Estuvimos el pasado sábado con la idea de cenar y el trato fue pésimo, les preguntamos por una mesa nos dijeron que esperaramos, pedimos dos cervezas en la barra y miramos la carta para pedir, nos traen las bebidas y le digo a la camarera lo que queremos tomar, cual es mi sorpresa que me responde que no tienen mesa y le digo las podemos tomar en la barra y me contesta no me permiten que se tomen raciones aquí, vamos una estúpida camarera y sin ganas de trabajar, pagamos y al salir había entre 3 y 4 mesas libres en la terraza pero al parecer no tenían ganas de atendernos, nos fuimos al Lomana de la misma calle y nada que ver la atención y efectividad del camarero, un hombre bastante más mayor pero con ganas de atender y dar un buen servicio. No volveremos y no lo voy a recomendar nunca porque la camarera ha sido una prepotente y no se merece publicidad gratuita!!! En Madrid tenias el local muerto de asco con esa actitud!!!!