La Sal del Port Restaurant — Restaurant in Barcelona

Es la primera vez que voy a este bar la experiencia ha sido totalmente desagradable. Me he sentado en la terraza el camarero cabreado y antipático entraba y salía del bar haciendo comentarios de que estaba enfadado. Yo y los demás clientes hemos tenido que aguantar su mal humor. Cuando por fin me ha tomado nota noche pedido pedir lo que quería porque decía que en en la cocina ya no lo harían . Todo lo que quería pedir no podía ser. Al final he pedido bravas y me ha dicho el que pudiera calamares. Cuando los he probado estaban duros. Los he dejado enteros. Después de una hora de tener paciencia he tenido que ponerme insulina porque soy diabética y de los nervios se me ha alterado el azúcar. He preguntado si el camarero era el dueño me han dicho que no y leche dicho a otra empleada joven lo que pasaba y ha sido muy atenta. No he comido nada y cuando he ido a pagar he dicho que no pagaba los calamares y una camarera con un gorro en la cabeza mujer mayor los ha probado y dice que no les pasa nada. Me grita y me llama follonera. La pido la hoja de reclamaciones y dice que lo tengo claro y que espere al final del servicio. Hablo con unos policías que hay en el local y me dicen que tengo que llamar A lós mossos que ellos no pueden hacer nada. Las clientes de la mesa de al lado confirman que los calamares estaban duros y la camarera me grita que no hable con ellos ques estoy buscando follón. No he visto nada más vergonzoso en mi vida. Ha puesto en riesgo mi salud a pesar de que la he dicho que soy diabética y que me estaba alterando. La policía me ha dicho que bueno que pagará las patatas y la Cocacola y que no pusiera la reclamación para que no me cobrarán los calamares duros que no había probado. He accedido por mi salud aparte de diabética soy fibromialgia y tengo un 65% de discapacidad por depresión mayor. Creo que se me ha maltratado en todos los sentidos. Ha sido muy desagradable. Espero que los dueños lean esto y tomen las decisiones oportunas. Hay mucha gente en el paro cuando n mucha educación. Os recomiendo no ir a este...

Experiencia terrible, trato pésimo y comida decepcionante

Hoy, después de finalizar nuestro curso en el CAP, decidimos celebrarlo con una comida en este restaurante. Desde el principio, el trato del camarero fue muy desagradable. Parecía tener prisa por terminar con nosotros y carecía por completo de paciencia.

Pedí un risotto como plato principal y un entrecote muy hecho como segundo. El risotto estaba lejos de ser aceptable, y el entrecote que me sirvieron estaba prácticamente crudo. Además, el camarero no tenía idea de los puntos de cocción que habíamos pedido para nuestras carnes.

Para colmo, cuando pedimos la segunda ronda de bebidas, parecían ignorarnos por completo. Después de esperar más de 15 minutos, el camarero se dirigió a mí con impaciencia, como si fuera culpa nuestra.

Lo peor de todo fue la falta de respeto hacia uno de mis compañeros. El camarero se burló abiertamente de él, haciendo comentarios sobre su apariencia y golpeándolo con la bandeja de manera inapropiada. Lo más sorprendente fue que parecía tomarlo como una broma, hasta que mi compañero, comprensiblemente, se enfadó.

Además, al momento de pagar, la dueña nos cobró un menú extra sin razón alguna. Al pedir la factura, su actitud fue increíblemente grosera y despectiva.

En resumen, el trato recibido fue vergonzoso, la comida dejaba mucho que desear y la actitud de la dueña fue totalmente inaceptable. Ninguno de los 21 comensales que éramos tiene intención de regresar a este establecimiento.

Conclusión:

Este restaurante no cumple con las condiciones mínimas de servicio al cliente y calidad de comida. Es lamentable ver cómo un lugar con potencial se ve arruinado por el comportamiento de su personal y dueña. En mi opinión, un camarero debería ofrecer un servicio amable y profesional, que incluya una sonrisa genuina, ya que es la cara visible del establecimiento y refleja su compromiso con la satisfacción...

La gente es injusta con este sitio. Trabajo en la zona desde junio y a diario voy a comer fuera. Las opciones para comer en la zona son pocas y las he probado todas. Hay experiencias horribles y sitios a los que doy varias oportunidades y acabo no volviendo. La Sal ni es el mejor ni es el peor, pero desde luego es de los mas correctos, nunca sales con hambre y nunca está mala la comida. ¿Que el trato puede parecer seco? posiblemente.. si quieres un restaurante donde te acaricien al llegar y te peguen el sablazo al pagar, busca otro. Al personal de La Sal hay que conocerlo y punto... no vas a hacer amigos, porras, vas a comer. Yo no consiento que me traten mal y nunca lo han hecho aquí. ¿Que hace falta un extractor mejor porque hay días que huele a fritanga? también. Que se lo digan al dueño y lo solucione. ¿Que la paella lleva mucha verdura? también, pero por lo menos lleva cosas, es grande y está buena, porque hay cada paella por ahí.. He ido tanteando sitios, y he elegido La Sal para ir 2-3 veces en semana porque estoy harto de que me tomen el pelo en otros sitios (La Vid), de comer mal (una docena), de que haya un ruido ensordecedor y el camarero se haga el gracioso sin serlo (Perancho), etc etc etc. Aquí sé que comeré de forma abundante, que el menú tiene un precio mas que justo y que el trato es correcto, sin florituras ni ostias. Para comer con tonterías y mal, me voy a un sitio hipster. Yo llego temprano y siempre tengo mi sitio (al estar vacío a la una), el camarero ya me conoce (el hombre lo hace lo mejor que puede, para contar chistes están los humoristas), ellas también, y me sirven rápido, la comida está genial y salgo siempre satisfecho. Eso es lo que cuenta. El trato...