?". "No". Doncs l'hauries d'entendre, no et sembla?". No respon la pregunta. Amb un to de veu brusc i imperatiu em diu "ME PUEDES HABLAR EN ESPAÑOL?!". Li torno a demanar el mateix, sempre 1a frase en català i m'autotradueixo al castellà. Com el que volia era que no parlés català, segueix fent zero esforç per "entendre'm" i marxa. En realitat sí que entén el que li expresso, que és senzill: fa molt que hem demanat els postres, cap a les 14:10, i ja són les 14:35 i sabem que a les 14:45 ens voldran fotre fora. Com dic, em deixa amb la paraula a la boca (ara no té ja interés en atendre'm), crida a la seva companya, també mateixa actitud conflictiva. Ens crida molt barroerament "los postres no? que sí, que ahora los traen!". És VERGONYÓS trobar-se persones amb aquesta actitud activament discriminadora vers el catalá. És lamentable que passi, i molt trist haver de recordar que existeix una llei sobre els drets lingüístics, que evidentment, implica que persones treballadores, encara que siguin immigrants han d'aprendre el català. Negligència de l'empresària, en primer lloc, que casualment no està al cas de tot plegat i no contracta ningú que parli la llengua. El que resulta més escandalós i denigrant és que mantinguin una actitud catalanòfoba, i pretenguin imposar-nos que no parlem català. Per acabar, com era previsible, a les 14:45, i nosaltres encara menjant els postres, arriba la 2a cambrera -esperonada per la "jefa"- i quasi ens tira el datàfon a la cara dient "os cobro!". Li diem que estem acabant els postres, ja que com havia quedat clar, els han dut amb molt retard, i ella insisteix. Salto amb un "no és necessari ja, no?". Quines ganes de buscar brega aquestes dues. Acabem ràpid, ens cobren amb presses i de males maneres. Ei, cobren 5 torrades de pa a 7,5€+IVA! Quanta rancietat. NO HI TORNAREM! Quina misèria de negoci, de model, i de cambreres. Espero que no tinguin la barra de contestar si no és amb una disculpa, si us hem estalviat la reclamació és perquè hem constatat que NO HI HAVIA RES A FER. Resposta a la titular:
Estatut d'Autonomia, article 128-1 del Codi de consum.
Les persones consumidores, en llurs relacions de consum, tenen dret, d'acord amb el que estableixen l'Estatut d'autonomia i la legislació aplicable en matèria lingüística, a ésser ateses oralment i per escrit en la llengua oficial que escullin.
Molt lamentable que citin la mateixa llei, i la interpetin totalment a l'inrevés. Aquesta frase que cita, justament, diu que han d'atendre en QUALSEVOL llengua oficial segons el criteri del consumidor, és a dir, en CATALÀ si jo el parlo. No tan sols no m'han atès en català (no el parlaven), sinó que no m'han entès (o això deien!), i molt pitjor, m'han tractat malament i exigit que parlés castellà (quan bé podrien haver cridat algú que, almenys, m'entengués).
A part d'espanyolistes, incultes, i no entendre la part essencial: que més enllà d'incomplir els drets lingüístics, ha existit una actitud evident de menyspreu i imposició lingüística.
L'oficialitat de les llengües no es practica en aquests termes que vostè s'inventa. Per llei (ja no per professionalitat, cultura, respecte, integració i un llarg etcètera) si els seus treballadors treballen de cara al públic això hauria de ser un requisit. La seva treballadora és una maleducada i catalanòfoba, i tan de bo que entengui que si viu, i sobretot, treballa aquí, ha d'aprendre català.
D'on no n'hi ha, no en raja. Ja farem constar el cas a les...
Read morePartamos de la base que a mi me cuesta mucho poner una estrella, para ello me tiene que haber pasado una muy muy gorda. He ido a este restaurante en varias ocasiones y siempre ha sido correcto, excepto hoy. Hemos llegado con un grupo de amigos a las 12:00 horas y ya de entrada hemos tenido una pequeña discusión con el camarero, que nos ha dicho que era nuevo, en relación a los números de la mesa, cosa que no he entendido, porque nos da igual si la mesa es la 14 o la 22, pero.... Luego, cuando ha quedado zanjada esta discusión hemos pedido unos bocadillos con cafés y algún refresco y ha salido el jefe y nos ha dicho que no hay bocadillos, sin mas, cosa extraña porque yo siempre había tomado bocadillos a esas horas, y hemos preguntado porque y se ha generado un mal rollo que no he comprendido y el camarero, textualmente nos ha acabado diciendo que nos vayamos a la M. y que nos comamos los bocadillo en nuestras casas del barrio de Pedralbes, Barcelona. No vivimos en Pedralbes, y la verdad es que nunca me han menospreciado de esta manera, yo no volveré y le auguro un corto recorrido en este puesto de trabajo a este camarero. Cuando uno está cara al publico tienes que tener un talante especial y la verdad es que esta persona carece totalmente de ello. Se, que solo somos 6 clientes que no volveremos, pero somos 6 personas que si nos preguntan recomendaremos no ir.
Resp. a Andres Hola Andres, vamos por partes. Yo respeto perfectamente la decisión empresarial de no hacer bocadillos a partir de las 12. Tu sales y dices, perdonar, tenemos 200 servicios para comer y hemos cerrado el tema de bocadillos, y yo te aplaudo, pero recuerda que eso no lo hiciste así. El mover mesas fué de la sombra al sol, ni 14 ni 22, las movimos 1 metro. Si enviar un cliente a la M. y decirles que nos vayamos a comer bocadillos a nuestras casas de Pedralbes consideras que es de una actuación de 10, me parece mal, lo normal era pedir disculpas por ese comentario y zanjar el tema. Nosotros no podemos tratar a tu personal como esclavos porque no trabajan para nosotros, y si por parte de nuestro grupo alguien hizo algún comentario subido de tono, te pido disculpas, no era la intención, pero llamar a una clienta, ambulancia de urgencias, creo que tampoco es correcto. Yo llevo muchas reseñas a mis espaldas, ya te he puesto que me cuesta y me duele mucho poner clasificaciones tan bajas, creo que una estrella solo la he puesto una o dos veces mas, y yo aquí solo he valorado el servicio, ni la comida ni el ambiente porque desconozco la calidad de la comida y el ambiente a la hora de comer. Tal como te he puesto he venido varias veces antes y siempre ha sido un trato perfecto, y fuí yo quien recomendó al grupo parar aquí, por lo cual piensa que estás hablando con alguien que ha recomendado tu negocio, alguien que ha defendido este sitio, pero no tolero de nadie el trato que nos dió tu...
Read moreFuimos cuatro personas (mi marido, nuestra hija pequeña, mi suegra y yo) y, aunque la comida estaba realmente buenísima, el servicio fue tan desagradable que nos costó disfrutarla.
Nada más llegar, mi marido preguntó qué tenían para comer y la respuesta inmediata del camarero fue informarnos de que ya no hacían bocadillos, sin venir a cuento, como si esa fuera la prioridad de nuestra pregunta. Luego pidió el menú, refiriéndose a la carta, y recibió una contestación seca, con la aclaración de que no hay menú en fin de semana, acompañada además de una mala cara. Mi marido aclaró que se refería a la lista de platos disponibles, y entonces nos sentaron en una mesa con caminos de mesa, cubiertos y sombrilla.
Cuando nos trajeron la carta, vimos que era de platos principales. Como queríamos empezar con algo más ligero, mi marido —que es sevillano— preguntó si tenían carta de tapas, usando ese término como referencia a algo con lo que empezar a comer, tipo entrantes. La reacción del camarero fue como si le hubiésemos faltado al respeto: nos dijo que si queríamos pedir tapas, no podíamos estar en esa mesa y nos mandó a otras mesas sin cubiertos, sin caminos de mesa y sin sombrilla. En este punto nos hubiésemos marchado, pero teníamos con nosotros una niña pequeña con mucha hambre, así que decidimos quedarnos.
Desde el principio sentimos que nos trataban con superioridad, como si no fuésemos bienvenidos o nos consideraran de menos categoría por lo que íbamos a pedir. Cuando nos llevó la carta de tapas, nos quitó la de principales. Al pedírsela de nuevo, nos respondió con desdén que nosotros íbamos a pedir tapas. Le explicamos que sí, pero que también queríamos pedir platos principales, por lo que necesitábamos la otra carta. Se fue a buscarla a regañadientes y, mientras lo hacía, lo vimos criticándonos abiertamente con otro compañero, a pocos metros de nosotros en voz alta.
Finalmente pedimos varias tapas y platos principales, entre los cuales había una fideuá para dos. Nos trajeron las tapas sin cubiertos. Solo cuando sirvieron la fideuá nos trajeron dos juegos. Al pedir dos más, porque éramos cuatro, nos los dieron con mala cara.
No alargo más la lista de detalles desagradables, pero fueron varios. Una experiencia muy incómoda, con un trato inaceptable que empañó por completo lo buena que estaba la comida. Es, sin duda, el peor servicio que he recibido en mi vida....
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